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Vista lateral de la catedral de la Almudena en Madrid. Foto: REUTERS / Vídeo: Atlas

El Vaticano asegura que no se pronunció ante Calvo sobre el lugar de la inhumación de Franco

La vicepresidenta habla de acuerdo para que los restos del dictador no se entierren en la Almudena y asegura que el Estado tiene «instrumentos» para imperdirlo

Martes, 30 de octubre 2018, 12:05

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El Vaticano dio hoy un excepcional paso al frente para matizar, a través de un comunicado, los términos en los que se produjo este lunes la conversación del secretario de Estado Pietro Parolin y la vicepresidenta Carmen Calvo sobre los restos de Franco. La número dos del Ejecutivo había asegurado a primera hora de la mañana que había un acuerdo para encontrar «de manera conjunta» una «salida» al problema de la ubicación del cuerpo del dictador, una vez sea exhumado del Valle de los Caídos. «Una salida que, obviamente -subrayó-, no puede ser la Almudena». La Santa sede asegura que Parolin no se pronunció «en ningún momento» sobre el lugar de la inhumación.

El desmentido, sin embargo, no es rotundo. En un alarde de su famosísima diplomacia, la nota apunta que Calvo sí expresó su preocupación por la posible sepultura de Franco en la catedral ubicada en pleno centro de Madrid y su deseo de explorar otras alternativas, «también», subraya, a través del diálogo con la familia. Y añade que al cardenal Parolin, mano derecha del Papa, esa solución le pareció «oportuna».

En el Gobierno y en el PSOE sostienen que la Iglesia cree que enterrar al dictador en la cripta que de la Almudena podría ser problemático por el riesgo de que el lugar se convierta en lugar de peregrinación para nostálgicos de su régimen, que haya profanaciones o, en definitiva, que en torno al recinto se produzcan escenas de confrontación. Y remarcan el empleo del adjetivo «oportuna» en el escrito del Vaticano. Sin embargo, en público, el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, se ha limitado a pedir hasta ahora el «mayor consenso posible» entre el Ejecutivo y los Franco y a informar de la disposición de «acoger en terreno sagrado los restos de un bautizado».

En su último comunicado, emitido el dos de octubre, Osoro insistió en que la Iglesia quiere «preservar su independencia política, fomentando el espíritu de concordia entre los españoles y cultivando la oración para el logro de una convivencia en paz, justicia y libertad». Algunos leen entre líneas su incomodidad con que la céntrica catedral sea el lugar elegido por los herederos de Franco para la inhumación. Otros, un mensaje al Gobierno para que no le salpique con todo este asunto en el que, inevitablemente, es parte.

El caso es que el derecho canónico no permite a la Iglesia oponerse a los deseos de la familia del dictador, que posee en el recinto anexo a la catedral (abierto al público a diario entre las 10 y las 20 horas) una sepultura a perpetuidad en la que están enterrados su hija y su yerno. Su mujer, Carmen Polo, en cambio, está en el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo. Osoro siempre ha dejado claro, pese a todo, que acataría la ley, y por ese motivo no se ha negado a que tenga lugar la exhumación en Cuelgamuros, a pesar de que los Franco se opusieron a ella.

Iglesias apunta que Franco debería ser enterrado en El Pardo

EP.-El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, coincide con el Gobierno en evitar que los restos de Francisco Franco sean enterrarse en la cripta de la catedral de La Almudena de Madrid y en su lugar ha propuesto enterrarlo en el cementerio de Mingorrubio (El Pardo), donde está la tumba de su esposa Carmen Polo. «Si se confirma que hay un acuerdo (con el Vaticano) para evitar que los restos de un dictador descanse en el centro de la capital de España, sería un buen acuerdo», ha afirmado en declaraciones a los medios de comunicación en el Congreso.

El comunicado del Vaticano se ratifica en que la Iglesia no pondrá pega alguna a sacar a Franco del Valle de los Caídos. Y Calvo trató de ofrecerle hoy la coartada para que pueda justificar que tampoco se le dé sepultura en la Almudena. Según la vicepresidenta, la ley prohíbe el enaltecimiento de la dictadura y, por lo tanto, los restos del dictador no podrían ser inhumados «en ningún lugar en el que puedan ser homenajeados».

Pese a la afirmación categórica de la número dos del Ejecutivo, no hay hoy por hoy ninguna ley que prohíba el enaltecimiento del franquismo como tal. En la ley de la memoria histórica simplemente se explicita que en del Valle de los Caídos «no podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas o del franquismo», pero no dice nada de otros lugares. La misma norma también autoriza a las Administraciones públicas a retirar símbolos o menciones conmemorativas que puedan entenderse como exaltación de la dictadura (por ejemplo, esculturas o nombres de calles) pero añade que ese principio no será de aplicación «cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley».

Es cierto, sin embargo, que en el real decreto aprobado el pasado agosto por el Gobierno para forzar la salida de los restos de Franco de la abadía benedictina en la que se encuentran -y que ahora se tramita como proyecto de ley en el Congreso- se apelaba a la dificultad de hacer «efectivo» el «mandato legal de la no exaltación del franquismo» si no se procedía a la exhumación. Por eso parecería un sinsentido limitarse a trasladar el problema de un lugar a otro. «Nosotros -insistió Calvo en su relato sobre la conversación con Parolin- advertimos de que vamos a aplicar la legislación y eso significa que los restos no pueden estar en ningún lugar en el que puedan ser enaltecidos y homenajeados».

Ley de memoria histórica

En la ley de la memoria histórica simplemente se explicita que en ningún lugar del Valle de los Caídos «podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas o del franquismo», pero no dice nada de otros lugares. La misma norma también autoriza a las administraciones públicas a retirar símbolos o menciones conmemorativas que puedan entenderse como exaltación de la dictadura (por ejemplo, esculturas o nombres de calles) pero añade que ese principio no será de aplicación «cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley».

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