Araceli Cañadas, la única profesora de Historia del Pueblo Gitano.
Araceli Cañadas – Profesora universitaria de Historia Gitana

«Solo hay dos formas de ser gitano: o eres delincuente o eres artista»

La docente visita León para recordar los vínculos de esta tierra con el pueblo gitano que se iniciaron hace ahora seis siglos y sin el que «la historia de España sería muy diferente»

Miércoles, 28 de mayo 2025, 08:18

La primera sesión de clase siempre pregunta a sus alumnos si creen que la historia de España sería la misma sin la llegada de los gitanos. Y la respuesta es que «claramente, no». Luego llega el primer choque de realidad cuando les dice que ella es gitana y no la ven «ni con bata de cola ni con el pelo hasta los tobillos».

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Araceli Cañadas visita este miércoles, 28 de mayo, la Facultad de Educación de la Universidad de León -12:00 horas-. Lo hará como la única profesora universitaria que imparte asignatura sobre Historia y Cultura del Pueblo Gitano en la Universidad de Alcalá de Henares.

Llega a León a través de su amiga María Hernández, exconcejala del Ayuntamiento de León y firme defensora del colectivo en la ciudad. Lo hace para rendir homenaje a los seis siglos desde la llegada de este pueblo a la península Ibérica.

Y es que León tuvo su importancia en ese acontecimiento histórico que ha quedado fijado en el 25 de marzo de 1425, apenas dos meses después de la primera referencia de la entrada este pueblo nómada por Francia. «Llegó a León un caballero de Egipto la Menor y otros hombres y mujeres que venían en su compañía», recoge el documento que data esta llegada a través de una peregrinación por el Camino de Santiago.

La profesora Araceli Cañadas reconoce la complejidad de su docencia universitaria partiendo de la base de que tiene alumnos a los que les sorprende que el pueblo gitano tenga una historia y una cultura que contar. «Se creen que más allá de Gipsy Kings, el flamenco, el 'lolailo' y la castañuela no hay nada más. Vienen con expectativas folclóricas y romantizadas, pero aquí les cuento la historia de la minoría más numerosa de una cultura endógenamente europea».

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La asignatura de Araceli y el pueblo gitano

Y se sigue encontrando estereotipos: «El principal es que solo hay dos formas de ser gitano: o eres un delincuente o eres un artista; no puede haber gente normal que va a por el pan y que trabaja ocho horas». Sin embargo, todo cambia después del curso y muchos alumnos llegan el año siguiente recomendados por los anteriores.

La asignatura reclama «un grado completo», apunta, en el que se incluyera literatura, lengua, historia jurídico y un amplio abanico de ramas sobre la cultura gitana. Su principal propósito es dar una docencia «antirracista y en defensa de los derechos y las libertades» y para ello hace un recorrido histórico de su llegada a Europa, el genocidio durante la II Guerra Mundial, su asentamiento en Rumanía, Reino Unido o Rusia y, por supuesto, la llegada a España. «Es una visión crítica de la interpretación de los historiadores de la academia y de nuestras influencias en la literatura, el arte, la pintura o las lenguas como el romanó y el caló».

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Ella imparte la única materia sobre historia cultura del pueblo gitano en todo el país, algo que entiende «sintomático» de la laguna de conocimiento que existe al respecto. «La realidad es muy diversa y la universidad, desde el rigor científico, debe ser escrupulosa y observar todas las partes».

Y esta gitana presume de todo lo que han aportado como pueblo a España: desde las guerras a la transición; desde aportaciones económicas y culturales al pensamiento. «Como ejemplos concretos están la herrería y la cábala; o el comercio, que sin nosotros hoy la señora María no podría comprar el camisón en el mercadillo de su pueblo». Y también pone nombres, como los de Lorca y Cervantes, que tiraron de este pueblo para sus inspiraciones: «El poemario más conocido en lengua castellana es el Romancero Gitano de Lorca».

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Haciendo mención a José de Zayas o María Cabrera, grandes gitanos españoles de la historia, lamenta que el racismo estructural siga existiendo y que a lo largo de los siglos se haya manifestado de alguna u otra manera: «Se sigue negando la negación de una identidad. No tienes cultura o historia, eres un ladrón o un invento. Pero si lo contrastas con documentación de hace seis siglos es difícil de sostener», sentencia.

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