Johnson promete más acciones en el futuro
El Gobierno británico administra sus anuncios por consideraciones políticas y niega haber dado un giro
Iñigo Gurruchaga
Londres
Domingo, 15 de marzo 2020, 15:57
El número de británicos infectados por el coronavirus, que han sido identificados mediante test este domingo, es de 343, un aumento notable con respecto a la víspera, 207. Las cifras del Gobierno dicen que se han realizado 37.746 test en las últimas semanas. Han fallecido 21 personas. La evolución de la epidemia está empujando al primer ministro a adelantar algunas medidas planeadas para fechas más alejadas.
El Ejecutivo pedirá quizás en dos semanas a los mayores de 70 años que se aíslen durante cuatro meses, cuando hace unos días se sugería para más tarde. También se invitará a familias en las que hay una infección a que se encierren en cuarentena, pero no se ha dado una fecha precisa. El viernes, portavoces del Gobierno ya anunciaron que esta semana se introducirá una ley que permita la prohibición de grandes eventos, que habían calificado horas antes como de poco impacto en este momento.
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Es difícil discernir si Boris Johnson está cambiando la estrategia avalada por sus asesores científicos, por la alarma de la población o las críticas, o simplemente programa sus anuncios de tal manera que el público perciba que hay un sentido de dirección. El ministro de Sanidad, Matt Hancock, ha explicado que el cierre de pubs o bares forma parte de las consideraciones del Gobierno. No hay aparente urgencia.
Johnson animará por videoconferencia este lunes a grandes empresarios industriales a que transformen sus cadenas de producción ante esta emergencia nacional para fabricar ventiladores médicos. En este momento, el Servicio Público de Sanidadtiene 5.000. De nuevo, es algo que se pudo hacer antes y que si da resultados no serán percibidos inmediatamente.
Mientras tanto, más de doscientos científicos de las universidades británicas han pedido al Gobierno que cambie de estrategia, porque se arriesga a que haya un número más alto de fallecimientos del que se da en países que han tomado medidas más drásticas para cortar el avance de la epidemia. Otros tantos psicólogos y sociólogos de la conducta, han negado el argumento del Gobierno sobre el cansancio, e incumplimientos, que causarían medidas extremas con el paso del tiempo.
Modelos
Los partidos de la oposición piden responsabilidad al Gobierno. El sindicato de maestros exige que se cierren los colegios. La confianza de la población en Johnson y sus científicos es sin embargo alta, 53%, según los sondeos. Los encuestados responden luego con mayorías a la posibilidad de medidas más radicales, la declaración del estado de emergencia, el cierre de fronteras a quienes llegan de países extranjeros, el racionamiento de alimentos,…
Los portavoces del Ejecutivo afirman que se han malinterpretado las palabras del Jefe de Asesoría Científica, sir Patrick Wallance, que estableció la pasada semana en un 60% de infectados curados el umbral en el cual la sociedad alcanza «una inmunidad de rebaño» ante el virus. El Gobierno no persigue en su plan la infección de 40 millones de británicos, han puntualizado. Pero parece la consecuencia inevitable de la política que está siguiendo.
Para defender su decisión, Johnson ha argumentado, en base a lo que le dicen sus asesores científicos, que el tratamiento drástico de la epidemia que se sigue en países asiático y europeos corre el riesgo de tener que aplicar las mismas medidas más tarde, quizás el próximo invierno, por no haber desarrollado las defensas de la población. El nivel de conocimiento científico del virus y los plazos de obtención de una vacuna quizá no permiten afirmar ahora con absoluta certeza qué estrategia es más adecuada.
El problema del Gobierno es cada día más político. La población británica ve el crecimiento de las cifras de infección y se alarma. El porcentaje de fallecidos por infectados- según los datos oficiales- es de 1.8%. Para tranquilizar a la población y a los críticos, el Gobierno ha prometido publicar en los próximos días los modelos matemáticos en los que basa el rumbo elegido.