La pandemia marca la primera gran nevada del año en Nueva York
Muchos negocios han tenido que cerrar ante la imposibilidad de que sus empleados lleguen al puesto de trabajo, dada la prohibición de tráfico vehicular no esencial y el cierre parcial del metro
mercedes gallego
Corresponsal. Nueva York
Lunes, 1 de febrero 2021, 23:14
A razón de entre cinco y diez centímetros la hora desde el domingo por la noche y hasta el martes por la mañana, la primera gran nevada del año en Nueva York podría ser una de las más copiosas de la historia. Será, con certeza, como ninguna otra.
En el mundo virtual de la pandemia, los colegios no cancelarán las clases y los niños no podrán salir a jugar con sus padres en la nieve porque también estarán trabajando virtualmente delante del ordenador. El llamado«Snow Day» ya no es lo que era, pero muchos seguirán teniendo el día libre. A los restaurantes, a los que aún no se les permitía servir dentro por órdenes gubernamentales, les han obligado a cerrar las terrazas para evitar riesgos con el paso de las máquinas quitanieves. Y muchos negocios han tenido que cerrar ante la imposibilidad de que sus empleados lleguen al puesto de trabajo, dada la prohibición de tráfico vehicular no esencial y el cierre parcial del metro.
Esta vez el gobernador Mario Cuomo ha sido comedido y sólo ha cerrado las estaciones al aire libre. El 26 de enero de 2016 ordenó el primer cierre total por nieve en la historia del subterráneo neoyorquino y, si bien es cierto que esos tres días de manto blanco batieron el récord de todos los tiempos, con casi un metro de nieve en Central Park, la decisión pilló por sorpresa a las autoridades de la ciudad y los empleados del metro, desatando el caos para cerrarlo y luego para reabrirlo.
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A esta hora el muro de nieve avanzaba desde Washington hasta Maine, batiendo toda la costa Este y azotándola con vientos racheados de hasta 112 kilómetros por hora. Más de cien millones de personas se verán afectadas y como de costumbre, los aeropuertos cegados por la ventisca habían cancelado todo el tráfico aéreo, que la pandemia ya había menguado, por lo que esta vez cada aerolínea había cancelado preventivamente unos pocos cientos de vuelos. Como compensación a la falta de paz y diversión que ha traído el teletrabajo, las tradicionales imágenes de viajeros hacinados en los aeropuertos no definirán la gran nevada del 2021. Solo el silencio sepulcral de los cielos y las calles amortiguadas de blanco marcarán una tormenta de nieve que al menos entrará en las diez más copiosas de la historia.