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Yuri Gagarin.
Se cumplen 55 años del primer viaje de un ser humano al espacio

Se cumplen 55 años del primer viaje de un ser humano al espacio

El vuelo del cosmonauta soviético Yuri Gagarin marcó el comienzo de una nueva etapa en la historia de la humanidad

EUROPA PRESS

Martes, 12 de abril 2016, 11:27

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El 12 de abril de 1961 el cosmonauta soviético, Yuri Gagarin, realizó el primer vuelo al espacio del mundo, rompiendo todas las barreras y marcando una nueva etapa en la historia de toda la humanidad.

El responsable del programa espacial soviético, Serguéi Koroliov, lo eligió para protagonizar este episodio histórico por su experiencia como piloto de caza a reacción. Teniendo en cuenta las características y capacidades de la tecnología espacial, eran necesarios candidatos específicos, profesionales absolutamente sanos y disciplinados, que tuvieran unos 30 años, midieran no más de 1,70 metros y pesaran entre 68-70 kilos.

Según apunta la agencia rusa RIA Novosti, nueve meses antes del legendario vuelo, los seis mejores pilotos soviéticos se reunieron con Koroliov que les mostró la primera nave espacial y preguntó quién quería conocer la cabina, un ofrecimiento al que respondió Gagarin, quitándose los zapatos y subiendo la escotilla.

Gagarin era el candidato ideal que finalmente fue aprobado para realizar el primer vuelo del hombre al espacio y cambiar la historia universal. Poco antes del viaje, Gagarin escribió una carta a su mujer, Valentina, sobre su esperado vuelo. "¿Puedo soñar con algo más? ¡Es historia, es una nueva era!. Dentro de un día despega mi vuelo. Creo en la técnica completamente. No debe fallar. Pero a veces pasa que un hombre se cae en el lugar más inesperado y se rompe el cuello. Aquí también puede suceder algo. Pero no lo creo. Si pasa algo, te pido, Valiusha, no te mates de dolor", decía la misiva.

El primer vuelo se realizó en modo automático, lo que suponía que el cosmonauta era pasajero de una nave espacial. Sin embargo, en cualquier momento, podía tomar el control manual de la misma. Los psicólogos soviéticos no sabían muy bien cómo se comportaría una persona sometida a una prolongada ingravidez, y admitían que el cosmonauta podía perder el control de sí mismo y podía querer conducir la nave de forma manual, por lo que el código numérico para desactivar el modo automático estaba guardado en un sobre cerrado. Se suponía que solo una persona consciente podía leer e introducir este código. Sin embargo, antes del vuelo alguien se lo desveló a Gagarin.

El camino hacia el cohete y el despegue

En el camino del cosmonauta hasta el cohete, la gente le pedía autógrafos. Ya sobre la plataforma metálica junto a la entrada de la nave, Gagarin levantó las dos manos despidiéndose de los que se quedaban en la Tierra.

Ahí comenzó la aventura soviética en el espacio. La primera nave espacial tripulada Vostok-1 fue lanzada a las 09.07 horas (hora de Moscú) desde el Cosmódromo de Baikonur (Kazjstán). Los registros de la agencia espacial rusa Roscosmos, aseguran que al oir el ruido de los motores, Gagarín gritó: "¡Vámonos!".

La nave dio una vuelta a la Tierra y aterrizó una hora y 48 minutos más tarde en un pueblo en la región de Sarátov, en el sureste de Rusia. Las señales de radio de la nave espacial soviética fueron capturadas por los observadores de la estación radar estadounidense Shemya, situada en las islas Aleutianas.

Cinco minutos más tarde, al Pentágono se le envió un mensaje cifrado. Al recibirlo, el empleado de turno de noche llamó a casa del doctor Jerome Wiesner, asesor de ciencia superior del presidente John F. Kennedy, para informarle de que los rusos habían adelantado a los estadounidenses.

En órbita, Gagarin realizó unos experimentos sencillos: beber, comer, escribir con un lápiz. Todas sus sensaciones y observaciones se registraron con una grabadora a bordo. "Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos", decía el cosmonauta mientras orbitaba la Tierra.

El descenso

Durante el descenso, Gagarin se sometió a una sobrecarga entre ocho y diez veces mayor de la normal, pero estaba preparado para superarla. Lo más complicado fue combatir el estrés psicológico ya que la temperatura exterior durante el descenso puede alcanzar los 5.000ºC y la cabina empezó a crepitar.

A una altitud de siete kilómetros, según el plan de vuelo establecido, Gagarin se catapultó. Yuri corrió el peligro de caer con su paracaídas en el agua helada del río Volga. Pero gracias a un buen entrenamiento previo al vuelo, pudo realizar unas maniobras y aterrizó entre a dos kilómetros del río. Las primeras personas que recibieron al cosmonauta en la Tierra fueron la esposa de un guardabosque local, Anna Tajtárova, y su nieta de seis años, Rita.

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