El incendio de Fasgar amenaza a las poblaciones de Villapujín, Barrio de la Puente y Posada de Omaña. Peio García

La realidad de la lucha contra el fuego en primera línea: «Con estas condiciones no llegamos a los 50 años»

Un peón especialista en incendios ofrece su visión de una ola de incendios que está dejando «a todas las cuadrillas derrotadas» y manifiesta su indignación por la precariedad laboral

Sábado, 23 de agosto 2025, 09:13

La ola de incendios que sigue dejando una importante cantidad de hectáreas de la provincia de León arrasadas se ha convertido en una catástrofe a todos los niveles. Tres víctimas, múltiples casas calcinadas, cosechas arrasadas... y el agotamiento de todos los medios que se enfrentan cada día cuerpo a cuerpo con las llamas.

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Mario Marcos, peón especialista de brigada de incendios en la provincia, ofrece a leonoticias la dimensión de una situación «desoladora» marcada por la precariedad laboral.

«Las condiciones que hay en este trabajo no tienen ni un mínimo para pensar en que puedes estar trabajando toda la vida. La gente no está a gusto, si tienes que estar toda la vida trabajando así, no llegas a los cincuenta años», asume de forma contundente el joven leonés de tan solo 21 años tras sumar su tercera campaña batallando contra los incendios.

Turnos de trabajo agotadores

Con la situación general algo más calmada, aunque con incendios graves aún por controlar, Mario ha podido hilar dos días de descanso, algo que no ocurrió en los doce primeros días: «Desde que empezó todo, he descansado un día entre medias y ahora que se ha calmado un poco más con el final de la ola de calor otros dos».

Sus turnos son otra de las principales reclamaciones por el agotamiento físico y mental que supone. Y es que, aunque entienden que los incendios no dan tregua y hay que salvar los pueblos, la realidad que ofrecen es que «llevaremos unos doce días o trece de incendios y el día que menos horas hemos hecho ha sido nueve horas y media y ha sido un día. Será una media de unas 12 o 13 horas fácilmente, con algún día incluso de 15 y de 17».

El modelo de trabajo de los peones especialistas

Por contextualizar su situación, cabe destacar que en la provincia hay 31 Romeos diferentes, que se refieren a distintas cuadrillas terrestres contra incendios repartidas por zonas a lo largo del territorio. Dentro de cada una de ellas, en la campaña de verano -de junio a octubre- hay diez integrantes, mientras que, en el invierno, suelen quedar «entre 5 y 7 que se dedican a labores de desbrozar y limpiar» porque no tienen la categoría de bomberos forestales.

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Esta misma misión se realiza también en época estival, siempre y cuando no haya más de treinta grados. Una vez que se traspasa ese límite, los peones están «de parada de retenes con el mono puesto», listos para actuar, como así sucedió en el inicio de la ola de incendios, cuando les avisaron un día antes para que «el día siguiente a las 5 de la mañana nos fuéramos a la zona del Bierzo».

Fue a partir de ese día cuando se inició lo que ha sido un «escenario desolador de impotencia total», como así lo define el leonés, donde «las condiciones que tenemos ahora mismo como peones especialistas yo creo que es lo peor que hay en cuanto a dietas y esfuerzos, es algo que te revienta el cuerpo». «Estás trabajando muchas horas seguidas, puede que tengas descansos entre medias, pero igual es media hora para respirar, es desolador esto», incide.

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Tras extensas jornadas sin tregua, Mario deja claro que «físicamente estás muy cansado, el cuerpo no da para más y en lo mental, estás viviendo muchos recuerdos que se están esfumando y es desolador. Lo físico te destroza lo mental. Es saber que vas a llegar a casa después de quince horas y en diez horas volver a estar en el incendio. Acabas destrozado».

Las comidas, de no ser «por la gente de los pueblos que nos ofrece alimentos», tampoco ayudan, como así lo explica el leonés: «Hasta la comida es nefasta. Cuando vamos a un incendio, bocadillos se tienen casi siempre, se encargan los guardas de que lo puedas tener, pero no hay un punto medio. O traen bocadillos llenos de lomo, tortilla y chorizo, como nos pasó en el Bierzo, que se agradece, o luego hay días que te traen una barra que vete a saber de dónde viene y al final te lo comes porque si no te comes el brazo»

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La realidad de los salarios

En cuanto a las condiciones laborales, una de las principales quejas en este periodo de mayor protagonismo de los medios contra incendios, Mario confiesa que «el salario es un sueldo base de 1.150 euros, con algunos pluses y después a la hora de enfrentarte a incendios hay un plus de peligrosidad de 2,50 euros la hora y un plus de nocturnidad de 2,54 euros la hora. Después de las ocho horas trabajando, cada hora extra se paga a 16 euros, no sé quién va a querer hacer esto por ese dinero después de ocho horas peleando contra el fuego».

El peón especialista deja claro como conclusión que «como no cambie esto, no sé a donde llegará», admitiendo que «no se pueden prevenir incendios como estos si está todo así de sucio y quieren quitar el ganado, que es lo que más hace en los campos».

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