Carmen Caríssimo junto a algunos de sus perros. Adrián Martínez
Día Mundial del Perro Adoptado

La gran mamá de los perros «raza pobrecín»

Alrededor de medio centenar de peludos han sido adoptados por Carmen, afectada por una enfermedad similar a la ELA que no le permite traer a más: «Si fuera por ella, seguirían llegando»

Lunes, 22 de septiembre 2025, 08:14

En la puerta nos espera Camino y allí ya se nos advierte de lo que vamos a encontrar: «En esta casa mando yo», junto a la silueta de un perro. Cruzando el recibidor, intuyen que algo extraño hay al otro lado y los más valientes -o cobardes- empiezan a ladrar. «No os van a hacer nada ninguno, pero algunos son maltratados y tienen miedo». En el salón descansa Carmen y, junto a ella, cuatro peludos -tres de ellos galgos- la arropan. Otros dos nos vienen a saludar de forma afectuosa.

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Sin embargo, Cuca, Rubi, Milka, Linda, Pepe y Cásper serán los últimos en vivir en una casa por la que han pasado alrededor de medio centenar de perros. «Ella siempre ha tenido perros. Ahora le quedan seis y, si por ella fuera, seguiría adoptando. Esta semana le tuve que decir que no porque el último se nos murió el 30 de agosto», explica Camino Andrade, la amiga inseparable y ahora la voz de Carmen Caríssimo, expresidenta de la Asociación Protectora de Plantas y Animales de León, quien padece una enfermedad degenerativa que ya no le permite cuidar a más peludos.

Es su amiga quien nos cuenta la historia detrás de una mujer que ha ejercido de gran mamá para muchos de aquellos que nunca encontraban familia. Apenas se puede mover y casi no puede hablar, aunque sus gestos y sus leves caricias aún reflejan el amor que siente por sus canes. «Cuando estaba soltera tenía a Kisi, una caniche; luego se casó y tuvo unos cuantos más, incluida la teckel Dina».

Fue a principios de los 2000 cuando ambas entraron en la directiva de la 'Prote'. Allí llegaban perros necesitados que ellas denominaron «de la raza pobrecín», la mayoritaria en estos centros. «Carmen tenía más espacio, vivía en un piso grande, y siempre se iban con ella». Uno tras otro, iban apareciendo estos 'pobrecines' que Carmen adoptaba hasta compartir casa con 16.

Carmen y Camino junto a los perros.

Ahora le quedan seis y ellos siguen siendo uno de sus motivos para seguir luchando en su vida. «No ha tenido hijos y se ha volcado con los perros». Entre todos ellos destaca a Marquitos, que aún recuerda emocionada. Llegó con Pispa, la madre, una perrita preñada que nadie quería y Carmen se quedó con ella. Tuvo dos cachorros, hembra y macho, y la hembra salió en adopción, mientras que ella se quedó con Marquitos: «Nació con ella al lado y él se quedó en su alma para siempre».

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La cuadrilla que aún conserva en su casa con jardín en Las Lomas les permite no tener la necesidad de salir a pasear con ellos, algo que Carmen no podría hacer. Y, además, tiene la mano tendida de Camino que se ha ido a vivir con ella para acompañarla con su enfermedad. «A ellos les encanta tomar el sol y la puerta del jardín siempre está abierta. Ahora no, porque del miedo que les dais alguno saldría corriendo», matiza. Allí están «a su bola», aunque algunos son «caseros y muy vagos» y prefieren estar en el sofá donde reposa Carmen: «El sofá es suyo. Y tú, para sentarte, tienes que pedir la vez», como confirma la escena que vivimos durante toda la grabación del reportaje.

Adopta un perro

Con motivo del Día Internacional de la Adopción de Perros, que se conmemora este martes 23 de septiembre, desde la Protectora de Animales nos presentaron a Carmen Caríssimo como la persona que más había hecho por estos 'sin techo'. Nadie ha adoptado tanto como ella, e incluso se ha permitido apuntar en una lista los 48 que recuerda: estuvo Pepa, que la iban a matar; también Zar, que era ciego; luego Mikaela, que apareció preñada; y también el diabético Kuko o el manco Iker, entre otros. Muchos de ellos forman parte del grupo que nadie quería, donde destacan los negros, como señala Camino Andrade: «La gente no los quiere, les cuesta coger uno negro, aunque te parezca una bobada». Tampoco tienen sitio los más mayores o los de raza muy grande.

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Sin embargo, estas amigas ya inseparables hacen bandera de la adopción. «Hay gente que dice que no quiere perro en casa... ¡Pero si un perro llega y se tumba! Eso sí, no adoptes un cachorro si quieres tener la casa impecable». Incluso piden que no les den a elegir entre un desconocido o uno de sus peludos porque tendrían clara la decisión.

Por ello aconsejan a la gente que adopten, que se acerquen a la gente que tiene perro y les digan lo que es. «El perro te da tanto cariño... y no te pide nada a cambio. La felicidad que te da un perro no te la da el ser humano. Te da tranquilidad, te relaja; es lo mejor», sentencia Camino, mientras Carmen nos mira, asiente con la cabeza y devuelve la vista al sofá, donde Rubi, Milka, Linda y Pepé la acompañan y así lo harán el tiempo que haga falta.

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