Óscar Ruiz: «Mi prioridad son las personas, esta base está hecha para servir y formar»

Con una trayectoria sólida en la Dirección de Enseñanza del Ejército del Aire y del Espacio, el coronel Óscar Ruiz, natural de Burgos, llega a León para asumir uno de los destinos más relevantes de su carrera: la dirección de la Academia Básica del Aire y del Espacio. Lo hace con ilusión, pero también con respeto. «Solo se puede afrontar este reto con mucha ilusión, con muchísima humildad y con un gran sentido del deber», afirma quien es ya Director de la Academia Básica del Aire y del Espacio, Jefe de la Base Aérea de León y Comandante Militar Aéreo del Aeropuerto de Asturias.

Consciente del peso que supone dirigir una institución clave para la formación de los suboficiales del Ejército del Aire, el coronel Ruiz reconoce el papel de quienes ya llevan años trabajando en la Academia. «Los que realmente saben de la Academia Básica del Aire son quienes están aquí cada día: los profesores, el personal destinado, el equipo de la base… Ellos son el alma de esta casa», afirma.

Si hay un eje en el discurso del coronel, es el valor humano. «Mi prioridad número uno son las personas», insiste sin rodeos. Alumnos, instructores, mandos y personal civil conforman, para él, la columna vertebral de la Academia. No se trata solo de formar técnicamente a los futuros suboficiales, sino de dotarlos de los valores y capacidades necesarias para afrontar los retos actuales del Ejército y de la sociedad.

«La misión es clara: preparar líderes intermedios que sean ejemplo, que conecten con la tropa y que estén a la altura de los desafíos operativos y humanos del Ejército del Aire y del Espacio», explica.

Uno de los grandes cambios que marcarán esta nueva etapa es la transformación de la Base Aérea de León. De ser un aeródromo de apoyo intermitente, pasará a albergar operaciones permanentes. «Esto no es un cambio estético, es una transformación funcional», señala Óscar Ruiz. La base acogerá de forma estable sistemas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, y verá incrementado su personal, sus infraestructuras y su papel estratégico.

Aunque reconoce que los cambios no serán inmediatos ni drásticos, destaca que el proceso ya está en marcha: «Será una evolución progresiva. Ni el personal de la base ni la sociedad leonesa lo notarán de forma abrupta, pero en pocos años veremos una diferencia real en operaciones, medios y presencia».

A nivel interno, la prioridad es clara: estar preparados para gestionar eficazmente los recursos humanos y materiales que llegarán. «Todavía no hemos recibido grandes dotaciones, pero sí sabemos que en el Estado Mayor del Aire y del Espacio (EMA) están trabajando en estos planes».

Y eso «exige un cambio de mentalidad desde arriba hasta abajo», explica. Para Ruiz, la clave está en la eficiencia, en la anticipación y en la adaptación. «Más personal no siempre significa más trabajo. Si se gestiona bien, puede significar más eficacia», matiza.

La base ya está aplicando medidas de sostenibilidad y eficiencia energética, con instalaciones solares, mejoras en iluminación y transición hacia vehículos eléctricos. «No es solo una cuestión de imagen, es una obligación racional: gastar menos y hacerlo mejor».

La Academia de León es hoy uno de los referentes nacionales en formación militar. El coronel lo sabe y se muestra orgulloso. «Nuestros alumnos han sido premiados en los concursos de formación profesional de Castilla y León. El nivel es altísimo, y mantenerlo es ahora nuestra responsabilidad», sostiene. Y añade: «No solo somos referencia en el Ejército del Aire, sino también para otras academias del Ejército de Tierra o de la Armada».

Uno de los pilares de ese liderazgo es la incorporación de nuevas tecnologías. La Academia es pionera en ciberdefensa, y la colaboración con centros como el Incibe o la Universidad de León abre nuevas vías de trabajo conjunto. «Somos el único ejército que forma desde el inicio en ciberdefensa como especialidad. Vamos por delante, y eso es motivo de orgullo», remarca.

Para Óscar (como se le conoce en la base y que denota ese carácter cercano), no hay duda del papel que León juega y jugará en el Ejército del Aire y del Espacio. «Todo el mundo sabe dónde está León y qué significa esta Academia. Es uno de los dos pilares junto a San Javier», asegura. Con la llegada de nuevas misiones y la consolidación operativa de la base, el impacto sobre el entorno será aún mayor.

«La economía local ya nota la presencia militar, pero el crecimiento va a reforzar aún más ese vínculo. Más personal, más familias, más servicios, más compras… El efecto será real», afirma.

El coronel Ruiz también destaca el ambiente de igualdad, cohesión y diversidad que se vive en la Academia. «Aquí no importa el género, la religión ni el origen. Todos somos soldados, y todos tenemos los mismos derechos, deberes y oportunidades», subraya. Y defiende que las Fuerzas Armadas son uno de los entornos más igualitarios de la sociedad.

También valora el papel de las familias en la vida militar. «El apoyo familiar es esencial. Sin él, es muy difícil compaginar el servicio con la vida personal. Lo he vivido y lo reconozco», dice.

El coronel Óscar Ruiz también quiso dirigir unas palabras a los jóvenes de León, especialmente a quienes sienten una vocación militar o un interés por el mundo de la aviación. Les anima a no rendirse, a explorar las distintas vías de acceso y a confiar en que siempre hay más de una oportunidad para formar parte de las Fuerzas Armadas. «Hay muchas formas de entrar, no solo una. Lo importante es tener claro que esto es una vocación, una vida exigente pero apasionante», asegura.

Desde la Academia, afirma, están siempre dispuestos a orientar e informar a quienes se acerquen con interés y compromiso. «Para mí, concluye, esta es la mejor profesión del mundo, aunque también es una de las más sacrificadas».

Para afrontar con éxito esta etapa, Óscar Ruiz apuesta por un liderazgo basado en el ejemplo, la cercanía y la adaptación. «Nadie llega sabiendo todo. Cada unidad tiene su cultura, y hay que conocerla antes de intentar cambiar nada», señala. Humildad, sacrificio y vocación son, para él, las actitudes clave.

Y si debe elegir una frase que defina su proyecto, lo tiene claro: «El paso honroso», lema de la Academia y símbolo de superación. «Quien entra aquí debe ganarse el derecho a continuar. No se trata de hacer lo mínimo, sino de demostrar que eres digno de avanzar», concluye.

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