Villablino exige que su agonía tenga solución en la clase política

La crisis no tiene solución en Laciana. Si acaso, se agrava cada día, cada hora y cada minuto. Es el desesperante escenario en el que se encuentran quienes residen en esta zona de la provincia.

En la capital de Laciana el futuro no existe. Al menos, así lo entienden sus habitantes y así lo han querido evidenciar en la jornada de este domingo en una manifestación que ha congregado a más de 2.000 participantes en una cifra que, esta vez sí, ha sido coincidente entre convocantes y subdelegación del Gobierno.

'Laciana por el futuro' era una de las pancartas que se podían ver en una marcha en la que los más jóvenes han reclamado su derecho a poder residir y trabajar en la misma tierra que sus padres.

«Justicia económica y social, empleo y futuro», ha sido la frase que se ha dejado ver a lo largo de un recorrido en el que se ha unido la rabia y una sensación de 'última oportunidad' para alcanzar el futuro.

«Laciana está herida de muerte», también se ha advertido. Y hay razones que sustentan esa sensación. Sin la minería, sin ayudas, sin nuevos proyectos empresariales y con el limitado retorno que por el momento ofrece el turismo lo cierto es que los lacianiegos se encomiendan a las instituciones para intentar revertir la situación.

A la conclusión de la marcha, y en un comunicado muy reivindicativo, los asistentes se han encomendado a la 'Mesa por el futuro de León' como argumento para poder salir adelante.

Una mesa que debería estructurar el futuro de la provincia y en especial de las zonas más castigadas, pero un mes que ademar según se ha advertido deberá administrar «no de forma caciquil» las últimas ayudas para la reconversión de las comarcas afectadas por el cierre de la minería.