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Un profesor jubilado, cuyo nombre prefiere mantener en el anonimato, ha conmovido a los leoneses con una historia de amor y nostalgia que, aunque nunca llegó a materializarse, permaneció viva en su memoria durante seis décadas.
Tras años viajando por diferentes lugares, decidió regresar a León y, tras meses pensándolo, tomó una de las decisiones que más tiempo llevaba pensando: encontrar a una mujer que conoció hace más de 60 años y que nunca pudo olvidar.
Durante las últimas semanas, varios carteles escritos a mano han aparecido en la ciudad, captando la atención de transeúntes y redes sociales. En ellos, el profesor lanzaba un mensaje breve pero cargado de significado: «Profesor, jubilado, busca señora de alrededor de 80 años que, de jovencita, trabajaba en el taller de modista de la calle Cascalería de León».
La historia despertó la curiosidad y la esperanza de muchos, quienes dejaron mensajes en redes sociales con posibles pistas sobre la identidad de la mujer. Sin embargo, el desenlace no fue el esperado. Una de las hijas de una antigua trabajadora del taller confirmó que la mujer a la que buscaba el profesor había fallecido años atrás.
Profesor jubilado
El hombre, con melancolía, recuerda cómo conoció a aquella joven recadera en el taller de modista. «Me llamó la atención desde el primer momento, pero nunca intenté nada porque sabía que me tenía que ir y que aún me quedaban muchas batallas por pasar», confiesa. A pesar de la distancia y el tiempo, jamás la olvidó. «Aunque nunca volví a buscarla, siempre me acordé de ella», admite.
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A lo largo de su vida, el profesor construyó su camino lejos de León, pero su regreso a la ciudad reavivó los recuerdos de lo que nunca pudo ser. «Ella era mucho más joven que yo y no quería que se ilusionara, por responsabilidad no podía dar ese paso», explica. No obstante, aunque hizo su vida y conoció a otras personas, nunca dejó de pensar en aquella joven recadera. «Siempre recé por ella», confiesa.
Después de tanto tiempo, decidió seguir la intuición que lo había acompañado toda su vida: buscar a esa persona que un día le marcó el corazón. Pero el destino le tenía preparada otra lección. «Supongo que cada uno tiene lo que merece», reflexiona con resignación, sabiendo que jamás podrá compartir una conversación con la mujer que tanto pensó reencontrar.
La historia de la recadera del taller de costura quedó en el pasado, pero en su regreso a León, el profesor no pudo evitar preguntarse qué habría sido si las cosas hubieran sido distintas. «Cuando he vuelto, he pensado en todo lo que no ocurrió, y creí que nunca sería tarde para intentar saber de ella», concluye.
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