Un patíbulo de Agonía en medio de la esperanza
La Procesión Jesús Camino del Calvario pudo volver a salir a la calle desde la iglesia de Santa Marina y cubrió de dorado y morado al León más antiguo
El sol brillaba en el cielo, y en el León más antiguo lo hacía el dorado.
Nada se interpuso esta vez, ni la pandemia ni el tiempo, para que desde Santa Marina la Real partiera la Procesión Jesús Camino del Calvario.
Los atributos de la pasión y los más pequeños cruces con sudario anunciaban que este Miércoles Santo era día de dorado y morado, de Agonía de Nuestro Señor.
Una sola talla
Y lo corroboraba su único paso. Una talla sencilla pero muy venerada, no solo por las hermanas que componen la penitencial.
Brazos entrelazados al patíbulum y sentencia de muerte colgada al cuello. Jesús del Vía Crucis volvía a hacer enmudecer a un León que ya espera los días grandes de su Semana Santa.
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La música, de la Agrupación Musical del Desenclavo, vecina de parroquia de la Agonía, cubría de solemnidad la procesión que se abría camino entre miles de personas ansiosas por poder disfrutar, esta vez sí, de su pasión.
También participaron representantes de la ancestral Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y Ánimas del Santo Malvar, de León, que completaban el desfile.
Ganas de volver
Seriedad y saber hacer procesión entre las paponas de la Agonía, que demostraron las ganas de volver a la calle y se fueron creciendo con el avance del recorrido.
León volvió a disfrutar de la sencillez y la solemnidad de una cofradía moderna y pequeña que se sabe triunfadora en las grandes ocasiones como esta.