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Miguel Díaz-Canel Reuters
Cuba aparca el verde oliva, pero no la penuria

Cuba aparca el verde oliva, pero no la penuria

El cambio generacional en la dirección de la isla llega en medio de una de sus mayores crisis económica y social

Anje Ribera

Madrid

Sábado, 24 de abril 2021, 21:58

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Resulta complicado esbozar una imagen de una Cuba que no esté dirigida por el apellido Castro. Desde aquel 1 de enero de 1959 en que un grupo de barbudos salió de las montañas para tomar La Habana y expulsar al dictador Fulgencio Batista, dando así arranque a la revolución socialista, los hermanos de origen gallego Fidel y Raúl decidieron siempre sobre el destino de la isla.

Sin embargo, oficialmente desde el lunes parece posible. El pequeño de los Castro ha entregado las riendas del Partido Comunista, como hace unos años abandonó la presidencia en favor de Miguel Díaz-Canel y renunció a los uniformes verde oliva, color que fue el símbolo inequívoco del régimen, para vestir trajes.

¿Se ha acabado una época? ¿O, por el contrario, Raúl, a punto de cumplir 90 años, simplemente ha permitido un retoque burocrático y Cuba cambia para que nada cambie? ¿Un simple reemplazo generacional que esconde una continuidad política del partido único? ¿Un 'cambio fraude', como defiende la oposición?

Díaz-Canel, el primer mandatario civil de la Cuba comunista, se compromete a preservar la continuidad y dice que seguirá consultando al viejo general, quien prometió consagrar hasta su último aliento a la defensa «de la patria, la revolución y el socialismo» advirtiendo de «cualquier error o deficiencia». Todo apunta a un modelo parecido al de China cuando Deng Xiaoping no tenía ningún cargo pero todo había que consultarlo con él.

Sea cierto o no, el recambio tiene lugar en medio de una pandemia y una crisis económica similar a la vivida tras la desintegración de la Unión Soviética y el fin de su auspicio al castrismo. El embargo económico de Estados Unidos -vigente desde 1962- se ha aliado con el covid para que un 60% de la población afronte esta vuelta de página sumida en una situación de enormes carencias.

Las sanciones agudizadas por Donald Trump y el fin del turismo -el verdadero motor económico- han contraído la economía un 11% en 2020. La población lucha con la escasez de todo, desde comida -con grandes colas en los mercados- y productos básicos hasta medicinas. Todo ello ha llevado a una espiral inflacionaria que desató la reciente unificación de las dos monedas del país. La isla podría registrar este año una inflación de hasta el 500%, lo que acarrearía situaciones de hambruna.

La 'papa caliente' tras la 'jubilación' de Raúl Castro sigue siendo las necesidades internas, que han avivado el descontento social con un modelo de Estado que en seis décadas no ha logrado cumplir la promesa de socialismo próspero. Desigualdad, falta de productividad, abandono del campo, salarios precarios y falta de modernización del sistema financiero son algunos de los muchos problemas.

El viaje diseñado por Raúl Castro con reformas económicas -siempre centralizadas- y la reconciliación con Washington no han surtido efecto. El restablecimiento de relaciones y la visita de Barack Obama en 2016, la primera de un presidente norteamericano en 88 años, generaron una mejoría en la vida. Pero Trump lo dinamitó todo y la esperanza se diluyó. Suprimió los canales legales de envío de remesas, endureció los requisitos para viajar, vetó los cruceros, prohibió los vuelos a todos los aeropuertos excepto al de La Habana y reincluyó a la isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo.

Se esperaba que la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca suavizara las tensiones, pero el que fuera vicepresidente de Obama tiene problemas más importantes que resolver como el covid o la inmigración en su frontera sur. Ha optado por el inmovilismo porque las prioridades de su mandato no miran hacia una de las cinco últimas naciones comunistas en el mundo junto con China, Vietnam, Laos y Corea del Norte.

Socialismo de mercado

El cambio real en Cuba dependerá de la administración del gigante situado a 90 millas y de poner fin al aislamiento de un régimen que importa el 80% de lo que consume. Díaz-Canel habla ya de «voluntad» para «desarrollar relaciones de amistad y de cooperación con cualquier país». La única vía de escape puede ser un modelo de socialismo de mercado, como el de China. Otros ponen como ejemplo a Vietnam. De momento, sólo se contemplan pequeñas aperturas a la iniciativa privada en sectores no estratégicos, manteniendo el monopolio del Estado sobre producción, comercio, educación, salud y comunicación.

Pero el partido también se juega en la isla, cada vez menos estanca. Ha estado mucho tiempo sin informarse ni expresarse. No obstante, en 2018, con el lanzamiento de internet móvil, el régimen permitió acceder a noticias no estatales y a acercarse al resto del mundo. La expansión gradual de la red de redes ha erosionado en menos de un lustro el control del partido sobre el acceso a la realidad. Los grupos de la sociedad civil independiente han aprovechado la pérdida de esta hegemonía para posicionar su mensaje y ganar adeptos.

La oposición se desarrolla ya en las redes sociales e incluso el histórico lema revolucionario 'Patria o muerte' se ha convertido en 'Patria y vida' en boca de raperos cubanos afincados en Estados Unidos. La canción es ya un himno de los nuevos disidentes.

Protestas contra la censura y represión han surgido por vía digital ante el malestar de un régimen que ha abierto la mano en la venta de autos y viviendas, la liberalización de las profesiones privadas y a la hora de dar premiso a los 11,2 millones de cubanos para viajar al extranjero, pero que habla de «mentiras», «manipulación» y «subversión», al hablar de internet. Pero ya no hay lugar a una marcha atrás. A pesar de su alto precio, 4,2 millones de personas están conectadas. La inquietud social, ya visible desde el exterior, puede traer el verdadero cambio.

La contrarrevolución, que carece de base social, liderazgo y capacidad movilizadora, concentra su activismo en las redes sociales. La subversión está en internet.

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