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Parque eólico en la provincia de León.
Los promotores eólicos bajan el ritmo de instalación de potencia en 2022, con 105 megavatios nuevos en Castilla y León

Los promotores eólicos bajan el ritmo de instalación de potencia en 2022, con 105 megavatios nuevos en Castilla y León

La comunidad consolida su liderazgo indiscutible por potencia, con 6.507 megavatios, en un sector que reclama una tendencia «constante y planificada» en base a la demanda real de cada momento

J.M.

León

Domingo, 19 de marzo 2023, 12:41

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Los promotores eólicos bajaron su ritmo de instalación de potencia de este tipo de energía en 2022, con la puesta en marcha de 105 nuevos megavatios en Castilla y León, una cifra que supone el 6,2 por ciento del total nacional, 1.670 megavatios que se plasmaron a través de parques eólicos a estrenar o de la ampliación de ya existentes. A pesar de esta reducción, pues en 2021 la Comunidad enganchó a la red eléctrica 155 megavatios (el 18,4 por ciento del total en ese año), la autonomía consolida su liderazgo indiscutible por potencia instalada, con 6.507 megavatios en global, lejos de los 4.921 de Aragón, que no obstante puso en servicio el pasado año 492 megavatios, y los 3.949 de Castilla-La Mancha, que encabezó la instalación de nuevos aerogeneradores, que alcanzaron los 3.949 megavatios.

Todo ello a la espera de que en los próximos meses se resuelvan la autorización administrativa previa y la de construcción, y quede diseñado el modelo renovable, pues entre eólica y fotovoltaica, el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) y la Junta han concedido la declaración ambiental a proyectos por 12.527 megavatios, que supondrá 27 veces la central nuclear de Garoña.

Comunidades líderes

Entre las tres comunidades que lideran con solvencia el mercado eólico en España suman algo más de la mitad de la potencia, que se eleva a 29.813 megavatios y roza ya el hito de los 30 gigavatios de este tipo de energía renovable. En España, los nuevos 1.670 megavatios de 2022 duplicaron la cifra del año anterior, aunque a un ritmo por debajo del necesario para alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que debería incorporar 2.500 megas eólicos anuales, tal y como señala la Asociación Empresarial Eólica (AEE), a cuyo informe accedió Ical. De hecho, para llegar a esa meta y suministrar un 34 por ciento de la electricidad gracias al viento, es necesario instalar 500 aerogeneradores al año (en total 4.000).

En total, en España hay 1.345 parques eólicos a 31 de diciembre, con 22.042 aerogeneradores, tras la entrada en funcionamiento el pasado año de 46 complejos nuevos con 395 molinos. En conjunto, la eólica genera una cuarta parte de toda la electricidad en España. Como hito, la AEE informó de que el 9 de marzo de 2023 la eólica generó la mitad del total de luz consumida. En 2022, gracias a este tipo de energía, los usuarios ahorraron 8.252 millones de euros. Además, los más de 22.000 aerogeneradores operativos y sus infraestructuras ocupan sólo el 0,017 por ciento de la superficie nacional y están presentes en el 13 por ciento de los municipios españoles.

Gracias a la entrada de 1.670 megavatios se alcanza un «récord de generación» de más de 61.000 gigavatios hora (GWh), con lo que se convierte, tal y como constata el sector, en una «tecnología clave» en el mix energético por su aportación a la cobertura de demanda y la primera por potencia instalada. En términos de energía final, la eólica es además la principal fuente de energía autóctona de España.

Segundo país en eólica

La nueva potencia eólica instalada en España supone el ocho por ciento en Europa y sitúa al país en sexto lugar del ranking de estados que mayor potencia de esta renovable han instalado en el viejo continente en 2022, por detrás de Alemania, Suecia, Finlandia, Francia y Reino Unido. Sin embargo, con casi 30 gigavatios, España es el segundo país europeo con más potencia eólica instalada en total (el 12 por ciento), por detrás de Alemania, con más de 66 gigas, y por delante de Reino Unido (29), Francia (21), Suecia (15) y Turquía (12 gigas). Entre los seis suman dos tercios de la capacidad total instalada en Europa.

Actualmente, la energía eólica en Europa produce más del 17 por ciento de la electricidad que se consume en el continente y tiene una potencia acumulada de 255 gigavatios, de los cuales 30 son de eólica marina.

España cuenta con más de 250 centros de fabricación presentes en 16 de las 17 comunidades autónomas, entre ellas Castilla y León. El país dispone de la cadena completa de suministro, es líder en la fabricación de aerogeneradores y destaca como uno de los mayores exportadores de máquinas. La capacidad de fabricación es de 4.000 megavatios al año y en términos de empleo el sector ha alcanzado más de 32.000 pues de trabajo, que se prevé duplicar para 2030.

Previsiones a un lustro

El sector eólico español calcula que si se obtiene la financiación necesaria, se puedan instalen 7,2 gigavatios nuevos hasta 2025 (de los 11,5 que actualmente tienen declaración de impacto ambiental positiva), y otros cinco adicionales hasta 2027 (de los 36 que están en tramitación y que deberían terminarla en los próximos dos años). En total, 12,2 gigas de nueva capacidad eólica hasta 2027, lo que convertirán a España en uno de los mayores mercados de Europa.

La Asociación Empresarial Eólica (AEE) señala que de conseguirse este ritmo de avance en los próximos años el país se acercaría a la senda necesaria para cumplir con el objetivo del PNIEC actual de alcanzar 50,3 gigavatios de potencia eólica instalada para 2030.

Peticiones del sector

Pero para llegar a ese punto, el sector advierte de que este tipo de industria necesita «sostenibilidad y confortabilidad» en toda la cadena de valor para «mantenerse y ser competitiva». «Requiere de visibilidad de mercado a más largo plazo, y no sólo de los dos próximos años, a fin de realizar una planificación estratégica adecuada que conlleve una optimización de costes», comentaron fuentes de AEE, que añadieron que el efecto de «pasar de una sequía de proyectos a una acumulación masiva, motivada por el cumplimiento de unos hitos en la regulación, aunque pueda aportar un escenario teórico favorable a futuro, genera tensiones industriales y saturación en la cadena de suministro que suponen un gran reto para la misma».

Por ello, consideraron «clave» avanzar a un ritmo «constante y planificado» en base a la demanda real de cada momento, y así llegar a 2030 con la aportación renovable que establezca el PNIEC, «siempre maximizando los beneficios en los territorios y el respeto al medio ambiente». De ahí que la tramitación administrativa sea haya convertido como uno de los «principales caballos de batalla», según AEE, y por ello todos los países «deben sumar fuerzas y priorizarla como asunto crítico para la resiliencia energética, económica e industrial».

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