Las orquestas cierran el verano en León con una valoración «positiva», pero con «falta de personal»
El sector celebra la gran afluencia de público y la recuperación tras la pandemia, aunque advierte de un grave problema: escasez de profesionales cualificados, subida de costes y exceso de demanda frente a la oferta
Un año más, las fiestas de los pueblos han puesto el broche final a la temporada estival en la provincia de León, con decenas de actuaciones repartidas entre los meses de mayo y octubre. Para las orquestas, este periodo sigue siendo clave y continúa marcando fechas esenciales en el calendario festivo leonés.
El sector, que fue uno de los más castigados durante la pandemia por la avalancha de cancelaciones y la imposibilidad de actuar con normalidad, ha experimentado en los últimos años una recuperación notable. La vuelta a la normalidad ha traído consigo un calendario más cargado que nunca: «No hemos terminado de cerrar las nuevas fechas y ya tenemos el calendario con más de un año de antelación. Incluso hay ayuntamientos que ya están mirando el 2027», explican desde varias compañías.
Esta tendencia, cada vez más habitual en las negociaciones con instituciones, juntas vecinales o comisiones de fiestas, garantiza la celebración de los eventos, pero también plantea un problema: «Cada vez hay más fiestas que quieren orquesta… y no hay tantas orquestas disponibles», señalan los representantes, que aconsejan cerrar las contrataciones justo al terminar las celebraciones.
Más demanda que oferta… y un público menos consciente del directo
Pese al éxito de asistencia y a un balance general positivo, el sector se enfrenta a desafíos estructurales. Por un lado, el número de orquestas disponibles disminuye, mientras que por otro, el público «cada vez es menos consciente de lo que significa la música en directo frente a la música enlatada».
«Un 90% de la gente que nos escucha no distingue entre un espectáculo totalmente grabado, uno con apoyos o uno completamente en directo», apunta Tatiana Fernández, responsable de Helio Espectáculos.
Además, Fernández destaca que, aunque el año ha sido «bueno» en términos de asistencia, los costes han crecido de manera considerable: «Al principio los precios parecen altos, pero cuando echas cuentas a final de año, te das cuenta de lo que sube todo: sueldos, hoteles, talleres, averías, seguros, desplazamientos…».
El gran reto: encontrar personal cualificado
La principal preocupación del sector, sin embargo, no es la falta de público ni la subida de costes, sino la escasez de personal especializado. «Es muy complicado encontrar músicos, técnicos de montaje o chóferes de camión. Si encuentras uno, es como si te tocase la lotería», afirma Fernández.
La responsable explica que contar con una plantilla estable de músicos facilita el trabajo, pero en el equipo técnico la situación es más crítica: «Montar un camión requiere conocimientos previos y parece que todos queremos ser médicos. Falta mano de obra cualificada».
La concentración de fiestas entre el 15 de julio y el 15 de septiembre también contribuye al problema. «Cada vez hay más eventos en esas fechas, sobre todo fines de semana. Si hay más fiestas que orquestas, tenemos un problema», añade. De hecho, la contratación se está adelantando tanto que algunas empresas ya están cerrando fechas para 2026.
Un mercado en transformación y precios al alza
Desde Music Tour, su representante Tito recuerda cómo el sector reaccionó tras la pandemia: «Pensábamos que iba a ser un desastre, pero el año siguiente fue muy bueno. Ahora la realidad es otra».
Según explica, las orquestas de primer nivel han incrementado sus contrataciones en torno a un 25% para la próxima temporada, especialmente los viernes y sábados. Los domingos, en cambio, se apuesta más por dúos o tríos, opciones más económicas para los ayuntamientos.
La demanda también ha modificado el mercado: «Los tríos, cuartetos y quintetos tienen mucha demanda y eso dispara los precios. Las orquestas de nivel medio están desapareciendo porque a muchas comisiones les da igual contratar un grupo pequeño si el coste es mucho menor», señala Tito.
Mirando al futuro: entre la ilusión y la incertidumbre
A pesar de las dificultades, el balance del verano 2025 es optimista. El público ha vuelto a llenar los escenarios al aire libre y el sector se prepara para un 2026 aún más intenso, marcado además por un año preelectoral que, según los representantes, impulsará todavía más la contratación.
«El mercado de fichajes ya está abierto y toca cerrar fechas del año que viene. Siempre hay incertidumbre sobre qué va a pasar, pero seguimos trabajando con ilusión», concluyen desde el sector.