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El líder del PP, Pablo Casado. efe
Casado acusa a Sánchez de preferir aliados con «manos manchadas de sangre» para gobernar

Casado acusa a Sánchez de preferir aliados con «manos manchadas de sangre» para gobernar

El PSOE replica que la «irresponsabilidad» del líder del PP le inhabilita para dirigir el país

Lunes, 8 de abril 2019

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Pablo Casado ha encontrado en los apoyos parlamentarios de Pedro Sánchez su principal argumento de campaña para llamar al electorado de la derecha a aglutinar el voto bajo las siglas PP. Esa, concentrar el máximo número de papeletas, que no se dispersen en Ciudadanos y Vox, es la principal obsesión de la dirección nacional del partido cuando su espacio político se ha fracturado en tres y las encuestas auguran para los populares el peor resultado de su historia. Y para lograr frenar las fugas, el líder de los conservadores advierte a sus votantes de que hay una amenaza externa que combatir: un presidente del Gobierno al que presenta como aliado del «golpismo y el terrorismo».

No es la primera vez que Casado reprocha a Sánchez el haber aceptado, entre otros, los respaldos de EH-Bildu y los independentistas catalanes para sostenerse en la Moncloa. Las conversaciones con la Generalitat de Cataluña ya llevaron al líder del PP a cuestionar el carácter constitucionalista del PSOE. Este lunes, sin embargo, extremó el mensaje. «Prefiere -aseguró en referencia al jefe del Ejecutivo- manos manchadas de sangre a manos pintadas de blanco. Prefiere manos pintadas de amarillo a manos abiertas a todos los españoles».

La semana pasada el voto de Bildu, Esquerra y PDeCAT a los últimos decretos del Gobierno y la justificación de Arnaldo Otegi, que aspira a que su fuerza política sea «decisiva» en el Congreso de los Diputados en la próxima legislatura, ya provocó la reacción airada del PP. Aunque las medidas gubernamentales fueron también avaladas por Podemos, PNV y, en algunos casos, Ciudadanos, Casado puso el foco en la izquierda abertzale y reprochó a Sánchez que busque sostén en los «proetarras». Ahora, a tres días de que comience, al menos de manera oficial, la campaña, en Génova han pisado el acelerador y su presidente sostiene que con Sánchez se están «convalidando la violencia y la deslealtad como mérito político y requisito electoral».

La incomodidad

Aunque afirmaciones tan elevadas incomodan a los sectores más moderados del partido, fuentes territoriales del PP creen que en campaña «difícilmente habrá un replanteamiento». Esas mismas voces explican que la batalla real se libra con Ciudadanos y Vox y deducen que, para evitar nuevos trasvases de votos, Casado ha optado por incidir en el «peligro público» que, según él, es Sánchez en lugar de atacar a sus socios potenciales con el riesgo de soliviantar a sus propios votantes. El objetivo sigue siendo, en todo caso, que el electorado asuma que apostar por Vox es «debilitar» en número de escaños al bloque de la derecha. «El patriotismo -se permitió este lunes el candidato de los populares- no está reñido con las matemáticas».

En la cúpula de la formación no daban la semana pasada, en todo caso, por sentado que este vaya a ser el modo de expresarse de su candidato a la Moncloa durante los próximos 15 días. La vehemencia del discurso dependerá, apuntan, de lo que acontezca. Aunque esta haya sido la tónica en las jornadas previas a la contienda.

«El tono -defendieron, pese a todo, fuentes de Génova- es de moderación». Y esa idea quiso recuperarla este lunes Casado para presentar su programa electoral en Barcelona y reivindicar al PP como una organización no sólo moderada, sino «centrista y reformista». Se negó a aceptar lecciones de quienes, aseguró en alusión a los socialistas, pactan con «esa hidra de siete cabezas de los 'batasunos', proetarras, independentistas, separatistas, comunistas, prochavistas y procastristas».

El PSOE, en su estrategia de desdeñar la campaña de Casado, no tiene por costumbre responder a sus manifestaciones, pero el director de campaña de los socialistas, José Luis Ábalos, consideró este lunesque esta vez la alusión a las manos ensangrentadas merecía una contestación. Ese tipo de comentarios, advirtió, «demuestran su absoluta desesperación» por las malas perspectivas electorales del PP y «el nivel de irresponsabilidad» del candidato de los populares.

El también secretario de Organización del PSOE señaló que ese tipo de manifestaciones «le inhabilitan para presidir España» porque no son propias de un líder serio. Casado, subrayó, «no debería jugar con estas cosas» porque están fuera del debate político y entran en el terreno de «la criminalidad». Pero hecha la advertencia, regresó a la estrategia del menosprecio para encuadrar esas palabras en el «nivel 'in crescendo' de delirio» que ha adquirido la campaña de los populares.

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