«Nueve horas sin agua»: vecinos de un pueblo de León denuncian una situación «insostenible»
Los habitantes de Ambasaguas de Curueño critican los cortes diarios mientras el Ayuntamiento habla de «sabotaje»
En Ambasaguas de Curueño, pedanía de apenas 60 habitantes en invierno, la vida cotidiana se ha convertido en una carrera contrarreloj para poder llenar cubos, fregar los platos o ducharse antes de que, a las diez y media de la noche, el agua deje de salir por los grifos. Desde hace semanas, los vecinos denuncian que el suministro se corta de manera radical hasta las nueve de la mañana siguiente.
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«Es desesperante. Te levantas a las siete para ir a trabajar a León y no hay agua. Si tienes niños pequeños en casa es un caos: terminas de cenar, dejas los cacharros sin fregar y a los inodoros hay que echarles cubos. Llevamos años con problemas, pero este verano ha sido el peor con diferencia», explica uno de los residentes.
Los habitantes aseguran que la situación se arrastra desde hace dos décadas, aunque antes se limitaba a bajadas de presión en los meses de verano. Este año, sin embargo, los cortes son totales y más prolongados de lo anunciado. «En una reunión nos dijeron que sería de 12 de la noche a 8 de la mañana, pero en realidad cortan antes y devuelven el agua mucho más tarde. Ni siquiera avisan ya. Es indignante», denuncian.
Una problemática agravada
La problemática se agrava con la llegada del verano, cuando la población del pueblo prácticamente se duplica con la llegada de familias que residen habitualmente fuera.
Aun así, los vecinos consideran que la capacidad de abastecimiento debería ser suficiente. «Dicen que hay caudal y que el depósito se llena, entonces no entendemos por qué estamos así. Esto es un problema de gestión», insisten.
El Ayuntamiento habla de «uso indebido» y «sabotaje»
El alcalde de Santa Colomba de Curueño, Basilio Martínez, defiende que el origen del problema no está en la falta de recursos ni en la gestión municipal, sino en el mal uso del agua. «Al depósito de Ambasaguas entran 100.000 litros diarios, una cantidad imposible de gastar en el consumo doméstico de 60 o 70 vecinos. Estamos ante un uso indebido, con riegos de huertas, llenado de piscinas y hasta posibles sabotajes», asegura.
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«La mala utilización del agua es la que está generando esta situación»
Basilio Martínez
Colomba de Curueño
Martínez recuerda que técnicos municipales revisan a diario las instalaciones y que se han encontrado situaciones anómalas. «Hubo un vecino que dejó una llave abierta durante un mes, con miles de litros perdidos. Estos comportamientos son los que provocan que el depósito se vacíe antes de tiempo». Según el regidor, los cortes nocturnos son imprescindibles para que el sistema pueda recuperar nivel de agua y garantizar servicio durante las horas de mayor consumo.
El Ayuntamiento estudia contratar a una empresa externa para localizar consumos irregulares con medios automáticos y no descarta acudir a las fuerzas de seguridad si se confirma la hipótesis de sabotaje. «No podemos permitir que un mal uso o una manipulación interesada prive de un servicio básico al resto de vecinos», recalca.
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Malentar creciente en el pueblo
Las explicaciones municipales no convencen a los afectados. «Aquí hay agua, lo vemos en los ríos, en las fincas encharcadas… y sin embargo en las casas estamos secos. Nos sentimos abandonados. Pagamos impuestos como todos y estamos en el siglo XXI, no podemos vivir así», lamenta el vecino. El descontento ha generado tensiones entre habitantes y un ambiente de frustración generalizada. Muchos temen que la situación se prolongue durante todo el verano. «No nos han dado una fecha para recuperar la normalidad. Cada noche es lo mismo: cenar deprisa, llenar cubos, preparar barreños… No es vida», señalan.
El problema afecta especialmente a familias con niños pequeños y a personas mayores, que ven limitada incluso su higiene diaria. Además, varias viviendas utilizan calentadores de gas que no funcionan con baja presión, lo que deja a los residentes sin agua caliente. «Es un calvario. Los que trabajamos fuera vamos sucios a León y los abuelos no se pueden duchar. Esto no debería estar pasando en 2025», se queja
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Un problema enquistado
Aunque los cortes de este año han encendido los ánimos, los vecinos recuerdan que la polémica viene de lejos. «Llevamos arrastrando esto 20 años, pero ahora es insoportable. Antes, en verano bajaba la presión, pero nunca nos habían dejado sin agua tantas horas», resume un residente.
El pueblo, que en invierno ronda los 40 vecinos pero alcanza los 150 en verano, ha pedido reiteradamente soluciones técnicas: desde aumentar el caudal hasta controlar los contadores o incluso perforar nuevos manantiales. «Nadie ha venido a dar una respuesta real. Todo son buenas palabras, pero seguimos igual», critican.
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