El Europeo, el gran reto para De Paz en una temporada de incertidumbre
La crisis de la covid-19 podría condicionar la pretemporada y primeras competiciones del leonés, previstas para finales de julio y septiembre, respectivamente
Con la vista puesta en noviembre pero a expensas de ver cómo se van desarrollando los acontecimientos. Así vive el leonés Eduardo de Paz estos días mientras trata de planificar la próxima temporada con sus compañeros del Txuri-Berri con la incertidumbre como elemento predominante.
De Paz reconoce a leonoticias que tuvieron «suerte» de que la crisis del coronavirus estalló justo una semana después de acabar la temporada. «Pudimos acabar, y de la mejor manera posible, siendo de nuevo campeones de España», señala el leonés.
Ahora, De Paz ya trabaja con un gran objetivo en mente: el Europeo, que se celebrará este mes de noviembre en la ciudad noruega de Lillehammer. Esa es la previsión, siempre a expensas de ver cómo evoluciona la crisis del coronavirus, si bien es cierto que es optimista.
En Noruega, De Paz y el resto del equipo español buscarán el ascenso al Europeo A: «Llevamos varios años quedándonos cerca y creo que está a nuestra alcance».
Una pretemporada a expensas del coronavirus
El proceso de preparación de ese gran objetivo empezaría, según los planes de Eduardo de Paz, a finales de julio, con una serie de concentraciones en Suiza con el resto de compañeros del Txuri-Berri. «Son todo elucubraciones y planificaciones a la espera de ver si es posible viajar, no solo entre provincias, sino a países como Suiza y, una vez allí, adaptarnos a las normas que ellos tengan», señala De Paz, que espera disputar los primeros torneos en septiembre.
El curling todavía no ha lanzado una serie de normativas y protocolos para adaptarse a esta nueva situación, asegura De Paz, aunque hay rumores de ciertas medidas para evitar el contacto directo entre personas.
Por último, el leonés señala que durante la cuarentena ha mejorado su estado físico con distintos ejercicios físicos realizados en su casa: «Cuando estalló la crisis, tuve que ir a Edimburgo - donde estaba estudiando - , recoger todas mis cosas de allí, volver y estuvimos rápidos para comprar material como mancuernas, un banco, gomas... y poder ejercitarnos unas cinco veces por semana».
