La Junta no descarta el toque de queda para contener la covid si se aplica en todo el país

«Estamos en guerra, contra un enemigo que no se ve y que causa víctimas directas e indirectas, sanitarias y socioeconómicas». Eligió ayer la consejera de Sanidad, Verónica Casado, estas palabras en busca de trasladar un oscuro escenario, con unos datos que hace tiempo que exigen medidas para no tener que repetir un confinamiento domiciliario.

La máxima responsable sanitaria de Castilla y León se mostró así favorable a un toque de queda, pero «con un entorno judicial seguro y bien definido, desde el Gobierno central con el apoyo del Consejo Interterritorial y con los mismos límites y horarios para todas las comunidades». De hecho, destacó, «esta consejera ya lo planteó en el anterior Consejo Interterritorial». Casado explicó que este tipo de «medidas intermedias pueden tener un impacto positivo» para frenar la pandemia de coronavirus y evitar así llegar a la mayor restricción, que es la de decretar el estado de alarma para un confinamiento domiciliario «al que no se quiere volver porque tiene efectos secundarios a todos los niveles. Todos sabemos que el confinamiento es positivo desde un punto de vista sanitario», señaló, pero la consejera insistió en la dificultad y en la necesidad de buscar el «equilibrio para mantener activa a toda la sociedad».

Verónica Casado destacó asimismo que esperaba que el próximo Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que se reúne de nuevo mañana, apruebe los reclamados indicadores, umbrales y medidas concretas comunes para aplicar en poblaciones de más de 5.000 habitantes ante el incremento de los contagios. La consejera defendió que los criterios establecidos de incidencia acumulada en 500 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días son «elevadísimos» y destacó su deseo de trabajar con 150 o 250, «con limitaciones según datos, pero tienen que ser criterios comunes».

Casado, en su comparecencia para informar sobre la situación epidemiológica en Castilla y León, volvió a reclamar el respeto a las medidas como lo más importante para lograr efectos sobre la pandemia. «No se cumplen, ni lo más básico de lavado de manos, metro y medio de distancia y mascarilla, que se nos olvidan cuando estamos en reuniones familiares o de amigos».

Los datos son más negativos cada día. Solo Ávila registra descenso de nuevos casos en la última semana, las ocho provincias restantes tienen una tendencia creciente; aunque algunas especialmente negativas como Palencia o León que no acaban de remontar. A este respecto, la responsable sanitaria justificó así la prórroga de los aislamientos perimetrales en estas ciudades y destacó que, «en ocasiones, se tarda en ver resultados porque no se rompe bien con la transmisión y porque hay un periodo de incubación» que hace que los casos salgan a la luz más tarde. Recordó que en Miranda de Ebro (Burgos), todavía con la movilidad limitada, «costó mucho pero ya empieza a bajar» y pidió tranquilidad y extremar el quedarse en casa en esos municipios. Insistió, respecto a los confinamientos en general, en que de poco sirve no salir de la localidad si el movimiento interior es amplio.

Casado insistió a lo largo de toda la rueda de prensa en que esta situación «empieza a preocupar muchísimo» y advirtió de que algunos expertos señalan que «la segunda ola se espera con una curva más plana pero más larga, con un pico en noviembre, que se extenderá hasta mayo» y señaló que confiaba en que no se cumpliera.

Acompañó a la consejera a la rueda de prensa la responsable de rastreo de casos en el centro de salud de Parquesol de Valladolid, Laura Ruiz. Esta enfermera llamó especialmente la atención, como principal foco de contagio, sobre las reuniones de familia y amigos; así como que las personas se queden en casa en cuarentena cuando tengan síntomas o estén a la espera de resultados de una PCR.

Ayer Castilla y León volvió a sumar 985 casos y 20 fallecimientos. Este martes entró en confinamiento Aranda de Duero y hoy lo ha hecho la ciudad de Burgos; además de prorrogarse otros 14 días Palencia, León y San Andrés de Rabanedo. Medina del Campo tendrá otra semana de medidas más restrictivas. Únicamente San Pedro de Latarce presenta una evolución con pocos casos que «llevan a confiar en que con esta semana sea suficiente y se pueda levantar la restricción a la movilidad».

Respecto a la capital vallisoletana, la consejera explicó que, aunque tiene una tendencia creciente, se mantiene con vaivenes sin llegar a alcanzar los 500 casos por lo que «tranquilidad a día de hoy», aunque precisó que las situaciones cambian rápido. En las capitales de provincias, los casos acumulados por cada 100.000 y en 14 días son: en Ávila de 406,9; en Burgos, 517; en León, 706; en Palencia, 749,89; en Segovia 307,7; en soria, 177,67; en Salamanca, 643,43; en Valladolid, 461,44, y en Zamora, 280 en Zamora.

Lo que sí descartó la consejera es un confinamiento perimetral de toda la comunidad, a la manera de Navarra, «dada la extensión y dispersión de Castilla y León y las situaciones muy dispares de cada zona» puesto que lo que se persigue, sobre todo, es que estas poblaciones no salgan y contagien otras zonas. El objetivo que se persigue «es cortar la cadena de transmisión de contagios». Castilla y León es la quinta comunidad con mayor incidencia acumulada a catorce días, con 486,17 casos por 100.000 habitantes (312,22 de media nacional) y la cuarta a siete días, que ha sumado 6.862 casos positivos nuevos.

En cuanto al indicador del índice de reproducción del virus, es decir, la capacidad para contagiar –que es una mala señal cuando supera el 1–, es de 1,13 de media en la comunidad. La consejera repasó los negativos datos de Burgos, con 1,14; León, con 1,15; Palencia, con 1,22 ; Salamanca, con 1,09 en Salamanca; Soria, con 1,64 en Soria; Valladolid, con 1,03 y zamora, con 1,47 en Zamora. Por debajo, solo Ávila y Segovia, con 0,94 y 0,93, respectivamente.

Una semana más sigue al alza la presión asistencial en los hospitales que suman datos propios de abril, con 1.160 pacientes covid en los hospitales, de ellos 156 en las UCI; entre ellos, el caso más joven de la región, con tan solo 18 años. La consejera insistió en la necesidad de mantener la atención a enfermedades crónicas y graves ajenas al covid y no descartó la colaboración con la privada pero para ello, precisó, «hace falta el estado de alarma». También destacó que no se ha suspendido ninguna cirugía.