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Royal Opera House de Londres.
Las trompetas de Wagner incapacitan a un violista inglés

Las trompetas de Wagner incapacitan a un violista inglés

La Royal Opera House tendrá que compensar a uno de sus músicos por el daño de los decibelios en un ensayo de 'La walkiria'

iñigo gurruchaga

Corresponsal en Londres

Jueves, 18 de abril 2019, 18:17

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La Royal Opera House (ROH) de Londres ha perdido el recurso contra una sentencia del Tribunal Superior que consideró culpable a la institución de Covent Garden de haber incumplido las regulaciones que protegen del ruido en el ejercicio de una profesión, causando a un violista de la orquesta un trastorno auditivo que le impide trabajar.

El año pasado, la juez Nicola Davis, falló en favor de la reclamación de Christopher Goldscheider, viola en la orquesta de la ROH, cuyos abogados argumentaron que la exposición a un nivel decibelios por encima del permitido en las regulaciones laborales sobre ruido le causó un shock acústico que le incapacita para su empleo u otros alternativos.

Los hechos juzgados, según la descripción del Tribunal de Apelación que ha confirmado la sentencia de Davis, se produjeron en los ensayos de 'El anillo del nibelungo', la tetralogía de óperas de Richard Wagner que la casa de la ópera había incluido en su programación de 2012-13, con su director titular, sir Antonio Pappano, al frente de una orquesta de 96 músicos.

Un responsable de la orquesta había advertido a los músicos, antes del comienzo de los ensayos, a su regreso de las vacaciones, de que tuviesen en cuenta al acordar el calendario de trabajo compartido con su colega de instrumento la exposición al ruido y de que debían protegerse los oídos para sesiones donde la potencia media supera los 85 decibelios.

La ROH pagó a un especialista que diseñó unos filtros personales de 8 decibelios para Goldscheider cuando fue contratado, en 2002, y en el acceso a la sala de ensayos los gestores dejan auriculares de espuma que reducen la intensidad del sonido unos 28 decibelios. Pero, aunque el violista descartó los primeros por ineficaces, el uso de los más densos tampoco apaciguó su malestar.

Noventa músicos en el foso del auditorio de Covent Garden no dejan apenas espacio entre ellos. La ROH ha ensayado varios tipos de panel acústico para reducir la intensidad del ruido en ese 'pit' confinado, pero todos repercuten en la calidad de la música. Y no quiere ampliar el foso, eliminando las primeras filas de butacas, por el tiempo que llevaría la obra y el coste del taquillaje perdido.

En el ensayo de la tarde del 31 de agosto y en las dos sesiones del día siguiente, a Goldscheider le correspondió una posición delante de la sesión de viento: cuatro trompetas, cuatro trombones, nueve trompas y una tuba. El trompetista principal estaba situado justo detrás de su oído derecho. Tres horas ensayando 'El oro del Rin' por la mañana y tres por la tarde de 'La walkiria'.

Ni un concierto más

Al terminar la sesión del segundo día, Goldscheider sintió dolor, mareos. Tras su queja y la de otra violista, el 31, una medición del ruido el 1 de agosto dio 92 decibelios. Los responsables de la orquesta hablaron con el director y Pappano distribuyó la sección de viento de otra manera. Pero Goldscheider no se ha recuperado. Padece irritación, dolor, náuseas a partir de un nivel de ruido.

Las empresas deben obligar a sus empleados a ponerse filtros protectores en ambientes con niveles de ruido que pueden dañar la salud, pero a los músicos les impiden oír su propio instrumento o las instrucciones del director, sentir a la orquesta en pasajes calmados. Un oído parcialmente taponado y su instrumento en los labios obstruyen la capacidad musical de los que tocan viento.

La juez Davis dio razón a la reclamación del violista y sentenció además que la ROH debe obligar a sus empleados a ponerse filtros. Una asociación de orquestas británicas y dos de empresas de los teatros de Londres y de Reino Unido se personaron ante el Tribunal de Apelación para apoyar el recurso, alegando que la sentencia acabará con todos los conciertos, desde la Ópera Real hasta los colegios.

Los jueces de Apelación les han dicho que exageran y a los responsables de Covent Garden les han explicado que para convencerlos de que está en juego su prestigio artístico tendrían que haberles demostrado que no hay manera de interpretar 'El anillo del nibelungo' a menos de 91 decibelios o sin ensayar los pasajes más ruidosos en sesiones largas y en días consecutivos.

El hecho es que la nueva distribución de la orquesta amainó el pesar de los que se sentaban delante de los trompetistas y eso avala que los responsables de la orquesta no tomaron suficientes precauciones. La ROH se ha alegrado de que el Tribunal de Apelación descarte la obligación de imponer filtros, pero posiblemente recurrirán al Supremo para insistir en que no está claro que el ensayo causara el mal a su violista.

Un precedente sobre causación citado por sus abogados es el de un inglés que denunció a la agencia de viajes que le llevó de vacaciones a Lanzarote porque, tras beber seis pintas de cerveza, sufrió graves lesiones en una caída, cuando caminaba por el borde de la piscina del hotel, que no había sido cubierta con pintura antideslizante. El tribunal no vio causa directa, porque con pintura antideslizante el borde una piscina puede seguir siendo resbaladizo.

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