Opositores leoneses reclaman bibliotecas abiertas en verano: «No pedimos 24 horas, solo estudiar»
Critican el cierre generalizado de espacios públicos de estudio y piden soluciones reales para los meses estivales
Decenas de opositores de la provincia de León vuelven a alzar la voz este verano ante el cierre de todas las bibliotecas públicas fuera del horario de mañana. Aunque durante la semana se abrirán entre las 9:00 y las 14:00, los aspirantes a plazas en cuerpos como Policía Nacional, Guardia Civil, Justicia, Hacienda o Seguridad Social, consideran la medida «insuficiente».
«No pedimos una biblioteca 24 horas, solo un sitio donde poder estudiar», reclama Paula Yagüe, opositora al PIR (Psicóloga Interna Residente). La joven forma parte de uno de los muchos grupos de estudio que se organizan para preparar sus exámenes. «En nuestro grupo somos siete, pero si nos juntamos todos pasamos fácilmente de 30 personas solo que conozcamos bien pero luego hay mucha más gente. Y estamos en toda la provincia», explica.
Los afectados denuncian que ya el verano pasado recogieron cerca de 200 firmas y presentaron quejas formales en el Portal del Ciudadano, el Ayuntamiento y la Diputación, sin recibir respuesta.
Un problema que se repite por segundo año
La situación no es nueva. Según los opositores, desde hace al menos dos veranos las bibliotecas públicas y universitarias cierran completamente o reducen su servicio a mínimos. En 2023, el Instituto Leonés de Cultura (ILC) abrió por las tardes en julio, pero este año cerrará durante julio y agosto. La justificación habitual es la «falta de personal».
«En casa no se puede estudiar con estas temperaturas. Solo pedimos una sala, aunque cobren una tasa simbólica», añade Judit Gutiérrez, que oposita al cuerpo de Justicia.
Un cierre sin alternativas
«En otras ciudades, al menos se habilitan aulas universitarias o centros culturales. Aquí no hay ninguna alternativa».
El cierre total de la Universidad de León en verano implica además el bloqueo de todos sus espacios de estudio, lo que agrava la situación. «Y lo peor es que nadie responde: ni Ayuntamiento, ni Diputación, ni Universidad», insisten.
Los opositores subrayan que se trata de un servicio cultural básico, y reclaman que se trate como tal. «Estudiar también es cultura. Solo pedimos un sitio digno para poder preparar nuestro futuro», concluye Gutiérrez.
