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700 jóvenes reflexionan en León

700 jóvenes reflexionan en León

Visto este intuitivo muestreo muchos jóvenes leoneses están perfectamente conectados con la sociedad en la que les toca vivir y sufren sus mismas acciones, desvelos y generan las mismas expectativas, lo que desmiente a Homero cuando afirmó que la juventud tiene el genio vivo y el juicio débil

Eduardo Fernández

Jueves, 26 de enero 2023, 13:57

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Leonoticias ha tenido bien sacarme del hastío de las acostumbradas noticias negativas para León con un titular, el mismo que encabeza estas líneas, que espero sea preludio de reflexiones más duraderas. No es que uno tenga la sospecha de la imposibilidad de que 700 jóvenes leoneses reflexionen al unísono, ni siquiera de forma simultánea. O incluso que 700 jóvenes en esta provincia llegan a reflexionar en algún momento, aunque sea por separado. Confiemos en que los jóvenes son lo mejor de nosotros mismos, una antesala de un futuro más prometedor.

Para empezar, porque uno no sabe muy bien entre qué edad se mueve el concepto «joven leonés». Tenemos muchos pueblos en los que los jóvenes del lugar rebasan ampliamente la cincuentena. Por otro lado, mi hijo de 18 tiene la sensación de que su hermana de 24 ha salido ya de la juventud; probablemente crea también que sus padres estamos en la más irreversible decrepitud. Yo no lo noto en las articulaciones ni la creciente laxitud de la barriga, pero sí en que cada vez me alejo más de los debates inducidos desde la política. Escribió Víctor Hugo que «los cuarenta son la edad madura de la juventud; los cincuenta la juventud de la edad madura», así que yo estoy afrontando una segunda juventud, o tercera, o la que sea, porque no recordar las juventudes que se llevan encima viene a ser refrendo de haber salido irremisiblemente de ellas. Claro que Mateo Alemán dejó escrito en su Guzmán de Alfarache que «la juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu», y ahí vamos tirando tres cuartas partes de esta provincia.

Lo del Guzmán de Alfarache, ya lo recordarán ustedes, es obra cumbre de la picaresca. No es que en León falte precisamente picaresca, como acreditan algunas sonadas actuaciones policiales y judiciales que, como la de la Púnica, están dando para un serial. Serial en el que salimos algunos invitados a cuenta de inquina o de envidia, que es en ambos casos consejera negrísima para intentar gobernar nada, ya sea Diputación, partido o comunidad de vecinos. Parece que algunos que no me podían ni ver vinieron a verme en seguida para seguir y hasta hoy.

Pero volvamos a la juventud que reflexiona, porque si puede ponerse en duda que existan 700 jóvenes reflexionando simultáneamente León, es sin embargo una evidencia acreditada que desde el principio de los tiempos no ha llegado a haber 700 políticos que hayan pensado León cuando tocaba, por supuesto incluyéndome a mí en su momento.

Tengo la oportunidad de impartir una asignatura sobre los valores constitucionales y la educación en la Universidad de León que me permite contrastar las encuestas del CIS sobre percepción de los problemas principales de España con la visión de los estudiantes. Ciertamente no es una evidencia estadística susceptible de universalizarse, pero no deja de ser una referencia mejor que las noticias que a veces se le trasladan a la opinión pública por interés partidista.

He constatado este año, con asombro sorprendente por mi parte, que mis alumnos coincidían en cuatro de los cinco problemas calificados como más graves que reveló la encuesta del CIS del mes de noviembre, y por el mismo orden. Claro está, aquello que ellos no consideran prioritario cuanto tiene que ver con la sanidad, porque con 18 años debe verse todo lo que afecta la salud únicamente en términos de más pronta eliminación de los moratones deportivos, excesos alimenticios y eventualmente recuperación de la resaca, sin duda esto en un porcentaje muy minoritario de la población joven, a diferencia de lo que ocurría con mi generación. Entonces y ahora.

Visto este intuitivo muestreo muchos jóvenes leoneses están perfectamente conectados con la sociedad en la que les toca vivir y sufren sus mismas acciones, desvelos y generan las mismas expectativas, lo que desmiente a Homero cuando afirmó que la juventud tiene el genio vivo y el juicio débil. También he podido comprobar empíricamente que estos problemas que atenazan en la sociedad española y a muchos jóvenes leoneses no aparecen en el debate político actual, más cercano al ruido que la reflexión. «Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros», opinó Sócrates y parece haber sido un mantra sostenido por cada generación desde el clasicismo griego hasta este mismísimo minuto. Pues no; en León reflexionan los jóvenes y a buen seguro esa reflexión les llevará a cambiar el mundo.

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