El Senado estadounidense fuerza el apoyo a Israel en la ONU
La nueva embajadora designada por Biden dice en su confirmación que ha creído «siempre que los estrechos lazos entre nuestros dos países se basan en nuestros intereses estratégicos y valores comunes»
Mercedes Gallego
Nueva York
Miércoles, 27 de enero 2021, 22:22
Había dos cosas que la mayor parte de los senadores querían escuchar este miércoles de la próxima embajadora ante la ONU durante su audiencia de confirmación: su inequívoco apoyo a Israel y su determinación de frenar a China. Y Linda Thomas-Greenfield no les decepcionó.
Confrontada con la «la histórica de discriminación» que ha sufrido Israel en la ONU por las resoluciones que condenan sus violaciones de los derechos humanos, la diplomática de carrera reconfortó a los legisladores estadounidenses al asegurarles que será una firme defensora de Israel y luchará contra quienes «lo acosan injustamente».
El senador demócrata Ben Cardin fue de los muchos que forzaron ese compromiso en voz alta para que quede constancia, sin que la diplomática se hiciera de rogar. «Todos ustedes saben que el presidente Joe Biden ha sido uno de los más firmes defensores de Israel a lo largo de sus 50 años de carrera», les recordó. «Siempre ha creído que los estrechos lazos entre nuestros dos países se basan en nuestros intereses estratégicos y valores comunes».
De hecho, una de las decisiones de Donald Trump que Biden no revertirá será el traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, cuyo papel como capital del país hebreo está en el centro del conflicto con Palestina. Lo que sí ha hecho es restaurar inmediatamente la ayuda humanitaria de 360 millones de dólares anuales que Norteamérica daba a los refugiados palestinos a través de la ONU, lo que dejó a decenas de miles sin alimentos o atención sanitaria básica. Con todo, al trasladárselo al Consejo de Seguridad el embajador en funciones Richard Mills advirtió al mundo que su Gobierno no lo hace «para ayudar a los líderes palestinos, sino para ayudar a preservar un ambiente estable que beneficie tanto a palestinos como israelíes». No se equivocaba, la mayor parte de ese dinero tenía que haber sido destinado a proyectos económicos en Gaza y Cisjordania.
Donaciones políticas
Los 'lobbies' pro israelíes reparten por igual entre republicanos y demócratas. De hecho, en las elecciones legislativas de hace dos años estos últimos fueron los principales destinatarios de sus donaciones políticas, obteniendo 14.8 millones de dólares. Su principal receptor, el senador Bob Menendez, que es el demócrata de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores que Biden presidió durante años, pidió a la nueva embajadora que se asegure de que las Naciones Unidas y sus agencias «no sean usadas como un fuerte para ataques sesgados contra Israel».
Menendez, que no necesitó revalidar su asiento en las elecciones de noviembre, ha recibido en los últimos cinco años 585.922 dólares de los lobbies pro israelíes, según Open Secrets. Por su parte, Thomas-Greenfield, a cuyo cargo Biden ha restablecido el rango ministerial, le aseguró que trabajará «muy de cerca» con su contraparte israelí para impedir «las incesantes resoluciones que se proponen injustamente contra Israel». Para ella, «no hace falta decir que Israel no tiene mejor aliado en el mundo que EE UU».
Para los palestinos tampoco. La decisión del Gobierno de Biden de reabrir su sede diplomática en Washington, que Trump cerró en 2019 para forzarle a negociar la paz con Israel, viene del convencimiento de que la verdadera paz no se puede imponer, sino que harán falta dos partes diplomáticamente fuertes para obtener el respaldo necesario a los compromisos que se negocien. Frente a la batería de reconocimientos bilaterales al Estado de Israel que el Ejecutivo de Trump forjó con Marruecos, Sudán y Emiratos Árabes Unidos, Biden volverá a la solución de los dos Estados que el mundo ha negociado sin éxito durante décadas.