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José Antonio Castro, físico y matemático. Rodrigo Ucero

José Antonio Castro Moreno

Físico y matemático
«La teoría de números es la superestrella de las matemáticas»

Con solo 25 años el leonés desarrolla una tesis doctoral en Madrid gracias a una beca de Fundación La Caixa con la que quiere desentrañar más problemas como el del último teorema de Fermat

Viernes, 23 de mayo 2025, 08:15

Si hay una palabra que define a José Antonio es humildad. Quitándose importancia constantemente y con una educación ejemplar, no hay momento en la entrevista de 20 minutos que hacemos por teléfono en el que no se note la ilusión que le produce hablar de números, de matemáticas, pero también de su familia, de su vínculo tan especial con León y de su futuro. José Antonio Castro Moreno (León, 2000) es uno de los beneficiarios de la prestigiosa beca INPhINIR de la Fundación La Caixa que durante cuatro años le permitirá avanzar en su sueño de convertirse en un auténtico genio de los números.

Aunque la historia de Castro se desarrolla en Valladolid, Barcelona y Madrid, su origen hay que buscarlo en León. Más concretamente en el barrio de La Palomera, donde sus abuelos paternos regentaron durante años el mítico local de repostería Panochas. Fue en León donde sus padres se conocieron y donde José Antonio nació hace 25 años. Con solo dos años la familia se mudó a Valladolid por motivos laborales, pero hace años sus padres se pusieron al frente de la pastelería Rey Dulce y la conexión con León sigue siendo máxima.

Fue a caballo entre León y Valladolid, donde estudió en colegios e institutos públicos, cuando el amor del leonés por la física fue naciendo. Recuerda que en tercero de la ESO comenzó a interesarse por la física, no tanto por las matemáticas, que veía más como una herramienta para avanzar en el otro campo y no como un área de conocimiento en sí misma. En 2016 se alzaba con el oro en la fase autonómica de la Olimpiada de Matemáticas, y en 2018 lograba el primer puesto en la nacional de Física. A partir de ahí, el resto es historia.

Entró en el doble grado de Matemáticas y Física de la Universidad de Valladolid, donde descubrió las matemáticas «de verdad». «Las empecé a ver no solo como una herramienta para resolver problemas, sino como una ciencia y un campo de estudio por sí solo». Tanto es así que logró concluir el doble grado con un 9,2 de media en Matemáticas y un 8,8 en Física, siendo el mejor de su promoción.

Al salir de la universidad, llegaba el momento de tomar decisiones. Aunque inicialmente se planteó realizar la tesis en la UVA, la jubilación del que iba a ser su posible tutor en el doctorado le hizo llamar a la puerta de Nuno Freitas, matemático al que conoció en un curso en Madrid y experto en un área que siempre llamó la atención de Castro: la teoría de los números.

Tras los pasos del matemático que resolvió el Teorema de Fermat en 1995

«Crecí escuchando hablar del último teorema de Fermat, de las curvas elípticas... pero nunca pensé poder dedicarme a ello porque lo veía demasiado lejos», recuerda. Tras hablar con Freitas y ver qué camino seguir, se inscribió para cursar el máster en Advanced Mathematics and Mathematical Engineering en la Universidad Politécnica de Cataluña y la Universidad de Barcelona, que le permitía hacerse un plan de estudios casi a su medida. Un año después, concluía el máster con un 9,79 de nota.

Con Freitas realizó el Trabajo de Fin de Máster y, a su finalización, comenzaron a buscar vías para poder realizar la tesis. La opción de lograr una beca a través del grupo de investigación de Freira en Madrid estaba cerrada, y solo quedaba la opción de la FPU del Ministerio o de la beca de la Fundación La Caixa. Esta tercera propuesta fue la lograda, una beca que además de la dotación económica para hacer la tesis cuenta con una partida para que el investigador pueda hacer viajes a otros centros que le ha permitido conocer Chile, Arizona y próximamente Luxemburgo.

«El trabajo de Andrew Wiles ha sido, en los últimos 50 años, el avance más importante en la teoría de números. No solo porque lo pudiese resolver, si no porque las ideas que utilizó permiten atacar otras ecuaciones diofánticas»

Desde octubre realiza su tesis doctoral en el Instituto de Ciencias Matemáticas ICMAT de Madrid. En este momento de la entrevista llega el momento complicado, cuando la que escribe -de letras puras-, pide a un matemático que le explique en qué consiste la tesis. Y él logra hacerlo con un lenguaje sencillo y divulgativo.

Porque Castro lo que quiere es resolver ecuaciones diofánticas y si no, al menos, avanzar en el estudio de las mismas para lograrlo. «Tiene un nombre rimbombante, pero la idea es sencilla: resolver una ecuación pero encontrar soluciones que sean números enteros. En contra de lo que pudiese parecer, esto es más difícil que encontrar soluciones de número reales. Saber si una ecuación tiene soluciones enteras o no es un problema dificilísimo que en algunos casos lleva abierto más de 500 años. Parte de una premisa sencilla y un problema fácil de plantear, pero la solución no lo es», explica.

Por poner un ejemplo, hablamos del famoso último teorema de Fermat, uno de los casos más importantes de la teoría de números. El teorema que planteó Pierre de Fermat en 1637 no fue demostrado hasta 1995 cuando Andrew Wiles logró en un trabajo «espectacular» de siete años probar el último número. «Ha sido, en los últimos 50 años, el avance más importante en la teoría de números. No solo porque se pudiese resolver, si no porque las ideas que él utilizó permiten atacar otras ecuaciones diofánticas», explica el leonés.

Un futuro que pasa por dirigir un grupo de investigación

Bajo esta premisa, la tesis de Castro se centra en estudiar las curvas elépticas que tienen asociadas objetos matemáticos llamados forma modular. «Nuno ha seguido trabajando en estas técnicas de Wiles y es experto en el tema, por eso en mi tesis voy a estudiar estas curvas de forma detalladas para ver qué podemos hacer con esa información en otras ecuaciones diofánticas».

Durante los próximos cuatro años este será el día a día de Castro, con el deseo de llegar a descifrar otro teorema como el de Fermat o, al menos, allanar el paso para lograrlo en el futuro. «La teoría de números me parece la superestrella de la matemática, y poder dedicarme a ello es fantástico. Quiero acabar la tesis, hacer una estancia en el extranjero, formarme más y volver a España, quizá a la UVA, y crear un grupo de investigación en teoría de números en Valladolid como han hecho otros profesores como Pilar Bayer en Barcelona o el propio Nuno en Madrid».

«La teoría de números es la superestrella de las matemáticas, y poder dedicarme a ello es fantástico»

Con la humildad que le caracteriza, termina la entrevista recordando que de momento no ha logrado nada, pero reafirmándose en que lo dará todo para avanzar en el conocimiento de los números. «Está bien ser realistas, pero también está bien tener objetivos grandes y no decepcionarte si no consigues alcanzarlos. Hay que apuntar alto pero sabiendo que se puede fallar. Inténtalo, si no lo consigues no pasa nada, pero al menos lo has intentado», concluye lanzando un mensaje a los jóvenes que, como él, quieran abrirse un mundo en el maravilloso mundo de los números.

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