Los vecinos de Cistierna, divididos entre los puestos de trabajo y el riesgo de una nueva planta de biogás
En los próximos días se podría constituir una plataforma para luchar contra las intenciones de dicha empresa de crear una planta de biogás mientras otros habitantes del término de Cistierna y otros cercanos piensan en los puestos de trabajo que se pueden crear
Una nueva declaración de impacto medioambiental positiva sobre una planta de biogás puede hacer que los ciudadanos de un pueblo de León se movilicen como ya ha ocurrido y sigue haciéndolo en varios casos. En esta ocasión, el lugar afectado está en el término municipal de Cistierna, en el polígono industrial de Vidanes.
Publicidad
La publicación en el Boletín Oficial de Castilla y León ha hecho que los vecinos de Cistierna y otras cercanas hayan comenzado a informarse y, poco a poco, posicionarse. De momento, la única certeza es que la empresa que ya tiene sus instalaciones en este mismo lugar ha solicitado esta declaración para un proyecto que prevé generar más de seis millones de metros cúbicos de biogás y también fertilizantes, aprovechando unas 86.000 toneladas de residuos orgánicos al año -la cantidad para la que se proyecta en Puente Castro, en León capital, es de 128.000-.
Este hecho hace que algunas personas ya hayan alzado la voz ante los posibles efectos negativos que puede tener para el medio ambiente. El documento, aunque con resolución positiva, señala que se crean aguas residuales, gases contaminantes a la atmósfera y otros residuos sólidos: «Nadie, en teoría, sabía nada de este tema y entonces, ante el revuelo se organizó una asamblea abierta a la que asistió gente de Vidanes, de Modino que está prácticamente al lado, Pesquera e incluso Santibáñez y Sorriba», comenta Gonzalo Fernández Valladares García, el presidente de la Asociación Cultural Padre Isla de Vidanes.
Intereses cruzados
Según la opinión de este vecino de Vidanes, «hay varios temas que se entremezclan. Lo que hemos estado viendo desde que desapareció Enervisa y llegó Apaycachana -la empresa promotora del proyecto-, digamos, a salvar la instalación y los puestos de trabajo, fue que con esa disculpa lo que en principio era una planta agroganadera con unos residuos que se regeneraban y producían energía se ha convertido en un auténtico vertedero y una planta de reciclaje».
«Ahí se están procesando, ya desde hace tiempo, lodos de depuradoras y otros materiales que dicen que no son peligrosos, pero beneficiosos no son, desde luego», añade Gonzalo: «Ahora, la empresa pretende transformar sus instalaciones aprovechando la 'Hoja de Ruta del Biogás' -dentro del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030-, es decir, transformar toda una serie de residuos en metano». Esa es la disculpa que dan para ser autónomos energéticamente, según piensan algunas personas en Vidanes y en otras localidades del municipio de Cisitierna y otros cercanos, «pero de lo que no te hablan en el proyecto ni en la declaración del impacto ambiental es de los riesgos que suponen todas esas instalaciones y de los residuos que generan», porque argumentan que una cosa es la teórica valorización de esos desechos y «otra cosa es lo que pasa al final».
Publicidad
Gonzalo, al igual que muchas otras personas que protestan contra proyectos similares como el del Bierzo o el de Puente Castro en León capital, entiende que hay muchos elementos que no se pueden clasificar y siguen siendo residuos, «algunos altamente tóxicos, aunque ellos no lo reconozcan, porque ahí se van meter todo una vez que les den la autorización ya tienen la puerta para ampliar las cantidades ya de por si elevadas de 86.000 toneladas».
«Nos venden que será maravilloso»
«El otro día», hablando sobre la reunión del pasado 29 de noviembre, explican que una técnica de la empresa Apaycachana les intentó «vender que va todo perfecto y es maravilloso, que incluso íbamos a mejorar las condiciones actuales». Este comentario viene de la situación vivida durante el verano y por esos temas que, asegura Gonzalo, «se mezclan» porque explica que la empresa quiere forzar a la Junta Vecinal a que venda unos terrenos y que desde entonces «hemos disfrutado de unos olores totalmente insoportables, qué curioso», comenta con ironía: «Otros veranos había días puntuales con malos olores pero éste, incluso los días de la fiesta fueron en los que más olió, era como una agresión directa porque no habíamos aceptado su plan de compra de los terrenos».
