El peor final posible

El primer cuarto fue un ejercicio de impotencia de los visitantes. El parcial de salida, 13-0, solo fue un avance del chaparrón que caería sobre los colegiales.

Incapaces de anotar, con la muñeca encogida, Agustinos sufrió un duro correctivo y en el minuto siete el electrónico reflejaba 21-2. Al final del cuarto, no mejoraban las sensaciones y el castigo se iba hasta el 24-4.

Pero lo peor aún estaba por llegar. Mejoraban las prestaciones en ataque pero el martirio de todo el año, la defensa, era completamente inexistente.

En el minuto 16, Hospitalet comandaba por 41-14, 27 puntos de distancia a estas alturas de choque hacían presagiar lo peor, un descalabro fruto de la impotencia de un equipo condenado.

Al descanso, el cuadro catalán doblaba al leonés, 50-25, y la cosa parecía que solo podía ir a mejor.

Así fue tras el paso por vestuarios. Si algo no existe en la mentalidad de Agustinos es el rendirse, y eso lo han demostrado estas dos temporadas.

Reaccionó el conjunto de Jorge Álvarez con un parcial de 0-14, hasta el 54-42, que hacía parecer que ya llovía menos sobre la nueva pista catalana.

Sin embargo, los barceloneses tenían un juguete roto entre sus manos y volvieron a dar un arreón para llegar al último cuarto con 62-44.

No hubo cambios en las diferencias durante el último periodo. Hospitalet dio tregua y el Agustinos no estaba para fiestas.

La derrota pone el punto y final a una histórica participación del conjunto leonés en esta categoría. Ahora, solo queda pensar en regresar, lo antes posible, a un puesto entre los mejores clubes del baloncesto español.