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Cruce de vías entre la línea Bilbao-La Robla y la de Renfe que unía Barruelo de Santullán con Quintanilla de las Torres. Fotografías cedidas por Manu Merino.
Cuando se cruzaban los caminos de hierro

Cuando se cruzaban los caminos de hierro

La inactiva línea Barruelo-Quintanilla pierde su cruce con Feve y el tren que une León con Bilbao ya no volverán a reducir su velocidad a su paso por el norte palentino

víctor amor

Domingo, 23 de octubre 2016, 14:21

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Los trenes de FEVE ya no volverán a reducir su velocidad a su paso por el norte palentino. Tradicional gesto que ha acompañado durante más de cien años a la comarca de Santullán cuando los convoys del ferrocarril de vía estrecha atravesaban el cruce de vías entre la línea Bilbao-La Robla y la de Renfe que unía Barruelo de Santullán con Quintanilla de las Torres.

Un cruce de caminos de hierro que desaparecía recientemente con el desmontaje de la pieza que solucionaba este confluencia perpendicular entre estas dos vías de diferente trazado, una de trazado estrecho y otra de trazado ibérico.

La pieza centenaria era una de las pocas que pervivía en España de estas características, una fórmula ya extinta de cruce en ángulo entre vías que, según fuentes de la comarca palentina, ha desaparecido por motivos de seguridad y para evitar cualquier posible percance derivado del recorrido del tren de la Robla que continuaba reduciendo su velocidad a su paso por este punto y aseguran que la emblemática pieza está guardada.

De hecho, cuando la vía de ancho ibérico continuaba en funcionamiento existía la figura de guardagujas que velaba por la circulación de los trenes en la zona, en la que siempre debían detenerse los convoys de vía estrecha dada la mayor antigüedad de la línea de Renfe.

Singularidad que ha hecho que los amantes del ferrocarril de esta comarca del norte de Palencia reivindiquen una solución para preservar el patrimonio industrial de la zona y, en concreto, la de el antiguo trazado de Renfe que unía dicha localidad minera con Quintanilla de las Torres, debido a su gran vínculo con la historia minera de la comarca y a su antigüedad.

Historia de una comarca palentina cuyo municipio de cabecera, Barruelo de Santullán, surgió a mediados del siglo XIX con la aparición de sus minas de carbón, un desarrollo del sector que convirtió a la localidad en una de las más importantes de la provincia, alcanzando una población cercana a los 9.000 habitantes.

Historia que va aparejada al desarrollo del ferrocarril a vapor y, en concreto, a la línea entre este municipio norteño y Quintanilla que se inauguró en 1864. Una obra que estuvo motivada por la calidad del carbón de esta cuenca, un material idóneo para su uso en los gasómetros de las ciudades o en la fabricación de briquetas para los trenes.

Además, la situación estratégica de la zona, próxima a la vía que se construía y la localidad cántabra de Reinosa y, que acabó uniendo Castilla con Santander, impulsaron el desarrollo de este ramal ferroviario, conectando las explotaciones barruelanas con Madrid.

Ello hace de Barruelo un municipio minero y ferroviario, debido al vínculo existente entre la propietaria de las minas y la Compañía de Ferrocarriles del Norte de España y a que, de forma coetánea se realizasen nuevas inversiones en la cuenca minera, un hecho que dotó a estas explotaciones de la tecnología más avanzada del país.

A principios del XX, la Compañía, dentro de sus objetivos por relanzar de nuevo las explotaciones, volvieron a invertir en la modernización de la cuenca para que sus minas ganasen en competitividad, a partir de ahí comienza una historia de altibajos en las explotaciones.

El cordón umbilical entre Barruelo de Santullán y el ferrocarril comenzó a romperse cuando, en pleno régimen franquista, en 1965, Renfe procedió al electrificado de sus líneas principales, deshaciéndose del anterior sistema de carbón. Decisión que motivó a la anterior compañía a vender sus acciones a la Hullera Vasco-Leonesa y que conllevaría al cierre de la mina dos años después y al cese de la actividad en 1972.

Las minas de Barruelo volvieron a abrir sus puertas en 1980, una actividad que no se prolongaría mucho en el tiempo ya que, en verano de 2005 volvieron a cerrar de forma definitiva.

Cese de actividades que provocó una crisis en esta comarca norteña ya que, no desarrolló ningún tipo de actividad paralela a la de la minería. Un sector que dejó en este municipio su impronta en forma de patrimonio industrial y ferroviario que, desde distintas asociaciones reclaman su potenciación como un recurso turístico más que dinamice de nuevo esta comarca norteña. De hecho, hay voces en la comarca que reclaman para esta vieja línea Barruello-Quintanilla, de la que no queda más que el trazado, su relanzamiento como Vía Verde, al igual que se realiza en el sur de la provincia en el antiguo Tren Burra.

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