La Pizarra de Ramón: Otro sabor de boca

Le venía comentando jornadas anteriores sobre cómo un resultado cambia cualquier sensación respecto a lo sucedido durante los noventa minutos. Como, independientemente del dominio, de méritos, de ocasiones... y atravesando el momento clave de la temporada por el que vamos, sumar es básico, muchas veces por encima del juego.

Y no se lo recuerdo porque ayer en el Reino mereciera uno u otro la victoria, o los dos el empate. Se lo menciono por la sonrisa que le imagino en la mañana de este lunes tras ganar su Cultu a todo un Dépor, en, tal vez, el partido más atractivo de la temporada.

Sin duda será una recarga importante de los depósitos de moral de los jugadores, cuerpo técnico, club y afición, para afrontar los 10 partidos restantes.

Al final cualquier escenario es ideal para romper una racha negativa de victorias, pero si hay que elegir, ayer era el inmejorable escenario por el prestigio del club rival. Y también le podríamos sumar que el tanto llegó en el minuto que más lo necesitaban los locales, cuando más presión ejercía el rival sobre el conjunto leonés.

El tanto de Tarsi modificó por completo el guion que trataba de obligar el equipo coruñés, sufriendo este, la impotencia vivida en otras ocasiones por los de Docampo al verse detrás en el marcador, traducido en dominio sin generar ocasiones por el gran trabajo defensivo del dominador en el marcador.

Vería una Cultu con mayor intención de superar líneas defensivas del rival mediante el pase en corto. Para ello siempre se producía primer pase de centrales con Salvi, y o Trigueros o Amelibia progresaban en conducción superando la presión dividiendo del punta coruñés.

En el siguiente paso se abrían dos posibilidades. Primero un 3x2 fuera, es decir, la conducción del central atraía al extremo y uno de los medios, para generar un 2x1 al lateral. Si el pase era por dentro, descarga fuera y llegada para centro.

Derivó en muchas situaciones dentro de área donde un pase de más a veces o una precipitación, llevaron al traste la posibilidad de más ocasiones de gol. Como por ejemplo la de Alarcón que se fue por arriba en el 19 de la primera parte.

La segunda opción se adivinaba por pasillo central, donde el escalonamiento ofensivo de los culturalistas, dotaban de varias situaciones de pase filtrado. En última altura aparecía Solís, Niko o uno de los extremos, y en alturas más bajas, Tarsi y Kevin. Siempre con pase sobre última, descarga para jugar de cara y llevar otra vez profundo por fuera.

Debe saber que Jesús es importantísimo para el crecimiento ofensivo de un equipo desde la posición de medio centro de cara hacia portería rival. Si lo juntamos a lo anterior, lo del escalonamiento y juego superando líneas con hombre libre, más la presión hacia delante de los laterales rivales, tenemos el 1-0.

Control del 8 solo con todo por delante, desmarque dentro hacia fuera de iko, y centro entre defensa y portero con ventaja para segunda línea, Tarsi. Son jugadas aisladas, únicas, que determinan un partido, y muestran las posibilidades con ciertos jugadores en el campo. También quería hablarle de dos aspectos más en ataque con relevancia en generar daño a la línea defensiva culturalista.

El golpeo en largo como solución ante buena presión rival incomodó mucho a los centrales por el gran hacer del atacante ruso. Ganador prácticamente de todos los balones, provocó segundas opciones, incluso para él mismo.

Y el contragolpe. Ante un rival que quiere y puede tener el balón, debes detectar los espacios que se abren ante una posible recuperación. Y en Riazor ya lo aprovechó la Cultu. En el Reino, en la primera parte fueron dos las veces por pasillo derecho que amedrantó el dominio azulino, pasando a igualarse el timón del partido.

Sin balón, entendiendo todos, hasta usted, que el Dépor va a tener el balón, la Cultu alternó presión alta habitual con dos arriba para, una vez superados, replegar casi en campo propio y ordenar los mecanismos defensivos.

El rival plantea asociaciones con los dos centrales más los tres medios (dos medios centro y media punta, o un medio centro y dos volantes, como quiera), para dar mucha profundidad a laterales, y los extremos a pierna cambiada, junto a Lucas, jugar por dentro con mucha movilidad.

En los primeros compases eran Kevin y Tarsi los que saltaban a los medios centro, igualando con Niko y Solís. Ello provocaba que Percan y Alarcón persiguieran mucho a laterales, con lo que se hundían mucho. De manera que si aparecían Quiles o Soriano por dentro, eran Joel y Saúl los que acompañaban. Esta opción alejaba al 23 y 7 para la salida a la contra, y tal vez por ello, sobre la mitad del primer acto, eran ellos los que saltaban a los medios centro rivales cuando se lateralizaban para iniciar. Debía seguir la sincronización del salto por dentro de Kevin o Tarsi a los extremos o a Lucas, y los laterales estar rápidos para saltar a emparejar a sus homólogos rivales.

Con ello, los de Coruña, provocan muchas dudas en quién salta o quién persigue. Y más en balones recibidos entre líneas, no solo por si están libres o se tarda en fijarlos, si no también por ser estos los hombres más talentosos de los gallegos. De ahí partieron las mejores opciones de marcar, por conducciones, asociaciones o tiros partiendo a pierna cambiada, saliendo con control hacia pierna natural.

Y es que, en esos momentos de la segunda parte, al igual que cualquier culturalista, usted pensaría que era el momento del Depor, donde tuvo sus mejores ocasiones. Soriano y Quiles omnipresentes, atraían para soltar, y llegadas desde segunda línea.

Pero esta vez la moneda cayó de su lado, si si, del de usted. 1-0 y los tres puntos no se van. Defensa 5-4-1 casi perfecta, reduciendo espacios. Si había cansancio, no se notaba. Si había dudas, se disiparon. Y si había negatividad, desapareció. Tres puntos que seguro llenan de moral el depósito de todos.

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