Imagen de las vacas en el monte mientras aparece el humo de fondo Peio García

El fuego devora los pastos y pone en riesgo la supervivencia del ganado: «Las vacas necesitan comer ya»

Los ganaderos de Molinaferrera solicitan de forma urgente paja y forraje para abastecer a sus animales tras los incendios que han arrasado con el terreno

Miércoles, 20 de agosto 2025, 09:10

Los incendios en la provincia de León no solo están dejando un paisaje desolador de montes calcinados e innumerables daños económicos y humanos, sino también graves consecuencias para aquellos que dedican su vida al campo.

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En Molinaferrera, una pequeña localidad de la zona de la maragatería, la ganadería lo es todo. Son muchas las personas cuyo sustento se basa en sus animales y, aunque todo el ganado se consiguió poner a salvo de las llamas, el fuego arrasó el monte por completo, lo que ha hecho encender las alarmas a los vecinos por el desabastecimiento de los animales.

Ganaderos de la zona alertan de que la situación es crítica y reclaman ayuda urgente para conseguir comida para sus reses. «Está todo el monte arrasado», lamenta Eva Martínez, ganadera de la zona y una de las principales afectadas, que teme por el futuro inmediato de su explotación si no llegan pronto suministros que permitan alimentar al ganado.

Necesidades urgentes para el ganado

El incendio de Llamas de Cabrera, que lleva activo desde el pasado día 8 de agosto y en nivel 2 desde el 9, sigue arrasando a su paso con diferentes montes y localidades, entre las que se encuentra Molinaferrera, un pequeño de pueblo de unos treinta habitantes en invierno que se multiplica en verano.

Allí, aunque se han conseguido salvar las casas y el ganado, que era «la principal prioridad», el campo ha quedado completamente arrasado por el fuego, igual que las naves donde tenían guardado todo el pasto, lo que supone un problema de presente y de futuro para el abastecimiento de los animales.

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Ante esta situación, los ganaderos reclaman de forma urgente paja, hierba y forraje principalmente para todo aquel que pueda transportarlo hasta la zona para contribuir en la recuperación. «Abrimos el cercado de la finca en la que estaban y se consiguieron salvar, pero ahora necesitan comer yestá todo calcinado», reconoce Eva.

También se les han quemado las naves en las que antenían el forraje de sus animales, algo que, más allá del enorme valor económico, supone una enorme pérdida sentimental. «Es nuestra vida», admite Eva con un gesto aparentemente emotivo en su voz.

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La ayuda de la Unidad Veterinaria

En busca de iniciar con la recuperación, además de la solicitud casi a la desesperada por las diferentes redes sociales, Eva y su familia han acudido a la Unidad Veterinaria, lugar indicado para reclamar las ayudas. Como medida urgente, la respuesta ha sido que les «ayudarán con el pasto», aunque «entre que se llevan a cabo los trámites, no sabemos cuanto tardarán».

Además, calculan que van a necesitar pasto para, al menos, «los próximos nueve meses», tiempo mínimo que calculan que podría tardar en recuperarse el campo en el que está cercado el ganado.

De esta forma, compaginan la felicidad de haber podido salvar a su ganado de las llamas con el temor de no poder salvarlas con alimento, un guion que se repite en diferentes pueblos y contra el que los ganaderos de todas las zonas arrasadas siguen luchando día tras día.

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