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José Mota. David Cata
«La comedia nos ayuda a digerir al monstruito que llevamos dentro»
José Mota

«La comedia nos ayuda a digerir al monstruito que llevamos dentro»

El humorista estrena en Nochevieja el especial 'Cuento de vanidad', una original adaptación del relato de Dickens para reflexionar acerca de las redes sociales

Iker Cortés

Madrid

Lunes, 27 de diciembre 2021, 00:07

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Pillamos a José Mota (Montiel, Ciudad Real, 1965) en un descanso de la grabación de 'Cuento de vanidad', a tan solo diez días de que se emita. El cómico estrenará esta Nochevieja, en La 1 de TVE, un especial de humor que toma prestado el relato de Charles Dickens para reflexionar acerca de las redes sociales. A pesar de que la emisión se le echa encima, Mota se muestra cercano y afable -incluso por teléfono-, pero no puede disimular el cansancio que revela su voz.

-'Cuento de vanidad'. ¿Hay mucha en España?

-Bueno yo creo que hay mucha en el mundo, ¿no? Nunca se ha rendido tanto culto al becerro de oro como ahora. Ahora vivimos con filtros y enmascarados. Nos ha tocado vivir una vida en la que vamos tan rápido que no da tiempo a digerir lo que nos pasa. Simplemente he querido hacer una reflexión sobre algunas cosas que veo cuando hacemos mal uso de las redes sociales. Yo creo que las redes no son ni buenas ni malas, pero depende de nosotros. Sirven para comunicarnos y nos han traído cosas muy buenas, pero cuando para sentirnos alguien dependemos de los 'likes' y de los 'followers' y no prestamos atención a la vida en presente y real, pues algo está ocurriendo que nos tiene que hacer reflexionar.

-¿Por qué Dickens?

-Desde hace muchísimo tiempo quería reflejar una historia navideña basada en el clásico de Dickens y me parecía muy oportuno vehiculizar ahí lo que yo quería contar. Quería hablar sobre este señor Scrooge, avaro de los 'likes' y los 'followers', y he mezclado toda la estética dickensiana, con el vestuario la Inglaterra victoriana, con la tecnología moderna, con móviles forrados de marcos de madera antiguos. Bob Cratchit, que es su ayudante, es su community manager y el que le lleva las cuentas, y vive por y para los seguidores. Eso me ha permitido deslizar una historia que para mí es muy jugosa.

Vídeo. El tráiler de 'Cuento de vanidad'.

-Las pocas imágenes que se han podido ver apuntan a un vestuario y unos decorados muy cuidados. ¿Ha habido un importante empuje económico o se debe más a la maña del equipo?

-(Ríe). Se debe a la maña un poquito. En ningún momento podíamos haber construido esos decorados de la Inglaterra victoriana. Te confieso que hemos tenido la gran fortuna de encontrar en el parque temático de la Warner esa calle que yo buscaba, a la que luego le añadimos nieve para dar todo el aspecto de 'Cuento de Navidad'. Lo que sí es verdad es que en aspectos como el vestuario nos hemos volcado mucho, hemos querido recrear muchísimo esta historia porque creo que lo más importante ya lo tenía que es esa reflexión de ¿estoy utilizando como debo el mundo redes sociales?

-¿Cuántos días de trabajo lleva un especial como este?

-Cinco meses y medio. Date cuenta de que en julio ya tengo mi idea de lo que quiero contar. Tenía muchas ganas desde hace muchos años de pararme en 'Cuento de Navidad', pero no quería copiar el clásico y hacer de Scrooge lo que ya es, un tío avaro que vive para el dinero, sino deslizar otra historia. Me venía redondo todo. Me siento muy orgulloso del trabajo que se ha realizado, estamos muy contentos porque creo que hemos encontrado una historia muy sólida.

-Reúne a familiares de todas las edades frente al televisor. ¿Cuál es el secreto?

-No lo sé, pero sí que me siento afortunado. Yo creo que todo pasa por la pasión que uno pone por su trabajo. Soy una persona muy apasionada en lo que hago y cada Nochevieja trato de hacer un relato, son como pequeñas pelis, que dejan pequeños paréntesis en medio, para meter sketches que aluden a todo lo social o político que ha ocurrido en el año. Este año es verdad que hay más carga social y menos parte política.

-¿Qué temas se van a abordar?

