Asaja denuncia los «escasos avances» que se producen para conseguir unos precios justos por las producciones ganaderas
La opa defiende la importancia del sector ganadero con motivo de la celebración de San Antón
La organización profesional agraria Asaja denunció con motivo de la festividad de San Antón, santo protector de los animales y patrono de los ganaderos, los «escasos avances» que se producen para conseguir unos precios justos por las producciones ganaderas, y que estos precios remuneren los mayores costes que están asumiendo los ganaderos. «La crisis de precios ha llevado a reducciones en los censos, más significativos en el ovino y vacuno de leche, y consecuencia de ello a un riesgo de desabastecimiento de los mercados que tardíamente ha conllevado una subida de cotizaciones», agregan.
La opa recalca que la crisis económica con la COVID y la guerra en Ucrania, provoca una caída de rentas en el sector ganadero, a la que la Administración del Estado, en mayor medida, y la de la Junta, en menor, han respondido con ayudas específicas que Asaja «ha valorado positivamente pero que ha calificado como de insuficientes».
Por último, Asaja indica que el sector ve con preocupación la aplicación de la nueva PAC, que ha entrado en vigor con el inicio del año, ya que «recorta los fondos, es más exigente en medidas medioambientales, y está cargada de burocracia».
Asaja destacó la importancia de la ganadería por la generación de riqueza, por el empleo que representa, por los efectos favorables para el medio ambiente, por ser un complemento a la agricultura, y por su papel en la ocupación y desarrollo del territorio rural.
La opa recordó que en Castilla y León, el sector ganadero aporta el 45,6 por ciento de la producción final agraria (datos de 2021), con una facturación anual de 3.102 millones de euros, y «da sentido a la principal actividad agrícola, basada en cultivos extensivos como los cereales de invierno, el maíz y los forrajes».
Por importancia económica en facturación, encabeza el porcino con el 35,4 por ciento; el sector lácteo en las tres especies (ovino, caprino y vacuno) con el 19,7 por ciento; el vacuno de carne con el 19,6 por ciento; la avicultura de carne y puesta con el 13,5 por ciento; el ovino y caprino de carne con el 5,9 por ciento, y otras producciones el 5,9 por ciento. El principal residuo de la ganadería, que es el estiércol y purín, afirma Asaja, «se ha convertido en producto apreciado en la agricultura por la escasez y alto precio de los fertilizantes minerales, pasando a ser un elemento de especial relevancia en la economía circular agropecuaria».
Asaja quiere poner también en valor que el sector ganadero es una actividad económica vertebradora del territorio, ya que, si bien la ganadería intensiva se ubica en zonas pobladas y bien comunicadas, la extensiva ocupa las áreas más periféricas y por lo general desfavorecidas y deshabitadas.
