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Álvaro Bautista celebra su victoria en la segunda carrera en el Motorland Aragón. Javier Cebollada (EFE)
Bautista también se exhibe en casa
Mundial de Superbikes

Bautista también se exhibe en casa

Suma nueve victorias en las nueve carreras disputadas desde que llegó al Mundial de Superbikes y reclama un sitio en MotoGP

borja gonzález

Madrid

Domingo, 7 de abril 2019, 20:47

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El deporte del motor ofrece historias maravillosas, aunque también deja a veces otras menos alentadoras. En uno de los capítulos de la serie de Netflix 'F1: Drive to survive' se observa desde dentro la lucha en la escudería Force India por un sitio entre el mexicano Sergio Pérez y el francés Esteban Ocon. El dueño del equipo Vijay Mallya, un millonario indio en apuros, se ve forzado por la acción de la justicia a dejar su 'juguete'; su propiedad pasa a manos del multimillonario canadiense Lawrence Stroll, padre del piloto Lance Stroll, en ese momento en Williams y que, obviamente, en 2019 iba a ocupar una de las dos plazas en la escudería, en detrimento de uno de sus dos inquilinos. El documental muestra sin tapujos cómo el equipo se decanta por Pérez frente al prometedor Ocon: el primero apadrinado por Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, el segundo hijo de un mecánico. Esto no es tan exagerado en MotoGP, aunque diferentes intereses (económicos, de nacionalidades o la moda por encontrar al nuevo Marc Márquez) han hecho que para algún piloto de nivel contrastado seguir sea imposible. Uno de ellos ha sido Álvaro Bautista, que en estos momentos vive un idilio con su nuevo reto, el Mundial de Superbikes.

El piloto de Talavera de la Reina ha ganado todo desde que participa en esta competición. Y todo quiere decir cada una de las tres carreras que ha disputado en las tres citas que se llevan completadas hasta el momento en 2019, la última este mismo fin de semana en el Motorland de Aragón (Alcañiz). El sábado Bautista barrió al resto de la parrilla entrando en meta con más de 15 segundos de ventaja sobre el hasta ahora rey de la competición, el norirlandés Jonathan Rea (Kawasaki), ganador de los cuatro últimos mundiales y que desde que está el español en pista ha sido segundo en todas las carreras. El domingo por la mañana, en la 'Superpole Race', una prueba a sólo diez vueltas, Bautista volvió a imponerse a Rea, con casi seis segundos de margen, y en la segunda carrera completa, también este domingo, le metió más de seis. «Enfadados no creo que estén», explica el español sobre sus rivales, «pero creo que dirán: '¿Qué cojones hace aquí este tío si tiene que estar en el otro lado?'. Yo vengo a las carreras para hacerlo lo mejor posible: si es ganar por 15 segundos, lo hago; por una décima, lo hago». Y es que Bautista disfruta de su nuevo estatus de número 1 del 'paddock'; disfruta, pero con el pensamiento de que seguía teniendo sitio en MotoGP, algo que se empeña en demostrar cada vez que sale a pista.

«No quiero menospreciar a nadie, pero con el nivel que yo tenía el año pasado en MotoGP estábamos luchando con una moto satélite por estar siempre entre los cinco primeros. Mi nivel es para estar luchando por un campeonato, por tener una buena moto. Aquí es distinto, yo he venido con el nivel de MotoGP y creo que la manera de trabajar y de hacer las cosas son distintas a las de aquí. He tenido suerte de coger una moto que viene de una MotoGP y dar todo mi potencial», apunta sobre la Ducati, una moto que le permite explotar su experiencia en la clase reina y que es muy probable que el organizador 'cape' en no mucho tiempo, dando uso a un mecanismo reglamentario previsto para evitar la desigualdad. Aunque en Ducati ya cuentan con eso. «Está muy fuerte mentalmente, se entiende muy bien con la moto y trabaja diferente a los demás, es capaz de casi calcar cada sector de una vuelta durante una carrera, como hacía Lorenzo con la Yamaha», apunta su técnico, Giulio Nava. «Creo que a día de hoy tengo una diferencia con el resto de pilotos en el sentido de que quizás vengo con un estilo, una mentalidad y una manera de trabajar diferentes a como se hace aquí. Me di cuenta desde los primeros entrenamientos. No sé si será eso o no, pero sí veo una diferencia en mi pilotaje. En la pista, veo mis líneas y las de los demás y me parecen distintas y cuando veo las carreras repetidas me parece que yo soy distinto a los demás», añade Bautista, que pese a todo no quiere descuidarse y sigue mirando de reojo a Rea, consciente de que deberían de llegar momentos más complicados. «Me quitas a mí de la ecuación y el campeonato se queda como estaba los otros años, con Rea ganando todo. La única diferencia soy yo. Él sabe lo que tiene que hacer. Ahora mismo salvar los muebles e intentar conseguir lo máximo posible. Le veo bastante tranquilo, diciendo: 'yo voy haciendo lo mejor y llegará el momento para ganar terreno'». De momento, Bautista disfruta de su nueva vida de la mejor manera posible para un piloto: ganando y sintiéndose superior.

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