A raíz de las últimos sucesos en el PP nacional, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso vino a manifestar en una rueda de prensa que la carrera política ha dejado de ser atractiva para los mejores. No puedo estar más de acuerdo.
En este sentido, traigo a colación las palabras del profesor universitario Rafael Sanchez Asensio donde recientemente advertía -en uno de sus siempre acertados artículos- que disponemos de élites políticas de muy baja calidad y liderazgos efectivos inexistentes. Es así, se ha consolidado una forma de hacer política y de gestionar que denota síntomas muy preocupantes de ineptitud política e ineficacia gestora.
Si echamos la vista atrás, con la llegada de la democracia aterrizaron en política profesionales con prestigio en el sector privado y altos funcionarios de la Administración Pública. Esto ha dejado de ser lo habitual, y hoy en día, se puede afirmar que el talento ha abandonado a la política.
Si nos fijamos en los altos cargos de los partidos en los distintos niveles (nacional, autonómico y provincial), y habiendo siempre excepciones, estamos liderados por personas carentes formación, experiencia profesional y que la mayoría de ellos, fuera de la política, estarían celebrando -porque les afectaría directamente- la reciente subida del SMI.
Volviendo al profesor Rafael Sanchez Asensio, hago mías sus palabras sobre la particular concepción de hacer política en España y es que, desde tiempos inmemoriales, la política está preñada de clientelismo y pegada a las ubres de los presupuestos públicos como fuente de absorción y reparto «de poder».
Cada día que pasa estamos mas alejados del ideal de ser gobernados por los mejores.