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El papa Francisco en su mensaje de Navidad. AFP
El Papa reclama el acceso universal a la vacuna de la covid-19

El Papa reclama el acceso universal a la vacuna de la covid-19

En la tradicional bendición 'Urbi et orbi', Francisco insiste en «la necesidad de fraternidad» en el mundo, en estos tiempos de pandemia

r. c.

Viernes, 25 de diciembre 2020, 14:57

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El papa Francisco instó este viernes a quienes tienen responsabilidades a que garanticen la vacuna a todos, «sobre todo a los más vulnerables», precisó el pontífice en su mensaje navideño antes de impartir la tradicional bendición 'Urbi et orbi' (a la ciudad y al mundo, que también repite el Domingo de Resurrección), que por vez primera se hizo desde el aula de las Bendiciones en el Palacio Apostólico. «Que todos tengan garantizado el acceso a las vacunas y a los tratamientos. Ante un desafío que no conoce fronteras, no se pueden erigir barreras. Estamos todos en la misma barca», reivindicó el pontífice para que los «nacionalismos cerrados» no se interpongan en el acceso universal a la vacuna». Según Oxfam, cerca de 70 países pobres solo podrán vacunar en 2021 a una de cada diez personas contra la covid-19.

Después del rezo del Ángelus, el Papa impartió la bendición del día de Navidad, que incluye la indulgencia plenaria, retransmitida en directo por televisiones y radios de todo el mundo. El 'Urbi et orbi' de este año ha sufrido cambios en la forma para cumplir con las disposiciones sanitarias en Italia, que ha decretado un confinamiento que impide salir de casa sin razones justificadas. De hecho, la plaza de San Pedro y las calles adyacentes estaban completamente vacías.

De este modo, el Papa no se asomó al balcón central de la Basílica de San Pedro y por primera vez en la historia, el pontífice impartió la bendición desde el aula de las Bendiciones, que se sitúa en el Palacio Apostólico sobre el pórtico de la Basílica de San Pedro.

En su mensaje, Francisco volvió a reivindicar la «fraternidad» como fórmula para salir mejores de la crisis, pero especificó que no debe estar hecha «de bellas palabras o sentimientos vagos», sino que tiene que estar «basada en el amor real». Para el santo padre, la llegada de Jesús muestra que «el dolor y el mal no tienen la última palabra». «Resignarse a la violencia y a la injusticia significaría rechazar la Navidad», dijo.

Francisco se refirió a los difíciles reencuentros familiares, a su juicio, una ocasión para magnificar su importancia. «Mi pensamiento se dirige en este momento a las familias: a las que no pueden reunirse hoy, así como a las que se ven obligadas a quedarse en casa». «Que la Navidad sea para todos una oportunidad para redescubrir la familia como cuna de vida y de fe; un lugar de amor que acoge, de diálogo, de perdón, de solidaridad fraterna y de alegría compartida, fuente de paz para toda la humanidad», añadió, antes de finalizar deseando «a todos, ¡Feliz Navidad!».

Repaso al mundo

Como es habitual, el Papa hizo un repaso de los conflictos que afligen el mundo pero también tuvo palabras para los que han perdido el trabajo, así como para las mujeres «que en estos meses de confinamiento han sufrido violencia doméstica».

En su mensaje, recordó la violencia que se vive en Siria, Irak y Yemen, donde los niños «están pagando todavía el alto precio de la guerra». También citó las tensiones «en todo Oriente Medio y en el Mediterráneo oriental», y para la situación en Libia abogó por que la nueva fase de negociaciones en curso «acabe con todas las formas de hostilidad».

Asimismo, reclamó que los israelíes y los palestinos «puedan recuperar la confianza mutua para buscar una paz justa y duradera a través del diálogo directo, capaz de acabar con la violencia y superar los resentimientos endémicos». También hizo un llamamiento al pueblo del Líbano para que, con el apoyo de la comunidad internacional, «no pierda la esperanza» ante las dificultades a las que se enfrenta.

En su lista de territorios que sufren violencia, nombró, además, Nagorno Karabaj y Ucrania, donde instó a los países involucrados a «mantener el cese del fuego». Continuó citando a Burkina Faso, Malí y Níger, «lacerados por una grave crisis humanitaria, en cuya base se encuentran extremismos y conflictos armados». También hizo alusión a Etiopía y alentó a los responsables de Sudán del Sur, Nigeria y Camerún a que «prosigan el camino de diálogo que han emprendido».

Esperanza para el continente americano

El papa argentino requirió «esperanza para el continente americano, particularmente afectado por el coronavirus, lo que ha exacerbado sus numerosos sufrimientos que lo oprimen, a menudo agravados por las consecuencias de la corrupción y el narcotráfico», dijo Francisco, que hizo una especial referencia a Chile y reclamó que el niño Jesús «ayude a superar las recientes tensiones sociales» que se viven en el país andino. También rogó para que se ponga fin «al sufrimiento del pueblo venezolano».

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