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Un empleado quita las marca de Galaxy Note 7 en una tienda en Seúl.
La factura del fiasco del Galaxy Note 7 puede dispararse por encima de los 30.000 millones

La factura del fiasco del Galaxy Note 7 puede dispararse por encima de los 30.000 millones

La compañía tendrá que devolver a sus clientes el dinero de los más de 2 millones de terminales vendidos a unos 880 dólares la unidad

José Antonio Bravo

Miércoles, 12 de octubre 2016, 10:28

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Será difícil cuantificar hasta donde alcanzará la severidad del golpe que ha supuesto el fiasco del Galaxy Note-7, el último lanzamiento estrella del emporio Samsung en el sector de la telefonía móvil. Las primeras cifras que se están poniendo sobre la mesa dan impresión de que la factura tendrá muchos ceros, quizá demasiados hasta para un gigante empresarial como el que hablamos que por sí solo aporta prácticamente el 18% del Producto Interior Bruto de Corea del Sur. Si sumamos conceptos tan variados como su depreciación bursátil, la caída esperada de ingresos y las compensaciones a los compradores del dispositivo ya fallido, el impacto en los resultados de la compañía puede alcanzar los 30.900 millones de euros, lo que supondría casi una quinta parte de lo que facturó por la venta de smartphones el pasado ejercicio.

Solo sobre el parquet la multinacional aún presidida por Lee Kun-hee -precisamente su sucesión, agravada por sus problemas de salud, es otro de los problemas pendientes de resolver en el grupo- se ha dejado alrededor de 14.800 millones de euros en solo dos jornadas. El golpe más fuerte lo sufrió el martes, cuando su cotización cayó un 8% en la Bolsa de Seúl. Este miércoles, sin embargo, logró frenar esa sangría al bajar solo un 0,65% -eso sí, antes llegó a descender un 3% en la apertura de los índices en Asia-; es más, sus títulos incluso subieron un modesto 1,1% en el mercado tecnológico de Londres y otro 0,3% en el de Fráncfort.

En cualquier caso, y dado que la compañía tuvo un primer semestre especialmente bueno entre los inversores, aún mantiene una revalorización acumulada del 24% en el último año, un colchón nada despreciable para hacer frente a los temblores actuales al contar con una capitalización cercana a los 235.000 millones de dólares (casi 213.200 millones de euros). A ello hay que añadir una liquidez en caja de otros 69.000 millones de dólares (cerca de 62.600 millones de euros), por lo cual distintos analistas de firmas como Credit Suisse, Nomura y XTB coinciden en que el impacto más fuerte será en el prestigio de la marca y eso es mucho más complicado de cuantificar, advierten tras recordar hechos tan negativos para Samsung como que sea la única marca que ha visto uno de sus modelos vetado por las aerolíneas por el riesgo de incendio.

Otro punto negativo para la imagen de este gigante tecnológico es no saber a ciencia cierta aún cuál es la principal causa de que más de una treintena de sus flamantes Galaxy Note-7, llamado a ser su móvil más avanzado de última generación, hayan explotado en distintas partes del mundo sin justificación aparente. Primero se aludió a un problema con su potente batería -sus 3.500 miliamperios, 500 más que su predecesor, podrían ser demasiados para el mecanismo de almacenaje calculado- pero luego se apuntó como hipótesis el tamaño excesivamente reducido del habitáculo dispuesto para la misma tanto que, según algunos técnicos externos, podría provocar que los polos negativo y positivo de la pila entraran en contacto en algún momento, con el consiguiente riesgo de cortocircuito y aumento súbito de la temperatura-.

Recorte de ingresos

Oficialmente, la compañía surcoreana no se ha posicionado sobre una u otra aunque en el sector se piensa que seguramente ambas posibles razones sean ciertas. Sea como fuere, y tras anunciar en la víspera que dejaba de producir y también vender los polémicos móviles, este miércoles ha rebajado su previsión de beneficios operativos para este año y no precisamente poco. Los responsables de Samsung estiman ahora que esa partida se recortará un 33% hasta los 5,2 billones de wones (algo menos de 4.200 millones de euros).

No es lo único que se reducirá en los resultados anuales pues sus ventas, conforme a los nuevos cálculos, caerán un 9% en comparación con 2015 para quedar en 47 billones de wones (37.800 millones de euros). Samsung vende muchos más productos tecnológicos que la telefonía pero está supone la parte del león en sus cuentas. Al cierre del primer semestre era líder mundial en fabricación de móviles, con una cuota de mercado superior al 22%, casi 10 puntos por encima del 13% que rozaba Apple. Sin embargo, los analistas de Nomura advierten de un posible efecto contagio negativo en la demanda de otros teléfonos inteligentes de la firma surcoreana.

El emporio estadounidense de la famosa manzana es precisamente uno de los más beneficiados por el fiasco de su rival en beneficio de su iPhone7, al igual que viene muy bien a otros rivales suyos en la categoría de smartphones de gama premium como los Pixel de Google o el P10 de la compañía china Huawei. Apple alcanzó durante la sesión de este miércoles en la Bolsa de Nueva York su máximo histórico de cotización al llegar a pagarse casi 118 dólares por título (un 1,4% más que en la víspera) y subir un 4% en los últimos cinco días, e incluso el triple en el último mes.

Más allá del terreno que le puedan ganar sus rivales a corto plazo en el mercado, la principal prioridad que se marcan en Samsung es compensar a sus clientes que ya adquirieron un Galaxy Note-7, bien devolviendo el importe íntegro, bien cambiándolo por otro de sus móviles y dándoles la diferencia. El problema es que hablamos de unos cuatro millones de unidades -según fuentes del sector, pues la compañía aún no ha concretado cifras- y, si estimamos un precio medio de unos 850 euros por terminal, estaríamos ante un posible impacto directo de 3.400 millones. De momento, en el caso de España ha habilitado un número gratuito de información: 900-100-807.

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