-Bueno, tratamos la necesidad del humor en nuestra vida. También hay una reflexión del humor y por dónde transita. Últimamente parece que el humor cada vez pasa por pasillos más estrechos y aparentemente tiene más dificultades para abrirse camino, pero luego uno se da cuenta de que la vida no se puede vivir sin sentido del humor. La comedia es el mejor compañero que uno puede tener. En el vagón de la vida, en el asiento de al lado, además de la gente a la que quieres, hay que dejar un espacio para el humor y la comedia porque creo que desintoxica mucho.

-¿Cómo lleva la pandemia? ¿Se toca el tema en el especial?

-Todos hemos creído que esta batalla estaba prácticamente ganada y nos damos cuenta de que quizá sea un poco pronto para decir esto. Yo estoy como todo el mundo, viviendo todo esto con perplejidad, pero hay que tener paciencia. Nosotros, en comparación con otra gente, que está en primera línea de la batalla de la covid, que ha sufrido mucho, somos afortunados. Y no olvidemos a los que ya no están, que se han ido, ¡que se han ido! Y muchos de ellos luchando para que la palabra esperanza tenga sentido. Me refiero a sanitarios y otros muchos gremios que se han dejado la vida. Y eso sí que me parece importante que lo recordemos y para todos ellos sí que he querido hacer un homenaje al final del especial.

Varios fotogramas del especial 'Cuento de vanidad'. David Cata
Imagen principal - Varios fotogramas del especial 'Cuento de vanidad'.
Imagen secundaria 1 - Varios fotogramas del especial 'Cuento de vanidad'.
Imagen secundaria 2 - Varios fotogramas del especial 'Cuento de vanidad'.

-Hace un humor blanco y, sin embargo, también hay crítica. ¿Es difícil encontrar el equilibrio?

-No. Hago mi trabajo de la forma más honesta que puedo. Lo que creo que no tengo derecho es a faltar el respeto personal de nadie y cuando eres cuidadoso en este sentido es un poco más complicado que alguien se pueda molestar. Pero sí que se puede hacer una valoración del desempeño de un cargo público, sin entrar en el lado personal o familiar.

-¿Qué cameos podemos esperar este año?

-Este año y el pasado, debido a la pandemia, es más complicado que puedas contar con gente porque cualquier persona que viene a prestarte su tiempo debe hacerse el test y es un poco molesto así que he tratado de evitarlo. Alguno hay, pero he procurado no molestar.

-Y musicalmente, ¿qué notas ha tocado?

-Hay un homenaje a Georgie Dann, que tristemente nos ha dejado hace poco y formaba parte de todos. También a Rafaella Carrá, que era también como de nuestra familia. Es que hemos crecido con estos iconos y cuando se van es muy desagradable, es perder parte del paisanaje que ha conformado tu niñez, adolescencia y demás.

-¿Qué le hace reír a usted?

-Yo diría que me río de lo mismo que nos reímos todos en el fondo, que son nuestras miserias propias vistas en otro. Por eso cuando tiras una línea que refleja las ruindades propias en los demás y lo estás contando tu como cómico, pues la gente se ríe porque hay un aflojamiento, que es lo bonito de la comedia. Yo creo que la comedia ayuda a digerir el monstruito que todos llevamos dentro o aceptar con una sonrisa o de manera más agradable el monstruito tenemos arrinconado. Yo creo que la comedia nos ayuda a aceptarnos, a comprendernos y a querernos a pesar de nuestras miserias. Y, como dice mi amigo Luis Piedrahita, es un arma de construcción masiva, une y es un pegamento. Ahora que estamos en un mundo tan polarizado, yo creo que la comedia es de las pocas cosas que nos junta en la mesa.

-La vanidad es un defecto terrible. ¿Cuál es el suyo?

-Creo que soy obsesivamente perfeccionista. A veces eso te quita mucha vida, aunque también te la da. Hay veces tienes que parar porque todo el tiempo que vas a perseguir esa idea que solo habita en tu cabeza no va a merecer la pena al final. Por ejemplo, grabas una toma de un sketch que ha quedado más imperfecto, pero realmente esa imperfección le da humanidad a la toma, le da verdad, sale más orgánica. Pequeñas imperfecciones lo hacen más bello y fresco. Y eso se aprende con el tiempo, el abrazar lo imperfecto. No tienes que buscar siempre lo sublime.

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