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Miembros de la peña con la pregonera y el Garrocha de Plata.
Ana de Rojas defiende la cría del pura raza español en su pregón de Carnaval

Ana de Rojas defiende la cría del pura raza español en su pregón de Carnaval

La pregonera de la Peña El Caballo habló de algunos pasajes de su vida así como de su vinculación y la de su familia a Miróbriga

s. g. rojo

Sábado, 18 de febrero 2017, 12:32

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«Desde hace unos años, la Pura Raza Española (PRE) está en decadencia en nuestras tierras». Así se contundente se mostró Ana de Rojas en su pregón para la Peña El Caballo, que se desarrolló en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal y en el que también se reconoció con la Garrocha de Plata a Alfonso Méndez, uno de los impulsores de la recuperación del encierro a caballo en Ciudad Rodrigo.

Pero volviendo al pregón, Ana identificó esta realidad en varios factores: «unas tasas escandalosamente altas, un Libro Genealógico en manos de una asociación muy localizada y elitista, una total despreocupación por el ganadero, solo importa que pague; un Ministerio de Agricultura que pasa del caballo y un mercado interior en baja dan que para criar puro español haya que ser corredor de fondo».

La pregonera quiso transmitir que el riesgo es que el ganadero abandone y «nos cargaremos un valor muy nuestro, un patrimonio valioso sin pensar en lo que se pierde».

Pero una mujer como Ana de Rojas, sin pelos en la lengua, habló de «cierto complejo ante Andalucía» y que viene motivado porque «nos olvidamos que parte de los grandes ganaderos de Pura Raza Española eran de aquí, que parte de los grandes ganaderos de toro de lidia eran de aquí y me parece una horterada ver trajes de flamenca en nuestra Feria del Caballo» pues «nos olvidamos que tener una marca de prestigio es inmortal aunque pase por malos momentos y Ciudad Rodrigo, su historia, su comarca, su campo y sus ganaderías son una marca de prestigio».

La vinculación con esta raza, en el caso de la pregonera, la llegó desde niña pues tal y como relató, cuando tenía tres años «mi padre decidió apostar por el caballo español» comprando «buenas yeguas, eligió los mejores padres de la raza para cubrirlas y nació un hierro que nos ha llenado de orgullo desde entonces: El hierro Montarco».

Montarco

Aprovechó la ocasión para explicar algunos detalles sobre el mismo como por ejemplo que «en el hierro aparece la 'M' de Montarco y una corona de tres puntas pero en realidad mi padre quiso dedicar su bien más preciado a mi madre, María, y la corona es en realidad la 'E' de Eduardo. Pueden imaginar que para mí ese hierro es más que una marca».

Esas yeguas y caballos se criaron generación tras generación en el trabajo con las moruchas y «eso les dio una valentía y un corazón incomparables», añadió. «Si es verdad que nuestros caballos han tenido siempre fama de carácter difícil, pero cuando alguien ha sabido hacerse con ellos han dado el ejemplar más noble y fuerte que se puede dar».

En el relato identificó, igualmente, algunos nombres propios de su familia, como el de su hermano Carlos o el de su hija Adela; y el de personas que durante años trabajaron con su familia. «Aprendimos a montar a caballo de la mano de Abraham Torrens, nuestro montaraz y amigo, uno de los mejores desbravadores que ha tenido nuestra tierra» y quiso recordar con «especial cariño» a «Domingo Torrens Galán, ganadero de PRE con su yeguada Torrens Galán, muy ligada a la nuestra y a Domingo Neto Torrens, feliz veterinario jubilado y funcionario ejemplar de la unidad, que nos prestó todo su consejo y apoyo en nuestra ganadería». También incluyó en el relato a « José Manuel Martín Risueño que nos dedicó más de medio siglo de su vida y creó un archivo histórico de la yeguada valiosísimo».

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