Borrar
Así es el reciclaje extremo a la japonesa

Así es el reciclaje extremo a la japonesa

De peladuras de mandarina para un baño relajante a trapos para limpiar con unos vaqueros rotos; la cultura nipona contra el desperdicio da ejemplo de cómo reutilizar de todo hasta el fin

Lunes, 19 de octubre 2020, 19:01

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En Japón hay un libro ilustrado para niños que desde 2004 ha vendido más de un millón de ejemplares allí, y que tiene como protagonista a una viejilla con moño y mucho carácter: 'la abuela Mottainai'. Desde el pasado junio, cuenta con sus propios dibujos animados y se pueden disfrutar en Youtube en español. En ellos, reprende de forma didáctica a los chiquillos que dejan comida en el plato, les enseña por qué no hay que tirar plásticos a ríos y mares, pues pueden reciclarse y son muy dañinos para el medio ambiente, o en qué tipo de juguete puede convertirse un viejo papel arrugado. ¡Incluso cómo preparar un baño relajante con las peladuras de la mandarina! Todo tiene una segunda vida, y tercera y cuarta... Y si a usted se le ocurre tirar a la basura una blusa vieja, aparecerá la mujer dando golpes en el suelo con su bastón y gritando: «¡Mottainai!, ¡Mottainai!», para indicarle que lo que está a punto de hacer es algo equivocado, una pérdida irreparable y, le enseñará a continuación cómo hacerse con su tela un bolso, un neceser o trapos de limpieza.

Su autora, Mariko Shinju, tuvo la ocurrencia cuando su hijo le preguntó qué significaba 'mottainai': «Y no supe cómo responderle. Esto me dio pie a escribir el libro. Además de la idea de no desperdiciar, 'mottainai' incluye cosas como un sentimiento de gratitud hacia la naturaleza, hacia las vidas que sacrificamos para nosotros y hacia las personas que nos preparan la comida, y también de consideración y comprensión hacia los demás. En una palabra, un sentimiento de respeto».

«'Mottainai' es el arrepentimiento o la pena sentida por desperdiciar –explica Ikuko Imai, profesora del Instituto Japonés de Bilbao–, es el concepto de dar importancia a todo lo que tienes y usar justo lo que necesitas, nunca hay que desperdiciar o tirar». Algo que se concreta en que en algunas ciudades de Japón tienen más de 40 contenedores diferentes donde echar a reciclar los materiales, que deben separarse convenientemente, incluso lavarlos antes.

–¿Cómo se arreglan con más de 40 contenedores distintos?

–Es verdad que hay una ciudad que tiene 40, pero normalmente no hay tantos, suelen ser 10. Y hay que separar y limpiar los materiales, eso sí, en todas partes. Últimamente, los productos que compras en Japón llevan impreso en qué contenedor tienes que tirarlos. Por ejemplo, con una botella de refresco de plástico, el tapón y el plástico que la enrolla son para plástico, la botella se mete en el de reciclaje de botellas de plástico, diferente del anterior. En Japón no hay muchas papeleras en la calle pero jamás dejamos ni tiramos nada al suelo, nos lo llevamos a casa, lo limpiamos y lo clasificamos antes de echarlo a los correspondientes contenedores.

–Parece un concepto muy interiorizado en los japoneses que les lleva a reutilizar todo hasta el fin, y que si no se hace, provoca incluso malestar. ¿Es así?

–De forma automática, totalmente interiorizada, el pensamiento 'mottainai' me lleva a reciclar, utilizar adecuadamente todas las cosas. Para mí es 'no tirar'. No pensamos que estamos reciclando por 'mottainai', sino que estamos utilizando las cosas hasta su último uso, sin tirar mientras pueda tener un aprovechamiento, un uso adicional. Por ejemplo, la comida: hay que comer todo lo que te sirves en el plato, luego has de servirte la cantidad que puedes ingerir, nunca más, pues habría que tirar. Tirar la comida es 'mottainai'. Otro ejemplo, cuando tienes un agujero en el pantalón, lo usamos para limpiar, ya que esa utilización añadida estaba incluida en el uso del pantalón. El pantalón no es solo para ponerse. Tiene más usos adicionales y hay que completarlos antes de tirar nada. ¿Y me molesta si no lo hace la gente? Si no es un comportamiento mío me da un poco igual. Pero si he hecho la comida y alguien, un invitado, no come todo lo que se ha servido tras preguntarle cuánto quiere, sí, me molesta. Porque es muy 'mottainai'. Porque tirar la cosa que se puede usar todavía está mal y yo no quiero hacer eso.

–¿Se aprende en familia?

–Sí, desde muy pequeños. No nos damos cuenta de que estamos aprendiendo este espíritu. Cuando era pequeña había un anuncio de tele: los niños fueron a cenar en una casa de un señor, pero dijeron que no les gustaban las zanahorias, las berenjenas, el pepino... y cuando estaban durmiendo vinieron 'Mottainai Obake' (monstruos de Mottainai, tienen forma de esas verduras) y dijeron «¡Mottainai!, ¡Mottainai!». Dieron miedo a los niños y al día siguiente empezaron a comer de todo. Me decía mi madre que si no terminaba de comer algo del plato vendría Mottainai Obake. No me daba miedo, pero entendí (e interioricé) que tirar la comida es muy malo.

¿Cree que la mentalidad española podría adoptar este concepto?

–Seguro que sí. Nuestra organización y pensamiento del reciclaje no existe desde siempre en Japón. Antes se tiraba todo junto sin clasificar ni reciclar. Aquí también se puede hacer. Seguro. Y se debe hacer. El concepto de 'mottainai' también lo tenéis vosotros (más limitado de momento). A mí me dan mucha ropa de niños que ya han crecido para usarla con los bebés recién llegados. Sin embargo, veo que aquí no importa mucho tirar comida, incluso puede verse como más adecuado preparar una cantidad mucho mayor de lo necesario cuando vienen invitados. Ahí sí tenemos una gran diferencia.

–Ahora mismo, con el problema grave del cambio climático, parece una filosofía perfecta para que se adoptara en todo el mundo...

–Es tan normal para mí desde pequeña que la verdad no me había parado a pensar en ello. Lo hacemos naturalmente. Pero, sí, creo que es una buena filosofía para el planeta.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios