Los retrasos en las ayudas agracias pone «en riesgo» la viabilidad de explotaciones leonesas
UPA-COAG reclama a la Junta celeridad en los expedientes de incorporación, modernización, digitalización y energías renovables
ICAL
Valladolid
Martes, 20 de diciembre 2022, 12:01
La Alianza UPA-COAG reclamó a la Junta la agilización en la resolución y pago de los expedientes de incorporación, modernización, digitalización y energías renovables. En este sentido, mostró su «enorme preocupación» por el retraso de varias líneas de ayuda, que «pone en riesgo entre otras cosas la viabilidad de numerosas explotaciones».
A día de hoy existe un buen número de expedientes presentados en Castilla y León «pendientes de certificar desde febrero, que aún no se han revisado, y además hay una cantidad muy significativa de incorporación y modernización que no se han cobrado y que están revisados, algunos desde el mes de junio».
UPA-COAG pidió celeridad no solo en la comunicación de las resoluciones de las solicitudes, sino en el pago de los expedientes, puesto que estos retrasos «de tanto tiempo son injustificables y están afectando seriamente al sector». Los solicitantes de las líneas de varias ayudas «se están viendo abocados a acometer importantes inversiones y actuaciones sin conocer si van a recibir o no y cuándo las ayudas y sin poder acudir a las entidades financieras al no contar con la resolución aprobatoria».
Agilidad en los pagos
Por este motivo, reclamamos agilidad en los pagos, en la tramitación de certificación y en la gestión de las concesiones de los expedientes de las líneas A (jóvenes y modernización), que tienen revisado al 75 por ciento, de la línea B ( modernización), revisados al 41, y de las líneas D (Digitalización) y E (Energías renovables), en las que no hay avanzado prácticamente nada en la gestión administrativa por parte de la Consejería de Agricultura.
Por ello, exigió a la Junta de Castilla y León que demuestre «capacidad y compromiso» con el sector agrario y resuelva los expedientes, porque esta inacción está «matando la ilusión de los jóvenes que se quieren incorporar a la actividad agrícola o ganadera, y la de los profesionales que quieren mejorar sus explotaciones».