Publicidad
La superficie en cuestión, en la zona del polígono industrial que linda con la carretera y el canal, es la que se encuentra donde estaban los invernaderos inicialmente y después se instalaron unos motores para quemar aceite usado: «Ahora quieren hacer esta planta porque pasa cerca el gasoducto de La Robla a Guardo, y la disculpa que ponen es el metano lo van a canalizar directamente». También comenta que debe haber otro proyecto vinculado a la compra de los terrenos y la planta de biogás, de cubrir las sesenta naves ganaderas -que están las mencionadas parcelas-, con placas solares: «Todos sabemos que esas cosas van ligadas a subvenciones, es decir, la empresa pone una parte, pero la gran la mayor parte de la inversión son subvenciones vía estatal, autonómica o europea».
Gonzalo explica que en el pueblo hay muchas personas con que son veraneantes o van los fines de semana a los que «no les gustaría mucho que su casa esté a las puertas de un vertedero industrial con el tráfico que eso va a suponer porque para juntar solo esas 86.000 toneladas van a tener que entrar muchos camiones de allí». También habla de aquellos que pueden estar a favor por temas laborales aunque, según dice, de todos los trabajadores actuales «de Vidanes sólo son cuatro» y que este proyecto de la central de biogás «salvo en la fase inicial de desarrollo, después no generan muchos puestos de trabajo, como la del Bierzo, que con más toneladas, una vez que se construya crearía cinco o seis empleos».
Publicidad
La incertidumbre y la falta de información son los dos problemas que vecinos como Gonzalo quieren solucionar porque entiende que «la gente, aparte de estar indignada, no se fía de las bondades de un proyecto por parte de una empresa que ha hecho una cosa después de plantear otra».
¿Asociación contra la planta de biogás?
El sábado 6 de diciembre, fecha de la siguiente asamblea, además de contar con algún experto que informe del tema objetivamente, «la idea es que hagamos incluso una asociación de afectados», afirma Gonzalo, que asegura no quedarse sólo en «parar la planta de Vidanes» si no en «que revisar toda esa ampliación sistemática que ha tenido la factoría de Apaycachana para convertirse en lo que es realmente ahora, en un vertedero». Como es evidente no puede hablar de las opinbiones de los que no acuedieron a la primera asamblea pero los que sí «desconfiaban de la bondad del proyecto y por la experiencia previa, porque viendo en qué se ha convertido esta industria, pues no te puedes fiar de que ahora la cosa vaya a ir mejor si no más bien todo lo contrario», lamenta este vecino.
Publicidad
Gonzalo explica los siguientes pasos que pueden dar tras constituirse como plataforma: «Ir a una asesoría legal porque este va a ser un tema con el que, dado lo avanzado de la tramitación, no nos va a quedar otra que ir por la vía legal». El presidente de la Asociación Cultural Padre Isla de Vidanes explica que el día después de esta asamblea, el 7 de diciembre, se ha planteado un concejo por parte de la Junta Vecinal para tratar la venta de los terrenos, lo que Gonzalo Fernández Valladares considera «absurdo porque puede plantear algo que favorezca los intereses de la empresa frente a los del pueblo».
Noticias relacionadas
Es por eso, que este vecino insiste en que no se pueden tratar todos los aspectos de este tema de forma independiente porque «son proyectos que van de la mano: ampliación, vertedero, planta de reciclaje y planta de biogás». Si el contrato vence en 2032 «el pueblo no tiene ninguna prisa y no hace falta precipitarse a la hora de negociar algo que puede ser trascendente para el futuro de Vidanes», afirma Gonzalo que recalca que «no es cuestión de estar en contra del trabajo ni de los trabajadores. Es querer un trabajo compatible y respetuoso con una vida de calidad en el pueblo. Los trabajadores vienen y van pero los daños pueden ser irreversibles«, argumenta explicando que no todos los empleos y empresas son iguales porque algunos son más lesivos para el entorno y la calidad de vida de los habitantes, »lo que es muy importante también para poder traer otro tipo de actividades más atractivas, porque ninguna empresa que no se dedique a actividades molestas va a querer instalarse al lado de un vertedero», concluye.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión