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Griezmann y Oblak devuelven la vida al Atlético
Grupo B | Jornada 6

Griezmann y Oblak devuelven la vida al Atlético

El equipo rojiblanco se clasifica con sufrimiento para los octavos de la Champions, relanzado por el decisivo gol del francés tras un córner

Amador Gómez

Madrid

Martes, 7 de diciembre 2021

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A falta de fútbol y, con la baja de tres de sus cuatro centrales en una defensa que no deja de temblar y fallar, el Atlético de Madrid se agarra al «carácter» en su 'final' europea contra el Oporto en Do Dragao. En uno de los partidos más decisivos de la era Simeone, que comenzó hace una década y este martes se ve amenazada por un fracaso que podría dejar al Atlético incluso fuera de las competiciones continentales tras la primera fase de la Champions. El equipo rojiblanco se juega al menos 20 millones de euros y, al igual que el Oporto, su continuidad en la Liga de Campeones, que solo asegurará si gana al conjunto luso y el Milan no vence al Liverpool en San Siro por un gol menos.

El Atlético se enfrenta pues a una situación límite y lo hace en uno de sus peores momentos con Simeone al frente, con muy malas sensaciones antes de estar obligado a doblegar al actual líder de la liga portuguesa y esperar un favor del Liverpool, ya líder del grupo, que reservará varios titulares en Milán. Después de una única victoria en cinco partidos en la Champions para ser colista, el Atlético está contra las cuerdas, casi a expensas de un milagro para clasificarse para octavos, y bajo riesgo de no entrar siquiera en la Liga Europa.

Sin embargo, el Atlético se aferra a la actitud, a su mentalidad ganadora, a su fortaleza psicológica ahora tan tocada y en un momento realmente crítico, y al talento de su ataque cuando la defensa ha perdido solidez y en Do Dragao tendrá nada menos que cuatro ausencias: el lateral Trippier y los centrales Savic, Giménez y Felipe.

«Tengo un grupo de hombres que seguro que sabrán sacar adelante la situación para ganar», aseguró este lunes Simeone. «Entreno con ellos, conozco el carácter de ellos y confío en ellos», proclamó el técnico argentino, mientras Marcos Llorente recordó que «este equipo ya ha demostrado que tiene el carácter y la personalidad suficientes para salir de estas situaciones adelante». Aunque el pesimismo rodea a la afición dada la negativa racha de juego y resultados y la falta de contundencia en las dos áreas, sobre todo atrás y a balón parado, la plantilla colchonera dice tener fe.

Sin embargo, para no sufrir otro batacazo el Atlético necesitará más que creer, porque como reconoce el entrenador rojiblanco, «el Oporto es muy fuerte defensivamente y muy equilibrado en mitad de la cancha, que genera un juego intenso que buena velocidad de juego». «El Oporto parte más favorito que todos, porque lleva más puntos que el Milan y nosotros», destacó el entrenador de un equipo que ya no es nada fiable y está al borde del abismo en la gran competición.

Antoine Griezmann, con un tanto tras un saque de esquina, y Jan Oblak, con dos paradones en la primera parte, devolvieron la vida al Atlético de Madrid, que estaba en situación límite y resucitó en Do Dragao cuando peor lo estaba pasando, para cerrar incluso con goleada un duelo tan trascendental. El equipo rojiblanco no dejó de padecer en el primer tiempo ante un Oporto superior y estaba fuera de Europa en el minuto 55, pero con el decisivo gol del delantero francés -solo 30 segundos después hubo remontada del Liverpool en San Siro- saltó desde la cuarta hasta la segunda plaza de grupo. Así entró el Atlético en los octavos de final de la Champions para evitar lo que hubiese sido un fracaso considerable, amenazado incluso con la despedida de toda competición continental en diciembre. Como no podía ser de otra manera en el Atlético, la clasificación llegó con sufrimiento y tuvo mejor sabor aún después de tanta agonía en esta Liga de Campeones.

Correa, casi en el descuento tras una contra, y De Paul, en el tiempo añadido, culminaron una victoria que al final fue clara, pero estuvo en peligro hasta que apareció Griezmann. En momento tan delicado y trascendental y, cuando el Atlético se había salvado del gol casi de milagro, también al inicio del segundo tiempo, Griezmann buscó el desmarque en un lanzamiento de córner y encontró el gol de la resurrección rojiblanca. Después, el duelo, en el que el Atlético mostró dos caras, entró en una polémica y enfangada fase, saldada con un par de tanganas, la excesiva expulsión de Carrasco y posteriormente la de Wendell, también exagerada. Entonces el conjunto colchonero pudo respirar, porque el partido, uno de los más importantes del Atlético en la era Simeone, ya estaba inclinado totalmente a su favor, con tantas interrupciones y tan poco fútbol, porque al Oporto se le acabó desde que Griezmann puso el 0-1 y los rojiblancos por fin supieron recurrir al oficio y al carácter que tanto les ha dado con el técnico argentino al frente.

