El campo leonés teme por el futuro de los cultivos: «Las ayudas nunca compensan un 100%»
Agricultores, ganaderos y apicultores advierten de pérdidas y reclaman apoyo urgente
Los incendios que han devastado más de 114.000 hectáreas en la provincia de León han supuesto un golpe sin precedentes para el sector agrario. Cultivos de cereal arrasados, pastos calcinados y colmenas gravemente afectadas dibujan un panorama que amenaza la continuidad de muchas explotaciones rurales.
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«Lo que más nos preocupa son las zonas afectadas por los incendios; los más perjudicados han sido la ganadería extensiva, los apicultores y los agricultores», señaló José Antonio Turrado, secretario general de Asaja en Castilla y León. Subrayó además que, aunque las ayudas nunca compensan el 100% de las pérdidas, «la respuesta de la Junta ha sido positiva, y esperamos una similar del Ministerio».
Cultivos con daños y recuperación incierta
Las zonas de cultivo de cereal de La Bañeza, la Valdería o la Valduerna han sufrido graves pérdidas. Aunque los agricultores podrán sembrar de nuevo en otoño, los daños en pastos son más difíciles de superar: su regeneración llevará al menos un año, y durante meses no ofrecerán producción normal.
Más complejo aún es el futuro para la apicultura. «Las abejas necesitan flores diversas y la regeneración de la vegetación tras un incendio puede tardar más de cinco años», advirtió Turrado, destacando que este sector será uno de los más castigados en el medio y largo plazo.
Demandas al Ministerio y a la PAC
Las organizaciones agrarias reclaman que el Ministerio flexibilice la aplicación de la Ley de Montes, que impide durante cinco años el aprovechamiento de terrenos quemados. «Queremos excepciones porque son tierras que ya estaban en cultivo y pastos que pueden servir para carga ganadera en zonas de montaña», pidió Sonia Castro, secretaria general de UGAL.
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Asimismo, el sector reclama que estas explotaciones puedan acceder a ayudas de la Política Agraria Común (PAC) y que se mantengan líneas de apoyo estables para evitar que las explotaciones afectadas caigan en el abandono.
Solidaridad y seguros agrarios
La crisis también ha sacado a relucir la solidaridad entre profesionales. Muchos ganaderos han cedido forraje, favorecidos por una cosecha abundante y de bajo precio.
Sin embargo, las organizaciones recuerdan que no todos han tenido la misma suerte: «El agricultor o ganadero que tenía seguro ha salido mejor parado que otros; por eso insistimos en la importancia de proteger lo nuestro con el seguro agrario», apuntó Turrado.
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El clima, un factor decisivo
El sector agrario mira ahora al cielo. Las lluvias de septiembre serán determinantes para preparar las siembras de invierno. De no llegar, el panorama seguirá marcado por la sequía. Además, en las zonas de montaña los ganaderos advierten de un riesgo añadido: el desplazamiento de fauna salvaje como lobos y osos, que podrían acercarse a explotaciones y poblaciones al haber perdido parte de su hábitat en los incendios.
Las organizaciones agrarias llaman a la calma y confían en que las administraciones mantengan el ritmo de ayudas y medidas excepcionales. Como advirtió Sonia Castro: «Lo que queremos es que no queden en el olvido, sino que sigan llegando apoyos que permitan recuperar el territorio y sostener a las familias que viven de él».
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