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Cómo preparar a las mascotas para la llegada de un bebé

Cómo preparar a las mascotas para la llegada de un bebé

«Habrá que acostumbrarle a los nuevos enseres del recién nacido (cuna, carrito) para que los asocie con algo positivo»

Domingo, 31 de mayo 2020

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El nacimiento de un bebé es un gran acontecimiento para toda la familia, incluidos nuestros compañeros de cuatro patas. De hecho, los sentidos de los perros y los gatos están tan desarrollados que son capaces de oler nuestros cambios hormonales, e incluso sentir y escuchar los movimientos y latidos del feto. Eso no significa que sepan lo que es un embarazo ni que lo asocien con un futuro bebé, por lo que, si queremos que la presencia del nuevo miembro familiar no les pille por sorpresa y lo rechacen, debemos prepararles con antelación.

Tamara Hernán es educadora canina y enfermera veterinaria. Actualmente tiene cinco hijos, aunque solo uno de ellos es humano. Los otros cuatro son dos perros y dos gatas. «Somos una familia multiespecie», señala, clasificación que se refiere aquellos núcleos familiares en los que todos los miembros (animales y humanos), tienen el mismo valor. De ahí que la palabra 'mascota', que tiene una connotación de propiedad, no le guste demasiado.

Hernán ha combinado sus conocimientos profesionales y su experiencia como madre para orientar a otras familias como la suya en la convivencia entre niños y animales. Sobre el embarazo, destaca que «los perros y gatos pueden variar su comportamiento durante esta etapa por todos los cambios que acontecen: nuevas normas y rutinas en la familia, mobiliario desconocido (carrito, cuna, juguetes que no son para ellos), variaciones de comportamiento en nosotros mismos.

Cuando los animales con los que convivimos se sienten desplazados (por un bebé o por cualquier otro motivo), desarrollan un comportamiento demandante de atención. Suele ser fruto de la falta de preparación que ha recibido para enfrentarse a dicha situación, pero el problema es que no siempre sabemos cómo entrenarles. Aquí algunos consejos:

Antes de nacer

El primer paso será entender al animal e interpretar correctamente su lenguaje. «Identificar el estrés que le pueden causar los cambios es fundamental para poder ayudarle», declara la veterinaria. También habrá que acostumbrarle a los nuevos enseres (carrito, hamaca, cuna). ¿Cómo? Por ejemplo, practicando juegos de búsqueda de premios (comida, juguetes) cerca de ellos para que los acepte de forma positiva.

La habitación del bebé debe convertirse en un espacio relacionado con la calma. «Darles masajes, hacer sesiones de Doga (yoga para perros) o usar aromaterapia con aceite esencial de lavanda mientras pasamos un rato de relax ahí con el animal puede ser muy positivo», sugiere Hernán. Y mejor si la puerta permanece abierta, para que no asocie ese cuarto con algo negativo.

Puede ser útil, además, practicar las futuras rutinas con un muñeco reborn (que imita al bebé real), para enseñarle a acercarse correctamente al recién nacido; así como poner sonidos de llanto y pasear con el carro vacío. «El fin es conseguir que se sienta cómodo y asocie esas prácticas a cosas buenas (pasear, comer un snack de larga duración)», agrega.

El dato

  • Más de 4.000 perros y gatos se abandonan al año en España por la llegada de un bebé, según cálculos de la fundación Affinity.

Acostumbrarle a los olores que llevará el bebé (cremitas, geles) también es recomendable. Y, si se van a poner nuevas normas (que no se suba al sofá o a la cama), mejor hacerlo progresivamente para evitar conflictos. «No es malo que lo haga, pero si no queremos que esté ahí habrá que darle alternativas (cama propia, transportín)».

Sobre todo esto también opina la adiestradora Patricia Guerrero (Pat Educadora Canina en las redes sociales), que convive con seis perros y un gato. Ella asegura que cualquier animal puede aprender a convivir con un nuevo miembro de la familia, independientemente de su edad, raza o género, aunque reconoce que es más fácil cuando son cachorros. Lo más importante es «habituarle a los estímulos: los llantos, visitas a casa, personas que se acerquen por la calle». Por ejemplo, si el objetivo cuando paseamos con el carro vacío es que vea a las personas que se acercan como algo positivo, se le puede premiar con un snack o un juguete cuando se estén acercando, primero cuando estén más lejos y poco a poco ir acortando la distancia. «No hay que obligarles nunca a estar cerca del estímulo si no quieren», recalca.

Cuando nace

Una vez el pequeño llega a casa, con los perros la presentación debe hacerse en el exterior. Si tenemos varios, mejor de uno en uno y el más tranquilo primero. La mejor opción es poner al bebé a su altura, evitar la tensión en la correa y reforzar sus acercamientos voluntarios. «Querer conocer al pequeño tiene que salir de ellos, cuando se muestren cómodos podemos entrar en casa», declara Hernán. Pero avisa: «Si crees que no está preparado, no corras riesgos y consulta a un especialista en perros y bebés». «Lo mismo habrá que hacer si tu perro no es sociable», añade Guerrero.

Con los gatos es más fácil. «Ellos sienten curiosidad, pero nada más. Respeta su tiempo y espacio y refuérzale con algún premio cuando lo haga», dice Hernán.

Ya entrados en faena, la enfermera veterinaria declara que llevar el primer pañal del bebé al animal para que lo huela no es necesario, y tranquiliza sobre el hecho de que el perro o el gato pueda chupar o llenar de pelos las cosas del crío: «son muchos los estudios que respaldan los beneficios en la salud de los niños derivados de la convivencia con animales». De hecho, investigadores de la Universidad de Alberta (Canadá) descubrieron en 2017 que las mascotas alteran la microbiota (bacterias intestinales) de los bebés, reduciendo el riesgo de sufrir sobrepeso y alergias. Eso sí, no deberíamos dejar nunca a un perro o a un gato con un niño sin supervisión.

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