Tedio matinal
Sporting B y Cultural firman un empate sin goles y sin apenas ocasiones en el que los rojiblancos fueron mejores en la primera mitad pero los leoneses acabaron el choque haciendo más méritos para ganar
dani gonzález
Domingo, 1 de mayo 2016, 19:15
Sin goles, sin ocasiones y sin espectáculo. Sporting B y Cultural firmaron en Mareo un 0-0 que no cumple con los objetivos de ninguno de los dos equipos, pero que tampoco les deja mal sabor de boca. Ambos siguen en plena lucha por sus objetivos en un choque en el que destacó por el escaso peligro generado en ambas áreas y en el que los de Ferrando buscaron más la meta rival en los minutos finales.
La Cultural salió con arrojo al partido, en busca de la victoria, y protagonizando el primer acercamiento con cierto peligro con un disparo desde la frontal de Almoez. Pero el Sporting B, necesitado, no podía dejar el destino del partido al azar. Con un juego más directo, mandaron rápidamente una serie de avisos a Palatsí.
Las ocasiones más claras para los rojiblancos llegaban a balón parado. El capitán rojiblanco, Julio, tuvo dos buenas oportunidades con sendos cabezazos que se marcharon desviados ante la impotencia leonesa en este tipo de jugadas. Los sportinguistas estaban superando en este ámbito a la Cultural y lo iban a explotar.
Presión para desarbolar a la Cultural
El choque estaba siendo igualado pero el campo se estaba inclinando cada vez más hacia el área leonesa. Empujados por la necesidad y la responsabilidad, el Sporting B acechaba con más asiduidad y peligro la meta rival, llegando sobre todo por los costados. Además, estaban logrando desconectar el cerebro leonés. Una gran presión en la medular estaba desarbolando la idea de Ferrando de juego combinativo y Cristóbal tenía que incrustarse entre los mediocentros para ayudar a sacar el balón.
La Cultural tuvo alguna ocasión esporádica por medio de Aketxe, que remató en el primer palo un buen centro desde la derecha, o un disparo lejano de Gonzalo que se fue desviado. Pero los asturianos estaban mejor. Lo cierto es que la defensa leonesa, salvo en ocasiones puntuales en jugadas de estrategia, estaba siendo capaz de detener con cierto éxito a un rival que con el paso de los minutos crecía, pero el agobio también aumentaba ya que el tiempo apremiaba, en especial a los locales. Después de 45 minutos, el resultado no había cambiado.
Tras el paso por los vestuarios, la Cultural equilibró la balanza. El Sporting B seguía teniendo más ocasiones, pero el dominio no era tan claro de los asturianos. La presión en la medular descendió y el balón duraba menos en los pies de los rojiblancos.
Órdago a triunfo
El cuadro asturiano apenas pudo crear peligro en la segunda mitad, aunque seguían empujando en busca del gol que les diese una amplia vía de escape respecto al descenso. Pero la defensa de la Cultural, muy bien ordenada y segura, detenía con éxito todo el ímpetu gijonés. En ataque, por su parte, los leoneses cambiaron de plan. La velocidad y los contraataques eran ahora el arma de los de Ferrando que, pese a ello, no tuvieron muchas ocasiones para inquietar a Dennis.
Una de las más claras la tuvo Gonzalo que, tras el debut de Madibo con la zamarra culturalista, adelantó su posición para aprovechar su condición de llegador. El de Bembibre hizo gala de esa cualidad y cabeceó un centro desde el costado, con la mala fortuna de que tocó en Aketxe y el balón llegó manso a las manos de Dennis.
La Cultural apretó en los últimos instantes del partido. Santi Santos, en un córner, tuvo un claro acercamiento en el que remató de volea un balón que se topó con la espalda de Míchel. Previamente, Aketxe había obligado a Dennis a emplearse al máximo para evitar el tanto culturalista. Los leoneses estaban lanzando su órdago a grande y habían llegado con más gasolina en el tramo final. Muy clara la tuvo el vizcaíno en el tramo final, con un mano a mano en el que definió picando el balón pero el disparo, tras tocar en un rival, se marchó fuera. La última la tuvo Gonzalo, en el añadido, con un mano a mano que atrapó Dennis para corroborar que no era el día de los atacantes y que, por tanto, los noventa minutos finalizaban sin goles para nadie.