El Proyecto Driehaus para salvar a Grajal de Campos costaría cuatro millones euros y se busca su financiación

«Tres cosas tiene Grajal que no tiene León: un palacio, un castillo y, en la plaza, un callejón». Así describe su alcalde y mejor embajador este pueblo, puerta de la provincia, que tiene entre sus manos la última bala para sobrevivir.

El paso del tiempo y el olvido han castigado a Grajal de Campos, que se ha acogido al Proyecto Driehaus para revolucionar esta localidad del este de León.

Tienen el qué, ahora buscarán el cómo. Cuatro millones de euros es el presupuesto necesario para que el sueño compartido del antropólogo estadounidense,dos arquitectos de prestigio internacional y Grajal se haga realidad.

Los trabajos que se deben acometer son la restauración del palacio, sito en la plaza del pueblo, hacer cuatro viviendas en unos solares que tiene el Ayuntamiento, y recuperar el palacio para hacer un parador.

El alcalde, Francisco Espinosa López, ha acudido a la Diputación en busca de una subvención que ayude a sufragar los gastos de la primera frase del proyecto, que ya ha recibido la visita de los técnicos del Ministerio de Fomento.

Juan Martínez Majo ha sido claro con el presidente del pueblo. «No nos hemos comprometido a nada», pero estudiarán la forma de financiación y, en caso de que logren la ayuda del 1,5% del IVA cultural, la Diputación estará «dispuesta a colaborar dada la singularidad de la localidad» y a trabajar por un proyecto que «es una pasada, pero que cuesta cuatro millones y va a ser muy difícil».

Los hermanos Graco –de ahí el nombre y no porque vuelen grajos-, en época romana, levantaron Grajal de Campos. Ahora, como dice su alcalde, por su historia, el pueblo «tiene derecho a sobrevivir».

El pueblo contaba con siete parroquias, se encontraba completamente amurallado y tenía grandes mercados. «Es una pena que se pierda, porque cada vez somos menos gente y no hay industria. Pero podemos salvarlo si recuperamos nuestro patrimonio histórico».

Francisco Espinosa ha explicado las bondades de este enclave leonés. «Tenemos un castillo hermoso, primera fortaleza completa artillera de España en donde se empezó a hacer pólvora, hay una basílica, una ermita sobre un torreón defensivo que se conservar de la antigua muralla y tenemos un monasterio de donde las monjitas se fueron a Toledo, las santas, y nos robaron las tallas; además de un palacio renacentista. También hay ferrocarril dondeparan los trenes de cercanías y hasta pasa el AVE».

Driehaus ha puesto los cimientos y ahora es el turno de las administraciones de edificar la esperanza de una localidad que espera en su apeadero coger el último tren de su futuro.