Cuatro conexiones de trenes que pasan por León, afectados por la huelga de Renfe en Asturias
Los sindicatos denuncian que «se están cubriendo puestos con maquinistas de otras provincias» y esto supone un «problema laboral»
Las secciones ferroviarias de CC OO y UGT tienen convocada una huelga de 24 horas este jueves 31 de julio en Asturias centrada en los servicios de larga distancia, esto es, en los Alvia, AVE y Avlo. Es su manera de protestar por la falta de personal en Renfe y por la serie de decisiones tomadas que vienen trasladando parte de la carga de trabajo a otras provincias.
En una jornada laborable normal seis serían los servicios de larga distancia programados para cada sentido. El director general de Organización y Talento de Renfe solicitó que se protegieran diez de ellos declarándolos servicios mínimos, pero finalmente el Ministerio de Transportes rebajó esa pretensión, blindando nueve frecuencias. Se da la circunstancia de que en materia ferroviaria basta con convocar una huelga para que la administración fije qué trenes se moverán, y la operadora, en consecuencia, suprima el resto. De esta forma se evita tener a los viajeros en el andén, dependiendo para su desplazamiento de la decisión que tomó el maquinista o el interventor.
De esta forma, están aseguradas el 75% de las frecuencias, y se ha procedido a cancelar solo tres servicios. Se trata del Alvia que dejaba Gijón a las 8.40, el que salía de Chamartín a las 6.49 y el que debía hacerlo desde Avilés a las 16.58. Los usuarios con billetes en esos servicios ya habrían recibido el aviso de la compañía, ofreciéndoles su reubicación en otro tren o la devolución del billete.A estas incidencias previstas, se añadió una esta mañana. El tren madrugador, con salida de Gijón a las 5.45, inició la ruta con 73 minutos de demora. Esta frecuencia solía iniciar el recorrido a las 5.58 pero como las obras de duplicación de vía entre León y Palencia han alargado los tiempos de viaje, la empresa optó por adelantar la salida, para así asegurar que se seguía llegando a Madrid a las 9.37. El problema es que en ocasiones eso impide que el maquinista que por turno debe ponerse al frente de la unidad haya contado con las 14 horas de descanso reglamentario entre servicio y servicio, algo que, por compromiso con el trabajo, vienen orillando los conductores, según explican fuentes de la plantilla. «Hoy, al ser día de huelga, se va por el libro», explican los representantes. El maquinista llegó así más tarde de esperado, a lo que se unió una avería en la unidad que demoró más la salida.
Ignacio Guzmán, responsable de sector ferroviario de CC OO, justificó la protesta explicando que el éxito de la variante de Pajares ha provocado pasar de cuatro a seis frecuencias por sentido «y eso debería repercutir en más plazas de maquinistas y personal de intervención, lo que llamamos revisores, pero parece que la empresa lo quiere orientar en la dirección opuesta». Según recriminó, hay turnos de intervención que se vienen cubriendo con compañeros de otras provincias. Además de un problema laboral («los puestos generados por el tirón turístico de Asturias deberían quedarse en Asturias») Guzmán aseguró que hay una cuestión de seguridad en juego: «El interventor es el responsable si hay que evacuar el tren, así que con trenes de 581 viajeros, entre los que puede haber cuatro menores que viajan no acompañados y por tanto son tu responsabilidad, la cosa se complica; por eso pedimos turnos de refuerzo».
La queja no es teórica. El pasado 28 de abril, el apagón que sufrió todo el país detuvo un tren dentro de los macrotúneles de la variante de Pajares, de 24,6 kilómetros de longitud; aquella unidad solo contaba con un interventor. A la responsabilidad sobre el pasaje «hay que añadir los problemas que están dando estos trenes, de megafonía, servicios y aire acondicionado, y todo eso lo tiene que resolver una sola persona», describió Francisco Barros, responsable del sector ferroviario de UGT. El también presidente del comité de empresa recordó que su central anticipó hace dos años que habría problemas de supresión de trenes de cercanías porque iban a coincidir una serie de jubilaciones «y ahora vemos que va a pasar en larga distancia, cuando se van a desvincular una serie de compañeros». A pesar de la situación las centrales habrían remitido cartas a la dirección «pero no hemos recibido ni el acuse de recibo».
