Uno se levanta dispuesto cada mañana a que le dé lecciones el resto de la humanidad. Las encajo con cristiana resignación en casi todos los casos, pero les confieso que me enervan cuando provienen de los que reparten todos los días carnés de progre, demócrata, inclusive -que es mixtura de inclusivo e inclusiva- y ahora también de feminista. No es que ni en el peor día de mi errática existencia haya tenido aspiración alguna a que me dieran carnet de feminista, porque el feminismo es una ideología política, lo que no me parece mal, pero yo ya tengo la mía. En resumen, lecciones sí, carnés no.
He sido educado en una familia en la que mi madre, que este mes cumplirá 92 años, decidió pronto que mi hermana no tendría que cuidarnos a los chicos como mi madre tuvo que estar pendiente de sus hermanos. Naturalmente es un eufemismo para decir que le encaramaron las tareas domésticas de las que ellos libraban, como en tantísimos otros hogares de la época. En consecuencia, pronto supe hacer la cama, la compra y, viviendo solo desde los 18 en Trobajo, también la comida si quería sobrevivir sin bocadillos de chorizo y donuts, la colada y la plancha. Cuando he reflexionado sobre ello, nunca tuve la sensación de agravio, o de que me cayeran labores de las que otros libraban. Lo interioricé inmediatamente y con naturalidad, prueba empírica de que el momento de corregir los desequilibrios que todavía existen -seguro que en mi caso también persisten muchos- es la infancia y no cuando me dan la matraca un día al año las que votaron para sacar violadores de la cárcel.
Para celebrar el 8M hemos leído en Leonoticias que un preso condenado por violación ha salido de la prisión de Mansilla dos años antes de lo que le correspondía según la sentencia original por beneficiarse de la ínclita ley del solo sí es sí. Parece que el preso 75. Esa ley que era imposible que facilitase la rebaja de las condenas y demás monsergas que el ágrafo Pachi López (Patxi es variante dialectal que en El Bierzo no se estila) razonó con lección magistral sobre la irretroactividad de la ley con igual tino que si yo me pusiese a dar una lección magistral sobre física cuántica o sobre cómo cambiar un grifo, pongo por ejemplo. Menos mal que dan lecciones fallidas de Derecho pero no reparten carnés de abogado como de progre y feminista. ¿Recuerdan cuando en noviembre la gente se escandalizaba porque llegaban a medio centenar los condenados por abusos sexuales y violación que se estaban beneficiando de la ley? Hemos dejado de contarlos cuando han llegado a 700. Pero las víctimas no pueden dejar de contarlos. Ni olvidarlos. En particular, cada víctima a su victimario, que es palabro para identificar al condenado que les trastocó la vida y la tranquilidad. Jamás la dignidad, que tienen mucho más entera que aquellos que apretaron el botoncito verde del escaño para aprobar este engendro legislativo que hay que corregir cuanto antes. Petrarca escribió que todo el mal que puede desplegarse en el mundo se esconde en un nido de traidores; añado yo que todo el mal que cabe en España puede esconderse en una violación que no se resarce hasta el último minuto de la condena por el voto de quienes traicionaron a las víctimas.
Pues nada, igual el violador búlgaro que salió justito de Villahierro para celebrar el 8M se anima a acompañar a sus benefactores en agradecimiento por librarle dos años de trullo, luego se acerca a cuantas concentraciones y manifestaciones haya, que tendrán como invitado de excepción repartiendo carnés de feminista al mismísimo Tito Berni, síntesis de la coherencia del discurso progre y blasón del pensamiento socialista, que ahora dispara en abanico desde la tranquilidad de la calle ,porque no se ha pedido su ingreso en prisión para ahorrarle el mal trago de conciliar discurso y praxis. El discurso feminista del PSOE contra la prostitución si se topa con un proxeneta y la práctica socialista propia de su clan en favor de la prostitución si se topa con un violador.
Pues nada, que este 8M en León -quienes no estén invitados a las manifestaciones feministas en Catar, claro- nos darán gritos repetitivos e hipócritas los y las que ayer se pusieron a caldo en el Congreso porque cada uno defiende las esencias de la izquierda progre y feminista, nos darán lecciones vacías mientras minimizan lo de los suyos con farlopa y putas, en la mejor tradición de los señoritos de derechas, que no es nada nada que diría el ágrafo, repartirán carnés igualitarios, eso sí con la cara del Tito Berni estampada en ellos. Y mientras, todo lo que hay que cambiar en el mundo real para conseguir una igualdad que aún no es suficiente ni de lejos, si eso ya que espere.