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Maestra japonesa del té. Efe
Una aventurera en el Japón del siglo XIX

Una aventurera en el Japón del siglo XIX

Aparece en castellano por primera vez 'Japón inexplorado', el libro en el que Isabella Bird relató su viaje por el exótico país

Álvaro Soto

Madrid

Viernes, 4 de enero 2019, 20:56

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El viaje de Isabella Bird a Japón es una de las aventuras más extraordinarias de las que hay noticia. En 1878, apenas un par de décadas después de que en 1854 el militar estadounidense Matthew Perry acabara con la etapa de aislamiento del país, que duró tres siglos, y que mantuvo cerradas las fronteras de la legendaria nación, la escritora, naturalista y fotógrafa británica (Boroughbridge, 1831-Edimburgo, 1904) se convirtió en la primera mujer, y en uno de los primeros extranjeros, en recorrer aquel lejano lugar. Sus peripecias aparecen ahora por primera vez en castellano en 'Japón inexplorado', un libro de viajes imprescindible que publica la editorial 'La línea del horizonte'.

Evidentemente, el choque cultural de una dama victoriana al llegar a un país inhóspito vertebra todo el texto. Bird se sorprende a cada paso, pero es igual de grande el asombro que provoca su presencia entre las muchedumbres que se va encontrando por el camino. Recorre Tokio y el norte de Japón a pie, a caballo o en los vehículos de ruedas tirados por animales o por personas que aún sirven de atracción turística a los visitantes del siglo XXI, pero que entonces eran un medio de transporte más. Y se encuentra un Japón rural con una vida totalmente desconocida, tribus aborígenes, como los ainus, totalmente extrañas para los occidentales, y exóticas comidas. En el libro, que sigue la estructura de un intercambio epistolar con su hermana, Bird escribe frases como la siguiente: «Mi primera noche sola en medio de esta vida multitudinaria de Asia es extraña, casi temible. He pasado todo el día sufriendo de los nervios: por el temor de ser asustada por algo, por el miedo de ser easaltada con violencia o de ofender a alguien por quebrantar las reglas de la cortesía japonesa o de... ¡qué sé yo!». Y sin embargo, fue una mujer valiente que dejó un testimonio irrepetible.

El profesor Carlos Rubio ha sido el encargado de traducir el libro. En su prólogo, da unas pinceladas sobre Isabella Bird, a la que llama 'una nueva Alicia en el país de las maravillas', pero también advierte de que 'Japón inexplorado' es un ejemplar que no puede ser leído bajo las estructuras mentales del siglo XXI. Es decir, quien se acerca a estas páginas debe asumir que ciertos comentarios son los propios de una occidental del siglo XIX. «Un arraigado instinto de superioridad étnica, bandera del agresivo colonialismo de la época, asoma una y otra vez en observaciones que fácilmente hoy denominaríamos 'racistas' o, cuando menos, 'políticamente incorrectas', y que pueden escandalizar a algún sensible lector que no tenga en cuenta los años en que estos fascinantes relatos fueron escritos», apunta Rubio.

«Nuestra viajera, representante de las nociones etnocéntricas más crudas de su tiempo, no vacila en afirmar varias veces que los japoneses son 'feos' o de un 'físico miserable' a pesar, eso sí, de su depurada cortesía y amabilidad (...) Escandalizarse hoy por esta franqueza nos parece caer en el mismo puritanismo victoriano del que nuestra viajera, mujer osada y vanguardista en su tiempo, supo zafarse a juzgar por sus observaciones sobre moralidad y civilización», continúa el traductor y editor de este libro, que hará las delicias de los amantes de la literatura de viajes y también de los apasionados de Japón, uno de los destinos de moda para los turistas españoles en los últimos años.

Para Isabella Bird, los viajes eran la mejor medicina, en sentido literal. Siendo una joven enfermiza, los médicos le recomendaron que no se quedara en casa, pero difícilmente llegaron a imaginar que se convertiría en una legendaria viajera que primero conoció Australia y los Estados Unidos y más tarde inició una serie de travesías por Asia que la hicieron visitar China, Corea, Vietnam, Singapur, Malasia, Tíbet, Persia, Kurdistán o Turquía. Una vida digna del mayor de los aventureros.

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