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Augusto Fernández, por delante de Alex Márquez. Afp
El inesperado rival de Alex Márquez
Moto2

El inesperado rival de Alex Márquez

Augusto Fernández suma su tercera victoria y se mete en la pelea por el título

Borja González

Madrid

Lunes, 16 de septiembre 2019, 17:52

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Es una victoria muy importante para el campeonato. He visto que Alex decidía conservar el tercero y yo me iba a conformar con el segundo, no me la quería jugar mucho porque el objetivo era recuperar puntos al líder, pero he visto la oportunidad y tampoco la quería desaprovechar. Es muy importante, porque llegaremos a la gira con opciones. Por lo menos quería apretarle, para que no lo tenga tan fácil y espero que si no lo gano, que podamos lucharlo hasta el final».

Cuando terminó el Gran Premio de Austria, parecía que el Mundial de Moto2 tenía dueño. Esa prueba la ganó el sudafricano Brad Binder, teórico máximo favorito al título junto a Alex Márquez, pero que estaba muy descolgado en la clasificación general. Márquez firmó un sólido segundo puesto, que enlazaba con las dos victorias en Alemania y República Checa, y las tres consecutivas en Francia, Italia y Montmeló; entre medias, un cero en Holanda por una caída motivada por un error de Lorenzo Baldassarri, cuando el español parecía poder firmar un nuevo triunfo. En Assen terminó ganando, por primera vez en el Mundial, Augusto Fernández.

Aquel segundo puesto en Austria permitió al líder llevar su ventaja respecto al segundo, Thomas Luthi, hasta los 43 puntos. En la siguiente cita, en Silverstone, Márquez cometió su primer error de 2019. Terminó por los suelos y tuvo que ver desde el box cómo, por segunda vez en el curso, ganaba Fernández, piloto del equipo de Sito Pons. Esto dejaba una clasificación algo menos cómoda, aunque sobre el papel confortable: tres pilotos empatados en el segundo puesto, Luthi, que no destaca por su empuje en las peleas, Jorge Navarro, que aún no ha ganado en Moto2, y Fernández, un piloto que entró en el campeonato a mitad de 2018 como sustituto de Héctor Barberá, despedido por Pons por un incidente de tráfico, sin currículo reseñable y con una corta experiencia en el Mundial de la que no pudo sacar una plaza fija en la clase intermedia.

«El hijo de Sito, Edgar, no podía correr en la siguiente carrera del Mundial que se disputaba tras lo de Barberá con su padre porque ya tenía una plaza comprometida como piloto invitado con el equipo de Karlos Arguiñano, porque si no hubiese ido él, sin ningún tipo de duda, y tenían que buscar a alguien para un gran premio, porque luego se iba a incorporar Edgar en el sitio de Barberá. Dudaron entre Jesko Raffin (piloto suizo campeón europeo de Moto2 que ya había corrido con Pons) o yo, y en esa carrera del europeo yo le metí a él, y es lo que les hizo decidirse. Fui a Montmeló y terminé puntuando, en entrenamientos lo hice bien, en el primero fui cuarto, y eso hizo que se fijasen más», explica Fernández.

Aun así, Pons mantuvo a Augusto a prueba («Hasta Assen estuve sin dormir, porque ya no teníamos dinero para seguir en el Europeo, así que ya pensaba en ponerme a trabajar, a estudiar, lo que fuese, pero la historia ya estaba: o Sito o nada. Y por suerte me cogió»), y no fue hasta siete grandes premios después, en Aragón, cuando el bicampeón de 250cc se decantó por el piloto balear nacido en Madrid, y le ofreció un sitio fijo hasta final de año, y para 2019.

Este pasado domingo, Fernández firmó su tercera victoria del año, un triunfo por poderes con un adelantamiento de última vuelta sobre Fabio Di Giannantonio, y con Márquez unos metros por detrás, con la calculadora en la mano, y observando lo que estaba sucediendo. Este resultado ha permitido al balear acercarse aún más al líder (le recortó nueve puntos), y encarar las últimas seis pruebas a 26 puntos. Además, cuenta con la doble sorpresa de poner un interrogante al título que parecía de Márquez siendo un piloto semi desconocido que, además, ya conoce los circuitos en los que se disputarán los siguientes grandes premios, algo que fue un hándicap en el inicio de la temporada, cuando le tocó descubrir circuitos como los de Catar, Argentina (donde se lesionó para perderse la siguiente prueba en Austin o Le Mans).

«Sí, entiendo que sea la sorpresa de este año, también para mí, yo tampoco me veía luchando por un Mundial, sí que estando ahí con el objetivo de estar entre los cinco primeros a final de año, pensando en podios y como un sueño ganar alguna carrera, pero más como un sueño que como algo real. Y al final estamos en la lucha». El sueño de un piloto que reconoce que le queda mucho por aprender, pero que tiene por delante una oportunidad en la que tiene muy poco que perder, y muchísimo que ganar.

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