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Trump y Xi Jinping, en una imagen de archivo. Reuters
Estados Unidos provoca la ira de China antes de reanudar las negociaciones comerciales

Estados Unidos provoca la ira de China antes de reanudar las negociaciones comerciales

Donald Trump suma 28 empresas chinas a su lista negra y un tuit sobre Hong Kong del director de los Houston Rockets deriva en el bloqueo chino a la NBA

Zigor Aldama

Shanghái

Martes, 8 de octubre 2019, 13:05

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Una de cal, y otra de cal. Donald Trump no se mueve un ápice en su actitud frente a China. El presidente de Estados Unidos no le ahorra disgustos a Pekín, ni siquiera en víspera de la reanudación de las negociaciones para tratar de poner fin a la guerra comercial que ha sacudido las relaciones entre las dos superpotencias del Pacífico, previstas para mañana. Lo demostró ayer con su decisión de añadir 28 empresas chinas a la lista negra en la que se encuentra Huawei, y que les impedirá adquirir cualquier tecnología de Estados Unidos. Entre las más conocidas se encuentran el fabricante de cámaras de videovigilancia Hik Vision y el desarrollador de inteligencia artificial Iflytek.

En este caso, sin embargo, el veto no viene dado por sospechas de espionaje, sino por el papel que estas compañías juegan en la represión de los uigures, un grupo étnico musulmán de origen túrquico que habita el noroeste del país. Según la justificación publicada por del Departamento de Comercio, las empresas añadidas a la lista están involucradas en «la violación de los derechos humanos y otros tipos de abuso». Washington se refiere a los campos de reeducación en los que China ha internado a cientos de miles de uigures para evitar que caigan en el integrismo islamista.

Algunos grupos radicales han adoptado tácticas terroristas con el objetivo de lograr la independencia de lo que denominan como el Turquestán Oriental, y el gobierno chino ha construido en la región de Xinjiang uno de los sistemas más sofisticados de control de la población a través de la tecnología. Las empresas señaladas son vitales para que funcione ese sistema, basado en gran medida en algoritmos de reconocimiento facial y de voz.

Toma de prepresalias

China ya ha anunciado que tomará represalias por este último movimiento, pero la primera víctima no tiene nada que ver con este rifirrafe. Ayer, el gigante asiático decidió cancelar todas las retransmisiones de la NBA por el escándalo que ha provocado un tuit del director general de los Houston Rockets, Daryl Morey, en el que publicó una imagen con un eslogan a favor de las protestas en Hong Kong. A pesar de que el mensaje fue retirado al cabo de pocos minutos, los dirigentes comunistas han justificado la medida esgrimiendo que el tuit «ha herido los sentimientos del pueblo chino».

«De nada sirve llegar a acuerdos con China si no se entiende cuáles son los sentimientos de la población china», advirtió ayer el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Geng Shuang. Curiosamente, el nuevo propietario de los Houston Rockets es Joe Tsai, cofundador y vicepresidente del gigante de comercio electrónico chino Alibaba. Ayer, Tsai también mostró su descontento con el tuit de Morey.

«Los Rockets eran el equipo favorito del público chino, pero ahora han sido expulsados de ese mercado y los fans exigen una explicación», lamentó. «La NBA ha sido siempre muy progresista en su respeto a la libertad de expresión, pero apoyar un movimiento separatista cruza la línea roja del gobierno chino y de la población china», sentenció. No obstante, el representante de la liga, Adam Silver, se negó a ofrecer una disculpa oficial y afirmó que «protegerá la libertad de expresión de los empleados».

Otra de las empresas que se han visto afectadas por la ira de China estos días es la productora de la serie de animación South Park, que dedicó uno de sus episodios a las empresas americanas que dan la espalda a sus valores para hacer negocio en el gigante asiático. Como consecuencia, toda la serie ha sido prohibida en China. Ayer, también publicaron su disculpa. Pero a su manera. «Damos la bienvenida a los censores chinos a nuestras casas y a nuestros corazones. Nosotros también amamos más el dinero que la democracia», escribieron con sorna.

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