Con su mínima ventaja y tras los varapalos que se ha llevado esta temporada en los descuentos, el Atlético por fin tuvo éxito en el control final del partido, en el que no solo maniató a su rival, sino que le endosó otros dos goles, explotando el contragolpe que le gusta a Simeone. Porque el encuentro se puso realmente muy complicado. Desde que Luis Suárez se lesionó y se sentó llorando en el banquillo y maldiciendo su mala suerte el Atlético perdió el control y el Oporto dio un repaso a los rojiblancos hasta el descanso, aunque no encontró el gol porque lo evitó Oblak con una mano clave a la media hora.

Oporto

Diogo Costa, Joao Mário (Sérgio Oliveira, min. 81), Mbemba, Pepe, Zaidu (Wendell, min. 63), Otávio (Fábio Vieira, min. 81), Vitinha, Grujic (Corona, min. 81), Luis Díaz, Taremi (Toni Martínez, min. 81) y Evanilson.

1

-

3

Atlético

Oblak, Vrsaljko, Kondogbia, Hermoso, Llorente, Koke, De Paul, Carrasco, Lemar (Correa, min. 65), Griezmann y Luis Suárez (Cunha, min. 13; Lodi, min. 82).

  • Goles: 0-1: min. 56, Griezmann. 0-2: min. 90, Correa. 0-3: min. 92, De Paul. 1-3: min. 96, Sérgio Oliveira, de penalti.

  • Árbitro: Clément Turpin (Francia). Mostró tarjetas rojas directas a Carrasco en el minuto 67 y a Wendell en el 70; y amarillas a Taremi, Koke, Otávio, Pepe y Correa.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la sexta y última jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, disputado en el estadio do Dragao. Casi lleno, con 2.000 aficionados del Atlético.

Bajón físico

También pudo marcar el equipo de Simeone diez minutos antes, en una llegada aislada protagonizada por un jugadón de Carrasco al que no llegó Griezmann y fue rematado por Llorente, para que el portero del Oporto impidiese que se adelantasen los colchoneros antes de entrar en un preocupante declive, sobre todo físico. Con la ausencia de Luis Suárez, el Atlético se dejó dominar descaradamente por el conjunto luso, que ganó todos los balones divididos en la primera parte y, con Pepe como líder de la defensa y Luis Díaz del medio campo, pasó a superar a un rival demasiado sobreexcitado, y aún más desde que el Milan se puso con ventaja ante el Liverpool en el minuto 29 en San Siro.

Con tres de sus cuatro centrales de baja, Simeone apostó en Do Dragao por una zaga de tres, que escoltada por Llorente y Carrasco cuando había que defender, que fue casi siempre, volvió a temblar a balón parado. Se quebró de nuevo la defensa rojiblanca en los córners frente un animoso Oporto que no solo le puso brío y ambición, sino también buen juego, aunque a los lusos les faltó 'punch' arriba. Al Atlético no le duraba el balón que cedió al Oporto y le costaba un mundo recuperarlo, encerrado en su campo y lastrado por el bajón físico de sus dos mediocentros, Koke y De Paul, cuyas pérdidas dieron más energía aún a un Oporto que no dejó de insistir en la primera mitad en busca del gol, cuando era el campeón de la Liga española el que debía ir a buscarlo con más insistencia, porque entonces estaba fuera de Europa, pese a que el Liverpool lograba empatar.

Acabó pidiendo la hora el Atlético tras esa pésima primera parte, pero el descanso no le sirvió para recuperarse y plantar cara de inmediato, porque en cuanto comenzó el segundo tiempo el Oporto tuvo un par de oportunidades para sentenciar. En la primera perdonó Taremi tras un grave error de Carrasco en su área, y solo cuatro minutos después volvía a aparecer 'san Oblak' para, con una parada de balonmano con la pierna derecha, evitar otro gol del delantero iraní, negado con el gol. Casi inmediatamente después el pasaporte a octavos lo encontró el Atlético a balón parado.

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