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Albert Rivera retira lazos amarillos de las calles de Alella, en Barcelona, junto a la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas. EFE

Ciudadanos se pone al frente de la brigada de «limpieza» contra los lazos amarillos

El presunto agresor de una mujer que retiraba símbolos, en libertad con cargos tras declarar ante el juez

cristian reino

Barcelona

Miércoles, 29 de agosto 2018

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La guerra de los lazos amarillos, lejos de remitir, se radicaliza a medida que se acerca el otoño caliente catalán, que se prevé tan tenso como el de hace un año. Tras la escalada verbal protagonizada estos últimos días por los independentistas y los dirigentes de Ciudadanos y el PP, el presidente de los liberales, Albert Rivera, y la líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, elevaron este miércoles un grado la agitación y llamaron a la ciudadanía a que haga frente al secesionismo retirando la simbología del espacio público.

Lo hicieron ellos mismos quitando lazos amarillos con sus manos en Alella (Barcelona), localidad del Maresme gobernada por el independentismo y próxima a Canet de Mar o Arenys de Mar, donde grupos secesionistas plantaron cruces del mismo color en las playas a principios de verano. Rivera y Arrimadas, acompañados de una decena de militantes, pasearon por la localidad catalana sin incidentes, aunque como ya le pasó a Arrimadas en Canet, fueron increpados al grito de «fuera, fuera» y «fascistas».

Sectores constitucionalistas llevan semanas llamando a la población a retirar simbología soberanista de las calles, como la avioneta de la entidad España Ciudadana que sobrevuela los fines de semana las playas del litoral catalán para detectar la colocación de lazos. Pero este miércoles por primera vez dirigentes políticos de primera fila, en este caso de Ciudadanos, se pusieron al frente de la brigada de limpieza de lazos. «Es lo que debería estar haciendo el Estado», señalaron. No solo eso. Rivera comparó la agresión sufrida el sábado pasado por una mujer que retiraba lazos con la que padecieron los guardias civiles en el caso de Alsasua.

Ciudadanos se manifestó este miércoles en Barcelona tras el episodio del fin de semana en apoyo a la mujer agredida. Para el partido liberal, este es el ejemplo definitivo de que el conflicto social ha estallado ya en la calle. Cientos de personas acudieron a la concentración organizada por los naranjas, celebrada en el mismo lugar en que se produjo el incidente, frente al parque de la Ciudadela, en Barcelona. Dolors Montserrat representó al PP. El PSC no acudió con el argumento de que Ciudadanos, el PP y el independentismo han convertido la guerra de lazos en un «arma de distracción masiva» para evitar que se hable de otros asuntos.

Durante la protesta, se vivieron momentos de mucha tensión. Un cámara de Telemadrid fue agredido tras confundirlo los asistentes con un técnico de TV-3. Todo ocurrió muy rápido y de forma confusa. Una señora pidió al cámara que no se le grabara y, al llevar una prenda amarilla, la manifestante creyó que trabajaba en la televisión pública catalana. «Fuera TV-3», empezaron a gritar. El incidente encendió los ánimos con insultos y empujones, hasta que dos hombres propinaron al informador varios puñetazos. El agredido tuvo que ser atendido en una ambulancia.

La tensión fue también en aumento al final de la concentración, cuando varias decenas de personas se dirigieron hacia la zona en la que se encontraban los Mossos y empezaron a increparles. «Fuera los Mossos», «¿dónde estábais el 1-O?», «esta policía no nos representa» o «esta policía está politizada» fueron algunas de las consignas que vociferaron. Hasta Dolors Montserrat fue increpada al grito de «facha».

La denuncia

La manifestación se celebró después de que la Policía Nacional detuviera en Barcelona al presunto agresor del fin de semana. La mujer que retiraba lazos, según Ciudadanos, denunció el martes los hechos en la comisaría. El arresto se produjo por un delito de odio y otro de lesiones y el detenido fue puesto a disposición judicial. Después de negarse a declarar, quedó en libertad con cargos y con orden de alejamiento de la víctima.

Pero las escaramuzas van en aumento. Unas 80 personas vestidas con monos blancos y con la cara tapada organizaron el martes de madrugada un «cuerpo de brigada de limpieza» por varios municipios de Barcelona y Girona para retirar lazos amarillos.

Mientras, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, en una entrevista en Vilaweb, llamó a la unidad «frente estos brotes fascistas, estos grupos de intolerantes que cualquier policía normal del mundo detiene e identifica».

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