La Cultural procrastina con sus deberes
El conjunto leonés ha tenido que remontar en cinco de los últimos seis partidos después e encajar el primer gol
La Cultural y Deportiva Leonesa recuerda en las últimas jornadas al estudiante que deja para última hora sus deberes y que, después de sacar notas excelentes, haya comenzado a bordear el suspenso por esa procrastinación.
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Los de Raúl Llona llevan varias semanas jugando con fuego y, en cinco de los últimos seis partidos, han tenido que ir a remolque y remontar en los últimos 15 minutos de juego para lograr el empate - en cuatro de esos encuentros - o la victoria - en uno de ellos-.
Lo que se puede ver como una virtud, que es la capacidad para pelear hasta el último momento y derribar al rival en los minutos finales, fruto también de madurar los encuentros o de que los jugadores que salen desde el banquillo sean efectivos, puede ser vista también como una debilidad.
Cinco jornadas a remolque
Y, en las últimas jornadas, se acerca más a la segunda de estas opciones, puesto que la imagen de la Cultural no es la mejor. Se presencia a un equipo al que le cuesta tener fluidez, crear ocasiones y que, con poco, el rival es capaz de ver portería.
Esta dinámica empezó ante el Amorebieta en el Reino de León, en la jornada 23. El gol de Lanchi, justo antes del descanso, y el más tardío de Manu Justo, en el 79', sirvieron para completar la remontada (2-1) ante los zornotzarras.
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Una semana después, se pasó del triunfo al empate (2-2) ante la Real Sociedad B con dos tantos de Luis Chacón entre el minuto 75 y el 80 para igualar un partido que se había puesto muy cuesta arriba con el 2-0 de los donostiarras.
El triunfo ante el Celta Fortuna (2-0) fue el único de los últimos partidos en los que la Cultural no tuvo que ir a remolque, para alargar esta inercia ante Osasuna Promesas, Zamora y Gimnástica Segoviana con goles en el tiempo añadido o, como en La Albuera, a las puertas de ese tiempo extra.
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De esta manera, la Cultural está comenzando a ser ese estudiante que deja los deberes para última hora y que, gracias a su capacidad indiscutible, es capaz de salvar los muebles. Pero, si no cambia su actitud, es consciente de que acabará cateando.
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