El TSJCyL confirma siete años y medio al acusado de violar y abandonar a una mujer en un descampado en León
La Audiencia Provincial de León condenó al acusado como responsable de un delito continuado de abusos sexuales a la pena de siete años y seis meses de prisión
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León desestima el recurso presentado por un acusado de abuso sexual a una mujer a la que ofreció trabajo. La Audiencia Provincial de León condenó al acusado como responsable de un delito continuado de abusos sexuales a la pena de siete años y seis meses de prisión, así como la prohibición de aproximación a menos de 500 metros de la víctima.
Finalmente, el acusado debe indemnizar a la mujer en la cantidad de 12.000 euros y a la Gerencia Regional de Salud en la cantidad de 101 euros. Una sentencia que ha sido confirmada de manera íntegra por el TSJCyL.
La Audiencia Provincial de León dictó sentencia en enero de 2023, en la que declaró probados que en febrero de 2019, la víctima publicó un anuncio ofreciéndose como cuidadora de niños, ancianos y enfermos. La mujer es de nacionalidad venezolana y había llegado a España un año antes. A los pocos días, el acusado contactó desde su teléfono con ella ofreciéndole un empleo como cuidadora de una tía suya que estaba enferma, manifestándole que «era muy urgente y que si no quería perder el trabajo debería presentarse en León lo antes posible».
Oferta laboral
La víctima prestó su conformidad al trabajo ofrecido, le dijo que no tenía familia o pareja en España y decidió viajar a León, adquiriendo el billete a través del dinero que le prestó un amigo suyo. El acusado fue a recogerla a la estación de León y le explicó que la razón de ir al piso era que empezaría a trabajar inmediatamente y se ofreció a encargarse de los trámites necesarios para la autorización de residencia, dado que la mujer se encontraba en situación irregular en España.
Según se desprende de la sentencia de la Audiencia Provincial de León, en el piso el acusado intenta seducirla y le dice que «era muy guapa» e iba introduciendo en la conversación temas de naturaleza sexual. En un momento dado, la intentó besar, pero ella aseguró que «no podía ser, que sólo quería trabajar».
Dos agresiones
La situación de presión creada produjo en la vícitma un sentimiento de miedo, confusión y de bloqueo a la hora de tomar decisiones y reaccionar ante la insistencia del acusado. Así, con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales la penetró vaginalmente utilizando un preservativo.
En la mañana siguiente salieron del piso y fueron a tomar un café y mientras él se ausentó durante unos veinte minutos la víctima intentó pedir ayuda, pero al estar bloqueada se limitó a anotar en una servilleta la matrícula del vehículo. Seguidamente, con la excusa de que iba a ver a su tía, se desplazan en el vehículo hasta un descampado en León cerca de la zona del Hospital Universitario y allí, a pesar de que de ella no quería tener relaciones sexuales, el acusado volvió a forzarla y la penetro vaginalmente, esta vez sin preservativo.
Con la amenaza de que «no contara a nadie lo que le había sucedido porque sabía cómo localizarla y que le iba a ayudar para conseguir los papeles» dejó a la víctima en un bar donde, con la ayuda de una camarera, logró llamar a la Policía y contar lo sucedido.
